Capítulo 107 Guerra en Todos los Frentes-Empujado al Combate

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Vuelvo a escuchar gritos, ruidos y vibraciones lejanos, y me pongo a sollozar mentalmente en el suelo de mi refugio. ¿Tan solo por qué?, ¿por qué no puede parar toda esta carnicería?

Totalmente motivados por la muerte y el asesinato, otra horda de cosas horribles y quitinosas avanza entre la niebla, chocando como una ola contra los competidores.

Todos se pelean y matan entre ellos, colmillos perforan caparazones mientras pinzas aplastan antenas u ojos y desmiembran piernas. Borrachos de violencia y sangre, siguen matándose entre todos, incluso mientras algunos son secuestrados por aquella cosa extraña que vive en el agujero. Un escalofrió me recorre mientras veo la escena, tan desesperado y hambrientos por muerte y violencia. Tan predispuestos al asesinato y la muerte.

Ácido y veneno llueven desde las paredes mientras cosas horribles y babosas gigantes luchan entre sí, devorándose los unos a los otros, derramando acido en todas direcciones. Sangre y violencia luchan en las paredes del túnel mientras la muerte corre libre por el suelo.

Cadáveres sobre cadáveres de monstruos, todos luchando encima de cadáveres, algunos aprovechando pequeños despistes para comer todo lo que sus estómagos les permitan antes de salir de vuelta a la batalla.

No hay piedad ni descanso, solo sangre y violencia desenfrenada en todas direcciones. Por encima de la niebla también hay pelea, cosas trepando todo lo alto que pueden, seguramente por las partes más altas de los muros del túnel o por el techo. Puede que algunos lanzándose desde el techo para caer encima de sus objetivos elegidos, puede que otros llenos y gordos, satisfechos con la violencia, arrastrándose silenciosamente entre las sombras para volver a sus guaridas para descansar. Descansar, para poder volver a matar otra vez cuando despierten.

Esto ya no es una batalla campal, ni una guerra, no, es algo más. Un bufet libre de violencia y comida, de sangre y muerte, lleno de productos frescos y recién recolectados. Listos para ser devorados por hordas de monstruos violentos.

Como una maquina engrasada por la sangre de los caídos, los monstruos luchan, comen lo que pueden en pequeños espacios de tiempo y siguen luchando con incluso más violencia que antes.

Esto no tendrá un fin. Seguirán matándose, y haciendo ruido, derramando sangre y lanzando sus desafíos a la oscuridad, de donde saldrán otros monstruos para luchar. Hasta que todos estén muertos o solo uno quede en pie. O puede que haya cosas más horribles esperando, agazapados en la oscuridad, esperando a que un campeón emerja de este baño de sangre, cansado y herido, para dar el golpe final y quedarse con el premio.

No lo sé, y no me importa, solo quiero salir de aquí.

Utilizo lo poco que he vuelto a recuperar para profundizar más en el agujero, para enterrarme más y más lejos de toda esta sangrienta locura. Hay tanta sangre, tantos cuerpos, tanta violencia, que ni siquiera parece real. Parece una escena de alguna película de acción retorcida en la que el director cometió el error de echar demasiada sangre.

El olor a muerte es asfixiante, tanto que me cuesta respirar. Es como si la propia muerte estuviera intentando ahogarme. Es horrible. Es aterrador.

Noto algo con ligero resplandor chocar detrás de mí, la magia de tierra cesa y me giro a toda velocidad. Totalmente acelerado y alimentado por el miedo, mi cuerpo grita de dolor por el movimiento repentino y siento como si estuviese a punto de desmayarme.

El terror trepa por mi garganta, amenazando con hacerme vomitar y desmayarme, solo para encontrar que es un cristal azul.

Joder...dios...casi...me da un infarto. Santa serpiente...mi corazón...duele al latir.

Vuelvo a girarme, y me encuentro con un ciempiés de alrededor de un metro o puede que un poco más mirándome fijamente desde la entrada de mi escondite.

Vida de una Serpiente Vol.1 Miedo y HambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora