Tn cree que Jungkook es perfecto para su vagina y para perder con él su virginidad, pero ella es la hermana de Jimin su mejor amigo... está prohibido mirar, tocar y menos tener sexo con ella.
❎. No está permitida ni la copia ni la adaptación de ésta...
Era sábado, el día que iba a asistir a mi primera fiesta. La noche que viviría algo que quedaría grabado para siempre en mi mente y en mi piel.
—Tienes que hacer todo lo que te he dicho, ¿de acuerdo? —me decía Jimin en el desayuno.
—Que sí, que pesado te pones. Yo siempre me he portado bien —le contesté algo enojada.
—Si no es por tí, sino por los energúmenos que hay por ahí sueltos, no me fío de ellos.
Llegó Jungkook a desayunar muy guapo cómo siempre, venía recién duchado. Su pelo estaba aún mojado y le caía en la frente.
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—De acuerdo, nada de chicos, nada de besos y nada de irme fuera a la calle con ninguno —dije con los ojos en blanco y avergonzada porque siempre me tratase como a una niña pequeña.
Jungkook nos miró y soltó una risa.
—Vaya nena, que aburrida te están pintando la fiesta, ¿no?
—¿Que esperas que deje que alguno se aproveche de ella? —soltó de mal humor Jimin.
—No eso no, voy a estar yo a su lado ya te lo dije, y no le pasará nada malo —me guiñó después de soltarlo todo.
Me acordé del beso en las taquillas y me puse roja cómo un tomate.
—Me voy chicos —me levanté rápidamente— tengo que ir con Eun-ji de compras y preparar el vestido de la fiesta.
Jungkook me paseó con la mirada y mordió su labio. Yo quité todo contacto de pronto porque a éste paso me quedaba sin mejillas.
Me fui en busca de Eun-ji y fuimos al centro comercial.
Me compré un vestido rojo que era de ensueño, nunca había tenido uno igual en mi vida. Era escandalosamente ajustado y bastante corto. Digno de una fiesta universitaria que se precie y que iba en contra de cierto hermano rubio demasiado protector.
No sé si le gustaría mucho a Jimin pero yo estaba encantada con él, y con eso me bastaba.
(...)
Eun-ji y yo nos estábamos preparando en mi cuarto.
Pusimos música, reíamos y bailábamos como locas. Tal vez suene aniñado, pero tampoco nos dieron opción a ser de otra manera.
—¡Chicas por favor que vais a tirar la casa! —nos gritaba Jimin.
—¡Aguafiestas! —le grité yo.
—TN seguro que habrá chicos muy guapos, ¿verdad? —se le ocurrió decir a Eun-ji cuando estaba tumbada en mi cama mirándose las uñas pintadas.
—Seguro que será así, espera aquí que voy a traer unos refrescos y nos vestimos después.
