Azahia es una chica que conoce a su Alfa de la manera más cruel, pero en su camino descubrirán ambos el amor aunque en el camino nada será fácil, y la oscuridad en él la hará caer una red de mentiras,dolor y sufrimiento.
- El despertador suena, recordándome que es hora de ir a trabajar. Sin embargo, no puedo dejar de pensar en la noche horrible que tuve. Ese sueño perturbador sigue presente en mi mente, haciéndome sentir inquieta.
-Aunque me esfuerzo por concentrarme en mi trabajo, no puedo evitar que los recuerdos del sueño me afecten. Me preparo para enfrentar mi jornada, esperando que el trabajo me ayude a distraerme de esas imágenes perturbadoras.
-Necesito quitar de mi mente todo. Esto es una locura, la verdad. Escuchaba palabras misteriosas que no entendía, y sentía que el tiempo pasaba lentamente mientras el sueño transcurría con normalidad.
-El reloj de la pared indicaba las 5:00 p.m., justo la hora de salida. Recojo las cosas de mi locker para irme a casa, esperando que la tranquilidad de mi hogar me ayude a olvidar esa inquietante experiencia.
- Esperar el autobús se convierte en una eternidad pensando reflexionando en los recuerdos de mi sueño. Mientras observo cómo el pueblo sigue su curso a mi alrededor, esas palabras resuenan en mi mente: "In absentia lucis, tenebrae vincunt". En ausencia de la luz, la oscuridad prevalece.
- No puedo dejar de pensar en Vladis. Su recuerdo se aferra a mí, como una presencia constante en mis pensamientos. ¿Estoy loca por sentirme así?.
-Llega el autobús y subo, sentándome en la parte trasera. Pero mi mente sigue pensando en Vladis ,espero que hoy sea una noche tranquila y pueda dormir a gusto.
-Después de unas horas de viaje, llego a la parada que está cerca de mi casa. Toco el timbre para bajar, el autobús se detiene y bajo, disponiéndome a regresar a casa.
- Camino unos pasos hacia mi hogar, que no está muy lejos de la parada. Al llegar a la entrada, saco las llaves del bolso para abrir la puerta.
-Abro la puerta y entro, tirando mi bolso en el sofá. Voy a la cocina en busca de algo para comer me preparo un sándwich de pavo con ensalada y otros ingredientes del refrigerador saco un jugo de arándano para acompañar.
-Me siento en el desayunador a comerme el sándwich y a tomar un vaso de jugo de arándano veo mi móvil y noto que son las 7:00 p.m ;Reviso mi correo a ver si tengo algún mensaje de la universidad. Dejo el vaso en la cocina, subo a darme una ducha y a cepillar mis dientes para dormir, me meto a la ducha a bañarme el agua tibia es algo delicioso.
- Salgo me coloco mi pijama y me acuesto a dormir.Desperté sobresaltada, mi respiración agitada y mi corazón latiendo a toda velocidad. Recordé el sueño vívidamente:
-"Me encontraba en una cueva, recostada sobre una piedra grande. Llevaba un vestido blanco y mis manos estaban atadas. Todo estaba iluminado por velas, creando un ambiente lúgubre y misterioso.
-El dolor en mi vientre era intenso y constante. Pujaba desesperadamente, gritando por la agonía que sentía. Mi vientre estaba grande y redondo, claramente en medio de un parto.
-Después de lo que pareció una eternidad de esfuerzo y dolor, finalmente nació un bebé. La sensación de alivio fue inmediata, pero pronto fue reemplazada por una inquietante sensación de temor.
-Miré hacia un lado de la cueva y vi la silueta de un hombre con traje negro. Se acercaba lentamente hacia mí. A medida que se acercaba, pude distinguir que era Vladis.
-Vladis se agachó para sostener al bebé, y fue entonces cuando vi algo aterrador: tenía cuernos y una sonrisa demoníaca. Ambos parecían satisfechos, como si hubieran logrado algo importante.Desperté en ese momento, sintiendo una mezcla de miedo y confusión.
- Me levanté de la cama, sintiendo los efectos de las pesadillas que habían perturbado mi sueño durante dos noches consecutivas. El corazón latía rápido, y mi mente se llenaba de imágenes confusas y angustiosas. Necesitaba algo que me calmara.
-Con pasos lentos y silenciosos, bajé las escaleras hacia la cocina. El silencio de la casa me envolvía, proporcionando una sensación de tranquilidad que tanto anhelaba. Abrí el refrigerador y saqué una bolsita de té de manzanilla; Mientras el agua hervía, me apoyé en el mostrador, respirando profundamente y tratando de despejar mi mente.
-El aroma del té llenó la cocina, envolviéndome en una cálida fragancia que comenzaba a suavizar mi tensión. Vertí el agua caliente sobre la bolsita de té y observé cómo se impregnaba de un suave tono dorado. Me llevé la taza a los labios y bebí lentamente, permitiendo que cada sorbo disipara un poco más el estrés acumulado.
-Con la taza en las manos, regresé a mi habitación. Me senté en la cama, sintiendo cómo el calor del té se extendía por todo mi cuerpo. Cerré los ojos, enfocándome en la respiración lenta y profunda. Poco a poco, el miedo y la ansiedad fueron cediendo, reemplazados por una paz que hacía tiempo no sentía.
-Dejé la taza en la mesita de noche y me recosté, esta vez con la esperanza de que el sueño fuera más amable conmigo. Confiaba en que el té de manzanilla y la quietud de la noche trabajarían juntos para brindarme un descanso reparador. Cerré los ojos, y el mundo de los sueños me recibió nuevamente, esta vez con la promesa de una noche tranquila.
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