My first love ( + 18 ) Tn & Jungkook

2.25

TN

—¿Llevas todo lo necesario? —Jimin entró en mi habitación para verme antes de que fuera de fin de semana con Jungkook.

—Sí...no tienes que preocuparte tanto por mí, estaré bien —me acerqué, lo rodeé con mis brazos y lo abracé, yo sabía lo preocupado que estaba.

—Mocosa, no podemos volver al pasado, si te pasa algo papá y mamá me matan —yo sabía que decía la pura verdad.

—Lo sé, serás hombre muerto —quise ser graciosa y quitar un poco de seriedad al asunto.

Me separó a la fuerza y puso mala cara, yo reí.

—Eres odiosa y muy mala con tu hermano mayor.

Volví a reír y fui hacia mi maleta, debía meter unas cuantas prendas más.

—¿Llevas protección? —me dijo de golpe y ahora la que puso mala cara fui yo.

—¡Jimin! —le grité avergonzada.

—Mocosa, ¿crees que me chupo el dedo? —torció el gesto—. Sé que clase de tipo es mi amigo y con mi hermanita debe estar follando cómo loco...¿me equivoco?

Me salió el calor por las mejillas.

—No hables así Jimin, no quiero hablar contigo de eso.

—Ok, pero tú solo usa protección te lo suplico.

No dije nada, solo suspiré avergonzada. Entendía que mi hermano supiera quién era Jungkook en el sexo. Bastantes veces fueron en el pasado los dos juntos para acostarse con chicas. Pero decirlo abiertamente no me gustó.

¿Se lo habrían contado todo? ¿Lo que hacían cuando estaban a solas con esas chicas?

—Oye Jimin —me picó la curiosidad en aquel momento—. ¿Te contaba Jungkook que hacía con las chicas? —abrió sorprendido sus ojos.

—¿A mí?...pues no —estaba nervioso.

—Me lo vas a contar, ¿verdad? Venga hermanito, soy tu hermana querida —le hice cosquillas.

—Déjame niña del diablo, que de mi boca no va a salir nada —quitó mis manos de un golpe de su pecho y salió corriendo.

Malditos hombres que se cubren unos a otros.

Terminé de meter todo lo necesario, que no era mucho, en mi maleta, y la bajé abajo.

En ese momento sonó el timbre de la puerta. Abrí toda contenta hasta que vi a Rebeca al lado de Jungkook, le sonreí bastante forzada.

—Hola a lo más bonito que existe en este mundo —Jungkook me atrapó con sus brazos en un fuerte abrazo.

Yo miraba por encima del hombro de mi novio y Rebeca estaba en modo... "ya te lo quitaré cuando yo pueda"...o algo así vio mi imaginación.

—¿Estás preparada para irnos? — Jungkook entró para coger mi maleta.

Su coche estaba en la puerta esperando para subirnos, intentó meter la maleta en el maletero pero le costó bastante. Rebeca llevaba para estar allí un mes al menos.

Esto prometía...

Me dispuse a entrar en el sitio del copiloto para estar al lado de mi novio, pero la señorita "sabelotodo" habló.

—Perdona TN, es que atrás no puedo ir, mis náuseas son un problema para mí...

He muerto. En éste momento me asesinó.

—Cariño, ¿lo entiendes, verdad? —dijo Jungkook tocando mi mejilla.

No han quedado de mí ni las cenizas... recuérdenme.

Me recompuse como pude y solo les dediqué una sonrisa falsa.

Me metí en la parte de atrás con un enfado monumental, y los miré con una rabia que no sabía si podría controlar.

—Kookie —habló la loba con piel de cordero cuando ya habíamos alcanzado la carretera— estoy deseando ver a tu abuela, sé que se pondrá tan contenta —él le sonrió.

—Lo sé...sé cuánto te quiere —ella le sonrió a él.

Yo atrás en mi particular partido de tenis, mirando a uno y después al otro.

—Nena —me llamó, por fin iba a entrar en el juego, hablaría con él—. ¿Me puedes pasar mi mochila que está al lado tuyo? —bajé mis hombros decepcionada, no era hablar lo que quería.

Se la di. Sacó una pequeña cajita y se la dio a Rebeca, yo moví mi cuerpo deprisa para ver lo que era pero me hice daño con el cinturón en el hombro...nadie se dió cuenta. Me eché hacia atrás y miré por la ventanilla.

—¿Crees que le gustará a mi abuela? —no quería saber lo que era, eché mi cuerpo hacia atrás por la molestia en mi hombro.

—Es precioso —escuchaba a Rebeca toda emocionada.

Yo sabía que esa había sido la vida de los dos mientras yo lloraba y estaba encerrada en mi habitación. Y eso no ayudaba a mi decepción.

—¿Te ocurre algo, nena? —Jungkook miró por el retrovisor de pronto, yo sonreí a toda prisa.

—¿A mí?, no...sólo es que estoy cansada —le puse una leve sonrisa.

—Duerme cariño, cuando lleguemos te aviso, ¿vale? —cerré los ojos, no me sentía muy bien.

Tardamos unas dos horas en llegar.

En el trayecto escuché, en todo momento, la conversación entre los dos, creo que escuché todas las anécdotas vividas y por vivir.

—Llegamos chicas —nos avisó Jungkook emocionado.

Vi la casa en la que estuve hace tiempo y los recuerdos llegaron a mí muy lentos, como si se estuviesen desvaneciendo.

"Jungkook me tenía de la mano y muy sonriente me presentó a su abuela, para luego llevarme a la colina y declararme su amor".

Me agarré a eso con todas mis fuerzas, me sentí mejor al pensar así. La sabelotodo no me iba a amargar el viaje. Así que salí con otra aptitud al exterior.

—Tengo ganas de ver a tu abuela —le dije a él emocionada.

—Pues vamos, ¿qué esperas? —me agarró la mano. La arpía venía detrás...punto para tí TN, pensé.

Abrió la puerta y gritó para que su abuela supiera que había llegado.

—¡Ya estoy aquí! —la mujer mayor salió toda contenta.

—¡Ay mi niño! —había tanto amor en sus ojos. Cogió su cara para besarlo.

Yo me quise soltar de su agarre, pero Jungkook no me lo permitió.

—Mira abuela a quien he traído conmigo —la mujer me miró y puso las manos en su boca como muestra de sorpresa.

—Pero que linda estás cariño, ven que te vea mejor —miré a Jungkook por la vergüenza y lo vi con una gran sonrisa. Me llevó hacia delante haciendo empuje.

—Estoy muy contenta de volver a verla señora Jeon —dije una verdad cómo un templo. Se veía muy bien y eso me alegraba.

—¡Abuela!, estoy aquí —Oh...se habían olvidado de ella, que catástrofe.

—Rebeca, mi niña —era puro cariño lo que vi entre las dos, me dió una ráfaga de envidia.

Se pusieron a hablar cómo locas y empezaron a andar hacia el interior de la casa

—Ven —Jungkook cogió mi mano de nuevo y empezó y salimos al exterior.

Iba deprisa y me arrastraba a su paso.

—¿Estás loco?, ¿dónde vamos? —me miraba con una gran sonrisa.

—Ya lo verás, te gustará...