Capítulo 17 ~ Llévame contigo

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— Disculpa mi tardanza. Llevaba más equipaje del que pensaba — dijo Ruth, palmeando su abultada bolsa.

Hablaba con tal descaro que parecía como si tuvieran un acuerdo de larga data para partir juntos.

— Quería comprar un caballo — continuó —, pero el precio del ganado aquí es francamente criminal. Si queremos cruzar la frontera, tendremos que comprar corceles en cuanto lleguemos al sur. — Soltó un bostezo prolongado y se tendió de lado sobre un fardo de paja —. Bueno, voy a dormir un poco. Por favor, despiértame cuando lleguemos.

Riftan miró al mago con incredulidad antes de levantarse de un salto y agarrarlo por el cuello. Sin prestar atención a los graznidos de Ruth, Riftan se dispuso a arrojarlo de la carreta.

Ruth se aferró a la barandilla y gritó frenéticamente.

— ¡Espera! ¿No podemos arreglar esto con palabras? Tengo mis propias razones para irme.

Riftan lo fulminó con la mirada antes de arrojarlo al suelo. Ruth se escabulló hacia el interior del vagón y se aferró a su bolsa.

— Eres demasiado cruel. ¿Ibas a tirarme como a un animal?

Riftan ignoró las protestas del mago y gruñó.

— Será mejor que te consigas otro vagón o caballo cuando lleguemos a la próxima aldea. Eres libre de ir adonde te plazca, pero ni se te ocurra venir conmigo.

Ruth frunció el ceño.

— ¿Tienes que ser tan frío?

Sin molestarse en responder, Riftan se dejó caer sobre el fardo de paja. Durante un largo rato, el único sonido fue el de las ruedas de la carreta surcando el camino cubierto de nieve. Ruth pasó el rato mirando nerviosamente a Riftan.

— ¿Acaso mi presencia no te beneficiaría? — gimoteó Ruth, rompiendo por fin la paz —. Podrías exigir una compensación mayor llevando a un mago contigo, y es más seguro que viajar solo.

— ¿Más seguro para quién?

Ruth se estremeció ante la réplica y admitió.

— No quiero estar solo en este lugar. Sabes que la gente de aquí no es muy amable con los magos. Tengo los nervios de punta de tanto preocuparme por cuándo me llevarán a rastras ante el Tribunal Sagrado, y dudo que alguien de la compañía mueva un dedo para detenerlos.

Riftan apretó la mandíbula. ¿Cuántas veces tendría que repetirlo hasta que el enano lo entendiera? No tenía intención de protegerlo.

— No veo en qué me concierne eso.

El rostro de Ruth se sonrojó ante la contundente respuesta.

— Me sería imposible cruzar la frontera yo solo. Podría caer en una emboscada de bandidos, ser secuestrado por traficantes para convertirme en el juguete de un noble pervertido o acabar convertido en excremento de monstruo. ¿De verdad vas a abandonarme a un destino tan terrible? ¿Crees que es algo honorable hacerle eso a alguien que te ha salvado la vida en múltiples ocasiones?

Al límite de sus fuerzas, Riftan se tapó los oídos mientras Ruth se aferraba a sus pantalones y seguía graznando.

— ¡Soy un mago muy competente! ¡Incluso la Torre de los Magos me ha reconocido! Y aquí estoy diciéndote que te serviré con gusto. ¿Por qué estás tan en contra? ¿Qué es lo que te disgusta tanto de mí?

— ¡Suél... Suéltame!

— ¡Tendrás que matarme primero! ¡Francamente hablando, no puedo confiar en nadie aquí! Si no hubiera alardeado de que estabas de mi lado, ninguno me habría dado mi parte. Siempre haces las cosas más horribles que nadie en su sano juicio intentaría, pero nunca me has engañado.

Debajo del roble ~ Libro 06 [Riftan] Historia paralelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora