.030

83 16 12
                                    


Al despertar, sentí el sonido de risas que llegaban desde afuera de la habitación. Me tallé los ojos, aún con algo de sueño, y me levanté para ver qué estaban haciendo los chicos. A través de la puerta entreabierta, los vi grabando algo con sus teléfonos, riendo como si estuvieran tramando algo divertido. La curiosidad me invadió y, con pasos sigilosos, me acerqué para observar mejor.

Cuando me vieron, se detuvieron de golpe. Todos me miraron con una mezcla de sorpresa y culpabilidad, como si los hubiera pillado en medio de un plan secreto.

—¿Qué están haciendo? —pregunté con una sonrisa, aunque no pude ocultar un atisbo de sospecha en mi voz.

Ian fue el primero en reaccionar, escondiendo su teléfono detrás de la espalda de manera poco disimulada.

—Ah, no es nada —respondió rápidamente— Solo estábamos... ya sabes, tonteando un poco. ¿Por qué no vamos a desayunar?

Fede y Parce asintieron de inmediato, como si esa hubiera sido la respuesta acordada, lo que solo hizo que mis sospechas aumentaran. Aun así, decidí no presionar más por el momento.

—Está bien, vamos a desayunar entonces —dije, aunque mi tono dejaba claro que no me había convencido del todo.

Caminamos juntos hacia el comedor del hotel, y mientras lo hacíamos, no pude evitar lanzar algunas miradas hacia los tres. Ellos, en cambio, mantuvieron una actitud despreocupada, hablando de cosas triviales, como el clima o lo cómodo que había sido dormir.

Ya sentados, comenzamos a pedir nuestro desayuno. Yo elegí unos huevos rancheros, mientras que Ian pidió pancakes, Parce se decidió por un omelette, y Fede optó por unos waffles con frutas.

—Este lugar es increíble —comentó Ian, cortando un trozo de su pancake— La playa, la vista, todo. Es el escenario perfecto para grabar contenido, ¿no creen?

—Totalmente —respondió Fede, lanzándome una mirada antes de continuar— De hecho, estábamos pensando en grabar algo divertido hoy en la playa. Para el canal de el pelos de elote. 

Amo que Fede le diga pelos de elote al pelos de elote AJAJAJA.

—Mmm... —murmuré, mirándolos uno por uno— ¿Y qué tienen en mente?

—No te preocupes, es una sorpresa —respondió Ian con una sonrisa que dejaba entrever más de lo que decía.

Después de desayunar, nos levantamos de la mesa con la energía renovada. La conversación había sido ligera y llena de risas, aunque no pude evitar notar las miradas cómplices entre los chicos. Algo estaban tramando, pero no quise presionarlos más por ahora.

—Vamos al hotel a cambiarnos antes de ir a la playa —dijo Ian, mirando en mi dirección.

—¿Cambiarme? —respondí, levantando una ceja— Creo que así estoy bien.

Llevaba puesto un conjunto cómodo de shorts y una camiseta, ideal para pasar el día en la playa, pero Ian no parecía estar de acuerdo. Se acercó a mí, sacudiendo la cabeza con fingida desaprobación.

—No, no, no —dijo, intentando sonar convincente— Deberías ponerte algo más... no sé, más bonito. ¡Es un video, Yas!

—¿Algo más bonito? —respondí, cruzándome de brazos— ¿Por qué? ¿Qué estás planeando, Ian?

Antes de que pudiera seguir interrogándolo, Fede intervino, riéndose suavemente.

—Es que te ves muy fodonga así —dijo Ian, tratando de sonar bromista, pero no pude evitar fruncir el ceño.

En mi próxima vida ; Fede Vigevani Donde viven las historias. Descúbrelo ahora