Mis días

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Azahia:

– Vladis había incrementado su crueldad en los últimos meses. El confinamiento en la celda, la oscuridad perpetua, y el silencio interrumpido solo por los pasos del guardia se habían vuelto parte de su rutina. Pero había algo más. Algo nuevo y aterrador.

–Desde hacía semanas, los vómitos y mareos habían comenzado a ser más frecuentes. Al principio, pensó que era solo una reacción al estrés y la desesperación. Sin embargo, cuando los síntomas persistieron, una sospecha sombría empezó a crecer en su mente.

–Una noche, después de un día particularmente agotador, se desplome en el frío suelo de su celda, sintiendo cómo el mareo envolvía. Fue en ese momento, en medio de la oscuridad y el dolor, que la idea se formó claramente en mi mente: podría estar embarazada.

–El terror me invadió. En ese lugar, bajo el yugo de Vladis, mi vida y la de cualquier criatura que llevara en mi vientre estarían en constante peligro. Los castigos de Vladis eran brutales y sin misericordia; un embarazo no sería una excepción.

–Las pesadillas que me atormentaban cada noche, con imágenes de sombras acechantes y voces susurrantes, parecían ahora tener un nuevo significado. ¿Estarían tratando de advertirme de un peligro inminente? ¿Podrían ser una premonición de lo que me esperaba si no encontraba una manera de escapar?

–Con el corazón latiendo con fuerza, me prometí a sí misma que encontraría una salida, y por la vida que podría estar creciendo dentro de mi. No permitiría que Vladis destruyera también eso.

El odio del AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora