Capítulo 16 ~ Odiosa realidad

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En el incómodo silencio que siguió, Riftan sintió que le ardían los oídos, como si hubiera revelado algo vergonzoso.

Pateó el suelo sin ningún motivo en particular y dijo bruscamente.

— No importa. Olvida que he preguntado.

— ¡N-No! — dijo Ruth apresuradamente —. Lo haré con mucho gusto. No es un hechizo tan difícil.

Riftan detectó una pizca de júbilo en la voz del mago.

— Después de todo, no es fácil dormir en una cueva. Por favor, acuéstate. Permíteme que te haga una ilusión maravillosa.

El mago hablaba como si estuviera calmando a un niño descontento. Aunque esto molestó mucho a Riftan, su deseo de descansar era más fuerte. Se tendió obedientemente en el suelo de la cueva. La grava se le clavaba en la espalda, y el peculiar aire mohoso de la cueva le hacía cosquillas en la garganta con cada inhalación. Sin embargo, estaba demasiado agotado para sentir molestias. Se colocó la mochila bajo la cabeza y se abrazó a la túnica.

Ruth se inclinó y posó una mano sobre los ojos de Riftan.

— Intenta evocar el recuerdo más alegre que tengas en la mente.

Pronto, una luz blanca brotó de las pálidas yemas de los dedos del mago y la cueva se desvaneció.

Una suave brisa con aroma floral rozó el pelo de Riftan. Momentos después, un claro día de verano se hizo visible. Los rayos de luz se filtraban a través de las hojas que brillaban como esmeraldas sobre él. Algo le decía que siguiendo este camino llegaría al jardín en plena floración.

Sus huesos cantaron con una extraña sensación de alivio y añoranza mientras se sentaba a la sombra de un árbol y observaba a la niña. Tenía los brazos alrededor del sabueso negro e intentaba hundir la cara en su suave pelaje.

Se le oprimió el pecho al verla. Él también había anhelado una vez que alguien lo estrechara, que sus suaves brazos lo rodearan como un cálido abrazo.

Es sólo una ilusión.

Riftan murmuró en silencio. Aunque sabía que no era más que un truco de magia, la escena le seguía tocando la fibra sensible y se negaba a liberarlo de su cautivador agarre. En el pasado, sólo con mirarla podía desterrar toda su angustia. Se dio cuenta de que seguía siendo cierto incluso ahora.

La tranquila escena empezó a disiparse como la niebla. En poco tiempo, estaba de vuelta en su dura realidad. Una vez más en la fría y oscura cueva, Riftan suspiró con abatimiento.

— ¿Ya te has levantado? — dijo Ruth, dejando escapar un largo bostezo.

El mago había estado dormitando agachado a su lado.

Riftan se incorporó en silencio. Al fin y al cabo, el hechizo de ilusión no era más que un producto de su imaginación. No podía hacer más que ofrecerle un momento de consuelo. Deshaciéndose de la sensación de vacío que sentía en el pecho, Riftan instó a Ruth a continuar su huida de la cueva. El brillante amanecer le escoció los ojos cuando se liberaron.

Apoyó al exhausto mago mientras descendían la montaña. Cuando se reunieron con los demás mercenarios y les informaron del incidente, los hombres formaron rápidamente un grupo de búsqueda de supervivientes. Escarbaron entre los escombros durante medio día. Milagrosamente, ocho habían logrado sobrevivir, mientras que los cuerpos de los no tan afortunados fueron descubiertos entre los escombros.

Todos estaban acostumbrados a este tipo de accidentes y nadie se inmutó. Los clérigos se ocuparon de los muertos mientras Riftan transportaba a los heridos a las barracas. Una vez que los heridos estuvieron a salvo, por fin pudo descansar como es debido.

Debajo del roble ~ Libro 06 [Riftan] Historia paralelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora