Capítulo 45 Los arboles tienen ojos

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Mientras me deslizo sigilosa y tranquilamente me quedo parado cuando la visión de calor detecta algo a lo lejos. A unos cuantos arboles mas allá, uno de los arboles es raro. No en forma; su forma es exactamente igual a la de cualquier árbol retorcido que haya visto aquí abajo.

No, es algo más. Su...firma de calor, es extraña, parece casi un poco más caliente que el resto de plantas. Paranoia empieza a gritar mientras imágenes de la aterradora flor con dientes parpadean a la vida, apareciendo en mi consciencia.

El recuerdo es vivido, pétalos carnosos y extraños similares a los tentáculos de una anemona. Dientes manchados de sangre, largos y rotos como dagas dentro de una boca cavernosa e imposiblemente grande.

La negrura de esa boca que parecía enlazarse con el fin de mi vida.

NOP, no me pienso acercar a esa cosa, ni por todas las setas del mundo.

Me giro y marcho hacia otra dirección, evitando todo lo que puedo el sospechoso árbol. Casi puedo sentir como me mira, insatisfecho de cómo no he caído en su burda trampa. Lo siento amigo, pero mi visión de calor ha explotado totalmente tu trampa.

Continuo mi camino deslizante mientras sigo vigilando al árbol sospechoso, no quiero arriesgarme a que la maldita cosa sea realmente un árbol monstruoso y pueda levantarse y caminar o algo así.

Por qué honestamente, con todas las cosas locas que he visto aquí, no me extrañaría en lo más mínimo.

¿Arboles andantes sacados de los infiernos ardientes?,mhe, eso es un lunes por la mañana en este maldito lugar donde la muerte gobierna y el hambre cacarea y se revuelca en lujos como el siervo favorito de la muerte.

Cuando me he alejado lo suficiente del árbol y este no se ha desenterrado de la tierra y empezado a correr detrás de mí, doy el visto bueno de que no va a hacerlo y vuelvo a mirar hacia adelante.

Solo para encontrarme con que otro árbol a unos buenos treinta deslizamientos o más también parece un poco sospechoso...hisss, esto no me gusta.

Vuelvo a deslizarme, manteniéndome lejos de este nuevo árbol sospechoso mientras lo observo desde lejos, juzgándolo con fría sospecha. He visto pilares de piedra ser en realidad mantis gigantes devoradoras de cabezas y flores ser bocas de perdición cubiertas de pétalos y hojas. Sospechar de unos árboles no está por encima de mí ni de lo que este lugar tiene para ofrecer.

Me alejo y sigo mi camino observando al árbol hasta que estoy demasiado lejos como para que la visión de calor pueda funcionar correctamente. La lista de cosas peligrosas se va ampliando de una forma incómodamente rápida.

Primero setas, luego también pilares de piedra, flores, arboles. Honestamente, en este punto si el agua intentara matarme ni me sorprendería...bueno, sí que me sorprendería, pero estaría dentro de las predicciones de posibles peligros mortales en este lugar.

Si algo como esto existiera en la tierra, estoy bastante seguro que todo el mundo se uniría para bombardear la zona con bombas termonucleares hasta que no hubiera árbol en pie. Solo después de que estados unidos intentase buscar petróleo y algo se comiese a todo el grupo de extracción.

Si, definitivamente puedo ver algo como eso pasando.

El solo pensamiento de algo imitando maldita agua para matarte mientras bebes es más que suficiente para hacerme temblar y congelarme momentáneamente.

Por favor dios serpiente, que algo como eso NO exista, por favor te lo pido.

No creo que mi salud mental pueda aguantar un golpe como ese. Ya le tengo miedo a los pilares de piedra, a las flores y un poco a los árboles, no necesito agregar el "miedo al agua" a esa lista cada vez más incómodamente grande de cosas aterradoras que podrían ser monstruos disfrazados listos para matarme.

No, absolutamente no.

Con tan solo pensarlo siente como me está dando una serpiegraña, más conocida como migraña de serpiente. Mientras mi cabeza duele sigo mirando hacia los árboles, totalmente vacío de confianza ante las cosas de troncos retorcidos y hojas oscuras que bailan en las sombras de los parches de hierba brillante.

Incluso aunque la visión térmica me demuestra que no son monstruos horribles con raíces llenas de pinchos curvos listos para arrastrarme hasta una boca cavernosa demasiado grande o para drenarme la sangre hasta dejarme como una momia. No puedo evitar sospechar, tenerles miedo a los arboles retorcidos y siniestros.

Un miedo fruto de cuanto más tiempo paso en este loco y horrible lugar, completamente desprovisto de lógica alguna. Donde todo está rodeado de dientes y piedra que bordean el agujero de miedo y hambre que es este lugar.

Avanzo intercalando miradas de árbol en árbol, de vegetación a vegetación, solo para desviarla al cielo falso en el que nadan gigantes de hambre y violencia. Noto como la adrenalina se dispara por mi cuerpo y lo tensa mientras el miedo se aferra a mi como una garrapata a un perro.

Cada pequeño crujido de madera vieja, cada susurro de las plantas, cada pequeño e insignificante ruido hace sonar las alarmas de mi mente como si fuesen las pisadas de algo enorme haciendo temblar el suelo que parece indicar el fin del mundo. Sin poder aguantarlo más me lanzo contra una concentración de plantas y me escodo ahí dentro para calmarme. Inspiro y expiro, una y otra vez respiro para intentar calmarme mientras mis sentidos están extendidos hasta su límite, intentando detectar el mas mínimo indicio de peligro.

Los segundos se convierten en minutos mientras el tiempo parece desdibujarse y solo quedamos yo y la amenaza constante que es todo este lugar alienígena y de pesadilla. Mi corazón late con fuerza en mi pecho de serpiente y puedo notar la adrenalina nacida del miedo corriendo libre por mi sangre, como un incendio desbocado.

Cada parte de mi cuerpo me insta a correr, a deslizarme lejos de este lugar para nunca más volver. Lo único que me frena es el instinto, que sabe que este plan de acción me llevara casi con total seguridad a una tumba poco profunda.

Retomo el inspirar y expirar para calmarme hasta que finalmente, después de dios sabe cuánto tiempo me logro calmar. Las alarmas de peligro de muerte cesan su horrible grito en mi cabeza, y solo quedamos este retorcido bosque y yo.

Lo juro, si no salgo de aquí pronto voy a perder la cabeza.

Con miedo me deslizo desde mi escondite y continúo reptando hacia lo desconocido. En busca de la pared y la salida. Mi billete dorado a una vida fuera de este horrible lugar de muerte y fatalidad gobernado por el miedo y la sangre. Donde el hambre y la oscuridad corren salvajes entre los árboles y las sombras.

Vida de una Serpiente Vol.1 Miedo y HambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora