La investigación

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Azahia:

–Es sábado, hoy me tocan mis que haceres. Ya en la tarde saldré al bar y llamaré a una de mis compañeras para que vayamos. A Priscilla, es una buena chica e inteligente; sé que ella me podrá acompañar. De paso le pediré si esta noche me puedo quedar en su casa porque será muy tarde y no habrá autobús.

–La llamaré-. Ring, ring...

–Hola, Pris...

- Soy Azahia quería saber que vas a hacer esta noche, quiero que me acompañes al bar la novena puerta.

–Hola Aza, ¿cómo estás? No tengo planes para esta noche, así que me encantaría acompañarte al bar La Novena Puerta. He oído que el lugar es increíble y que siempre van chicos muy guapos. ¡Quizás podamos ligar con alguno! Jajaja.

-¡Genial, Pris! Entonces nos vemos allí a las ocho.

-Perfecto, Aza. Nos vemos más tarde. ¡Prepárate para una noche divertida!

Azahia cuelga el teléfono, sintiéndose emocionada por la noche que se avecina.

–A las 5:30 pm decido darme una ducha. Antes de entrar, reviso mi clóset para elegir qué ponerme.

–Después de la ducha, salgo envuelta en una toalla y me dirijo al clóset. Veo un vestido negro ajustado que decido que es perfecto para la ocasión. Me lo pongo conjunto con unos zapatos de plataforma. Me aplico un maquillaje sutil, con un labial color albaricoque. Me recojo un poco el cabello, dejando un mechón suelto. Para completar el conjunto, busco un bolso pequeño negro de lentejuelas que combine perfectamente.

–Ya son las 6:40 pm, es hora de salir para tomar el autobús y encontrarme con Priscilla. Tomo mis llaves y me dirijo a la parada de autobuses para esperar.

–Cuando el autobús se aproxima, subo y tomo asiento. Envío un mensaje a Priscilla para avisarle que ya estoy en camino.

–Mientras me acerco a la universidad, le envío un mensaje a Priscilla: "Te veo cerca de la cafetería". Al llegar, toco el timbre cerca de la entrada y comienzo a caminar hacia el café, ansiosa por encontrarme con mi amiga.

–Minutos después, ella llega al lugar. Se ve muy linda, con un vestido azul claro que resalta sus ojos y su cabello suelto brillando bajo las luces.

Azahia:

–Hola, Priscilla! - la saludo con una sonrisa mientras la veo acercarse.
Ella responde con un gesto coqueto y una sonrisa radiante.

Priscilla:

–¡Azahia! Qué bueno verte. ¿Lista para una noche divertida? - dice, evidentemente emocionada.—¡Te ves increíble, Azahia!.

Azahia:

–Claro que sí. Vamos a divertirnos —respondo, sintiendo la emoción de la noche joven y llena de promesas.

–Nos dirigimos juntas hacia el bar novenapuerta, disfrutando del ambiente animado alrededor de la universidad.

–Ya en el bar, nos sentamos en una mesa y pedimos unas bebidas. Al instante, un joven muy amable nos las trajo. El ambiente es una mezcla de lo gótico con lo metal; es lindo, aunque no es de mi gusto.

 El ambiente es una mezcla de lo gótico con lo metal; es lindo, aunque no es de mi gusto

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Azahia:

–Busco al camarero Raúl, para pedir información sobre Vladis. Me levanto y camino por el lugar, en busca del chico llamado Raúl. Después de caminar un rato, me señalaron al chico. Me acerco y le pregunto por Vladis.

—¡Hola! ¿Eres Raúl? Mi nombre es Azahia. Necesito hacerte unas preguntas sobre un chico llamado Vladis. ¿Lo conoces o sabes si frecuenta este lugar?

Raúl:

–¡Hola! - Él está aquí de vez en cuando, siempre con alguna chica diferente. Luego la chica deja de venir. Es algo reservado; siempre pide un Martini o un brandy y se sienta en la mesa del rincón del lado derecho del bar, la que tiene luz tenue. Es todo lo que te puedo decir.

–Otra cosa más, yo que tú tendría cuidado con él. Es de una de las familias más poderosas de la región.

Azahia:

– Me abrí paso entre la multitud, esquivando a las personas que disfrutaban del bullicio del lugar. El aire denso y los ruidos comenzaban a abrumarla, así que decidió tomar un respiro afuera.

–Una vez en la calle, el aire fresco la ayudó a despejar su mente. La advertencia del chico seguía resonando en su cabeza, y la inquietud no la dejaba tranquila. Miró hacia el cielo nocturno, intentando encontrar respuestas en las estrellas.

–"¿Qué es lo que debería temer?", se preguntó en voz baja. Sus pensamientos se entrelazaban con la imagen de Priscilla disfrutando de la compañía del chico desconocido. "Al menos ella parece estar bien.

–" decido que lo mejor sería mantenerme alerta y seguir investigando, pero sin descuidar a mi amiga. Volví a entrar al lugar, esta vez con una nueva determinación.

–Me aproximó a la salida, salgo y me dirijo cerca de una caseta, cercana al bosque. En eso escucho un ruido extraño, como súplicas. Sin pensarlo, me adentro al bosque, ignorando el peligro que puedo correr. Cuando estoy más cerca, me escondo detrás de un árbol para no ser vista. Diviso a dos personas, un hombre y una mujer.

–Mis ojos no pueden creer lo que ven: es Vladis, con unos grandes cuernos y garras, sosteniendo con fuerza a la chica y succionando, creo, su alma. Me siento asustada, pero debo permanecer en silencio; de lo contrario, tendré el mismo destino.

Azahia:

sentí un escalofrío recorrer mi espalda al recordar la figura oscura que había visto. Me deslizó en silencio hacia el bar, tratando de controlar mi respiración agitada. La luz tenue del bar no lograba disipar la sensación de peligro que me acechaba. Con pasos ligeros, busque a Priscilla.

–"Priscilla, tenemos que irnos", le susurré tratando de mantener la calma.Priscilla asintió, captando la urgencia en mi voz . Antes de salir, Priscilla se acercó al chico con el que había estado hablando y le dejó su número de teléfono rápidamente. Luego, ambas salimos del bar, sin mirar atrás, ansiosas por alejarse del peligro.

Priscilla:

–Dime Azahia que paso porque estas tan asustada que viste?

Azahia:

–Vamos a tu casa mañana te contaré.Llegamos a la casa de Priscilla me tiendo en una de las camas del cuarto de huéspedes me despido de ella y me quedo dormida del cansancio.

El odio del AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora