El destino

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Azahia:

-Los exámenes de cuatrimestre de economía se habían convertido en una prueba no solo académica, sino también emocional para mí. Hace ya más de dos semanas que no veo a Vladis. Este hombre es un enigma, su vida un laberinto de secretos que nadie parece poder desentrañar.

-Desde la última vez que vi al viejo Kenneth, me quedé con mil preguntas en la cabeza. La conversación que tuvimos fue tan densa y llena de insinuaciones que sentí como si cada palabra suya fuera una pieza de un rompecabezas infinito. Kenneth, con sus ojos cansados pero brillantes de sabiduría, dejó caer frases crípticas que solo alimentaron mi curiosidad.

-"Lo que buscas no siempre es lo que necesitas", había dicho, y esa frase resonaba en mi mente como un eco interminable. ¿Qué quería decir con eso? ¿Acaso conocía los secretos de Vladis? ¿O hablaba de algo mucho más profundo y personal?

-Cada vez más, siento que me hundo en un mar de misterio indescifrable. Las horas que paso estudiando para los exámenes son una distracción, una forma de evitar enfrentar las preguntas que Kenneth y Vladis han sembrado en mi mente. Pero cada noche, al cerrar los libros, esos pensamientos vuelven, más persistentes que nunca.

-En mis sueños, las imágenes de Vladis y Kenneth se mezclan con sombras y susurros. Me despierto con la sensación de haber estado tan cerca de una verdad inalcanzable, solo para verla desvanecerse con la luz del día. La universidad, que debería ser un lugar de aprendizaje y certezas, se ha convertido en un escenario de dudas y enigmas.

-Tengo que encontrar respuestas. Necesito entender qué se oculta tras las palabras de Kenneth y los silencios de Vladis. Pero, ¿por dónde empezar? Cada pista parece llevarme a un nuevo callejón sin salida, cada respuesta a nuevas preguntas. En este laberinto de misterio, solo una cosa es segura: no descansaré hasta descubrir la verdad.

– Por ahora trataré de concentrare en los exámenes ya luego iré donde el viejo Kenneth necesito saber la verdad acerca de Vladis. No puedo contarle a Priscilla creería que estoy loca pero la incertidumbre a todo este misterio y pesadillas es algo que no me deja tranquila.

Azahia:

–No puedo concentrarme en los exámenes, Priscilla. Hay algo que no me deja tranquila.

Priscilla:

–(con preocupación) ¿Qué te pasa? Te noto distraída desde hace días.

Azahia :

–(titubeante) Es que… no sé si debería contártelo.

Priscilla:

– (con firmeza) Sabes que puedes confiar en mí. ¿Qué está pasando?

Azahia:

–He estado teniendo unas pesadillas. Siempre aparece Vladis… y siento que hay algo que debo saber sobre él.

Priscilla:

–(sorprendida) ¿Vladis? Pero eso no tiene sentido. ¿Por qué te preocuparías por eso ahora?

Azahia:

– No puedo explicarlo. Es una sensación… una certeza de que hay algo oculto. Necesito saber la verdad, y solo el viejo Kenneth puede ayudarme.

Priscilla:

–(con incredulidad) ¿Kenneth? ¿El ermitaño del bosque? ¿Y cómo crees que él puede ayudarte?

Azahia:

– (con determinación) Él sabe más de lo que aparenta. Ha vivido aquí toda su vida y conoce todas las historias del pueblo. Tal vez él pueda darme respuestas sobre Vladis.

Priscilla:

– (preocupada) Esto suena peligroso. No quiero que vayas sola. Deberíamos ir juntas.

Azahia:

–(negando con la cabeza) No, Priscilla. No quiero que pienses que estoy loca. Necesito hacer esto sola. Además, si Kenneth se asusta, no me dirá nada.

Priscilla:

– (resignada) Está bien. Pero prométeme que tendrás cuidado. Si algo pasa, llámame inmediatamente.

Azahia:

– Lo prometo. Gracias por entender, Priscilla.

Priscilla:

–Solo quiero que estés bien. Por favor, mantente en contacto.

Azahia:

– Esta bien lo haré.

El odio del AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora