El Bosque

5 1 0
                                    

Azahia:

– ¡Quedarme aquí!, estás loco ni creas que me voy a quedar, no eres mi dueño, maldito. Loco me traes a tu casa me haces el amor con violencia, me azotas y así quieres que me quede, estas equivocado.

Vladis:

– Creo que no entiendes., Tu haces lo que yo digo y si quiero poseerte lo haré.

Narrador:

– Vladis la sujeta de las brazos la arrecuesta a un árbol despedaza su vestido sumado a su bragas.

Azahia:

–Por favor, detente me duele, con lágrimas en mis ojos le suplico que me suelte pero el no escucha.

Narrador:

–La inclina sacando su polla dura, introduciendola con fuerza dándole estocada continuas, al punto de correrse en ella.

Vladis:

– Vamos, a la mansión cúbrete tengo cosas que hacer.

Azahia:

( temblando, mientras intento cubrirme, con mi ropa rasgada)

Azahia:

– Sentí dolor y, aunque le dije que se detuviera, no lo hizo siento mis piernas temblorosas.

–¿Porque me haces ésto?, por favor, –déjame ir–, le suplico llorando,mientras mis lágrimas caen al suelo.

Vladis:  ( Mirándola con frialdad)

– ¿Creés que por llorar te dejaré ir? No, acostumbrate a la idea, camina le pediré a las empleadas que te compre ropa. Y si intentas escapar te irá peor, no solo te haré esto sino te azotar hasta ver tu sangre correr, eres mia y yo haré contigo lo que me plazca.

Azahia: ( odio en su voz lágrimas en los ojos)

– Te odio, Vladis.

Vladis:

– (risa malvada), Niña estúpida piensas que yo te amo, solo te necesito para romper la maldición.

Azahia:

– Me levanto y, cubriéndome con lo poco que queda de ropa, camino hacia la mansión.

Vladis:

– Mientras camino hacia la mansión, la observo de reojo. "Ella tiene que quedarse en la mansión, sea por su voluntad o no", pienso para mí mismo.  

Azahia:

– Llegue a la mansión . La señora Wendy estaba en la entrada con una frasada junto a las chicas keinis y ginnis , que me miraban con curiosidad.

Malena:

– ¿Vladis, quién es esta chica? –preguntó , con una mezcla de sorpresa y desdén en mi voz–. Es humana.

Vladis:

– Madre, esto no te incumbe. Métete en tus asuntos – le respondí , con firmeza en mi tono, claramente irritado por la intervención de mi madre.

Azahia:

– La señora Wendy se acercó y me cubrió con la frasada, el calor de la lana me hizo sentir un poco más segura. Mis ojos se dirigieron a la mujer en las gradas, intentando no parecer demasiado intimidada.

– ¡Hola, señora! Mi nombre es Azahia Stevens, es un placer conocerla –dije, intentando sonar educada y respetuosa, aunque mi voz temblaba ligeramente.

Malena:

– Le lanzó una mirada escrutadora antes de responder con un leve asentimiento. Luego, sin decir una palabra más, me dio la vuelta y me retiró con una elegancia fría.

Vladis:

– Señora Wendy, consíganle ropa. Le daré dinero para que le compren algo adecuado – Le ordené , sacando un fajo de billetes de mi bolsillo–. Y asegúrese de que no escape –añadí , con un tono que no admitía discusión.

Wendy:

– Sí, Alpha –respondí, haciendo una ligera reverencia antes de dirigirse a mí con una mirada amable–. Ven, Azahia, vamos a buscarte algo de ropa –dijo, guiándome hacia el interior de la mansión.

Azahia:

– Asiento y la sigo a una habitación amplia, para esperar a que me traigan algo de ropa.

Azahia:

– Señora Wendy, ¿le puedo preguntar algo?

Wendy:

– Claro, mi luna.

Azahia:

– ¿Por qué me llaman luna, y todos ustedes son hombres lobo? ¿Por qué Vladis es tan cruel conmigo? 

Wendy:

– Señorita, aquí todos somos mujeres y hombres lobo. El señor Vladis es el alpha , es decir, tiene el rango más alto. Luego están los betas, que son los segundos al mando, y yo soy una omega, la clase más baja, quienes servimos con servidumbre. El señor Vladis puede ser un poco dominante, malhumorado y estricto, pero es un buen líder para nuestra manada. Usted es su "mate", su compañera enviada por la diosa luna. No creo que la odie, solo que usted es humana y la considera débil y no digna para dirigir la manada junto a él. Por su bienestar, no lo haga enojar, porque puede ser muy peligroso; acá todos le tenemos respeto.

Wendy:

– Le aconsejo que trate de ser amable con él. Antes no era así, pero desde la muerte de su padre, el antiguo alpha , algo cambió en él. Se destruyó y lo volvió insensible. Su madre, por otro lado, no es de fiar. Cuídese de la señora Malena, no hable mucho con ella; es alguien que maneja bien el arte del engaño.

Wendy:

– Su esposo, Reymon, es alguien dependiente de ella, y el hermano del alpha es líder en otra manada; también es alguien de temer.

Azahia:

– Quedo muda con todo lo que me dice la señora Wendy, y asustada a la vez, pero creo que ella tiene razón. Así que evitaré darle problemas a Vladis.

Wendy:

– Ya llegó su ropa, mi luna. Vístase, descanse; si quiere alguna otra cosa hágamelo saber y se lo traeré. Me retiro.

Azahia:

– Asiento con la cabeza, viendo cómo la señora Wendy se marcha. Me visto y me recuesto en la cama, quedándome dormida.

Azahia:

– Me miro en un restaurante muy bello con vista a un mirador. Salimos a caminar y, en un instante, estoy embarazada con Vladis junto a mí. Estoy acostada en posición de parto; Vladis tiene una mirada demoníaca y sostiene un bisturí en su mano. Quiere sacarme el bebé. A como puedo, huyo del lugar. Han pasado varios años y veo a Vladis en mi puerta en busca de mi hijo. Le digo que no. De repente, mi hijo no está. Veo cómo Vladis va en un auto que tiene un accidente, pero mi hijo está afuera sano. Vladis está en llamas junto a un demonio que le dice: "Sálvate si eres mi hijo". Despierto sudando y asustada. ¿Qué es esto que pasa?, me digo a mí misma.

Azahia:

–Mis días ahora serán un infierno.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El odio del AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora