𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓣𝓻𝓮𝓲𝓷𝓽𝓪 𝔂 𝓼𝓮𝓲𝓼

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Carlos camino estrepitozamente en la pequeña sala. Estaba en busca  de las pequeñas llaves, que estaba seguro que había dejado en la encimera  de la cocina la noche anterior.

Charles salió bostezando de la habitación , al parecer se había desvelado con otro tétrico experimento. Camina hasta el mayor y con una ligera mueca en el rostro pregunto:

— ¿Que te pasa? Ya has perdido la cordura en tan solo estas dos semanas conmigo.

El moreno voltea a verle por fin y su mirada no duro mucho, rápidamente dirige su atención a la pequeña mesa que está cerca de la puerta del departamento.

Charles le resta importancia y se dirige a la cocina dispuesto a comer el desayuno que le había dejado Carlos en la encimera.

Desde que había llegado a Niza éste se había encargado del alimento para los dos. Charles no entraba a la cocina a no ser, para dejar sus frascos para sus experimentos , aunque últimamente no había podido tampoco hacerlo. No después de las constantes llamadas de atención por parte de Carlos para que aprendiera a organizar sus cosas en el lugar asignado que le había dado.

Se sirvió un vaso de leche y comió en silencio sus panqueques.

Carlos entro a los pocos segundo en la habitación y deposito un beso en su frente, sentándose a lado de el .

— Quede de verme con un amigo en una hora. ¿Quieres acompañarme? — pregunto, manteniendo su mirada en la encimera .

A Charles le pareció un poco curioso que Carlos le estuviera ofreciendo el acompañarle a tal encuentro. Y a juzgar  por su mirada estaba pidiendo a gritos que le acompañará.

Asintió y siguió comiendo en silencio. De igual manera, eso le favoreceria , ha estado queriendo comprar unas zetas, que le ayudarían en una investigación  y con esta salida podía convencer a Carlos de que se las comprara. Era un ganar-ganar podía complacer al mayor acompañándolo y de premio el español  podia comprarle lo que necesitaba.

— Tardaré un poco. Por lo que puede parecer aburrido para ti. — menciono con obviedad. Ya conocía a su omega y estaba seguro que si le pedía que estuviera callado y no saliera con sus comentarios  pasivo agresivos , este se aburriría a más no poder.

— No importa — interrumpe. Termina el último bocado que le quedaba y deja el plato en el lavabo.

Camina hasta el dormitorio  de nuevo y saca un Pantalón junto a una camisa holgada, ha decidió ir cómodo. No quiero hatocigarse en pensar que ponerse.

Carlos por su parte se concentra en enviarle mensaje a su viejo amigo para hacerle saber que le verá en la cafetería  establecida en unos minutos . Sonríe al ver por el rabillo del ojo el como Charles pelea internamente si llevar su computadora o no .

Estos días habían sido un poco difíciles  para los dos. Aunque un poco más para Carlos, había estado buscando como loco un trabajo, al parecer en Niza era mucho más difícil el encontrar uno. Había estado la semana pasada y parte de esta buscando desesperadamente una vacante en cualquier hospital o universidad  disponible, pero lastimosamente la suerte no ha estado de su lado.

No ha recibido ni una sola llamada  en todos estos días y ha decir verdad ya estaba empezando a preocuparse , desde que decidió solicitarle el divorcio a Rebecca  la mitad de su cuenta aparte a estado reducida debido al cobro del abogado que esta llevando su caso.
Sin olvidar todos los gasto que se estaban acumulando en sus nueva vida junto al pequeño omega.

Había calculado su ahorro para máximo seis meses, pero con los constantes gastos que había hecho en arreglos para el departamento, estos se había reducido grandemente. Tenía que si o si empezar a trabajar más tardar al final del mes o si no se las verían difíciles.

𝓛𝓾𝓬𝓲𝓭 ||ᴄʜᴀʀʟᴏꜱ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora