Capítulo 112 Un Nuevo Compañero

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Me deslizo entre la oscuridad con cuidado y sigilo, atento a cualquier posible vibración u olor que pueda indicar que hay alguna aberración asesina acechando en la oscuridad.

Pero no detecto ninguna vibración cercana y todo sigue oliendo a ceniza y fuego.

Mejor así, he tenido pelea para toda una vida con lo que ha pasado aquí, no quiero volver a repetir la experiencia en lo que me queda de vida escamosa...sea cuanto sea eso.

...ahora que caigo, ¿cuánto tiempo vivo?, quiero decir, estoy bastante seguro que una serpiente normal no vive precisamente mucho. Pero también estoy bastante seguro que una serpiente normal no puede mejorar partes de su cuerpo con propiedades alienígenas y escupir fuego de colores por la boca. O modelar la piedra y la tierra para lo que cuenta.

Tal vez tenga más esperanza de vida que la serpiente de jardín promedio, o tal vez viva lo mismo o incluso menos, no tengo idea.

Tan solo otra pregunta más para la creciente pila que tengo que hacerle a [Voz de Sephirot] cuando tenga tiempo, mucho aether para gastar y este en un lugar seguro con posibilidades negativas de acabar devorado por algo.

Continuo mi deslizamiento sinuoso y sigiloso en la oscuridad, en busca del agujero que da de vuelta a mi espiral ascendente y al [Campamento manto de Estrellas], a mi refugio en medio de todo este lugar horrible.

Pero en medio de la oscuridad de esta niebla maldita y fría, no puedo ver prácticamente nada. Podría crear una bola de fuego y lanzarla para crear iluminación y así poder ver algo, pero eso podría perfectamente atraer a otra horda de monstruos hasta mí, y no quiero volver a pasar por eso. Una vez ha sido mas que suficiente para toda una vida, no tengo intenciones de repetir la experiencia traumática.

Incluso con mis recuerdos borrosos aun puedo recordar los chirridos horribles y estridentes de los monstruos mientras el fuego los consumía. Como algunos se empujaban entre sí para alejarse del fuego mientras que otros saltaban hacia mí con hambre y furia.

Figuras borrosas de oscuridad chirriante que rugían, aleteaban y se retorcían mientras las llamas los lamian y consumían.

...Nop, nop, no, directo a la cripta. Directito al cajón de malos recuerdos que no quiero volver a revisar.

Encontrare la entrada a mis túneles, cerrare este lugar, dormiré todo el día y hare como que toda esta locura infernal y retorcida no ha pasado nunca. Luego seguiré cavando, saldré de aquí y nunca más tendré que volver a pensar en este horrible y jodido lugar.

Con ese futuro en mente continuo mi sinuoso reptar, mirando con fría y silbante sospecha a cualquier piedra sospechosa que encuentre en mi camino.

Las miro fijamente, temeroso de que extiendan miembros ocultos y lancen fauces extensibles, puntiagudas y retorcidas hacia mi escamosa persona mientras ojos pequeños y brillantes observan con malicia y pinzas crujen con anticipación. Pero nada de eso pasa, las piedras sospechosas siguen contentas de seguir siendo piedras y yo de no tener que vomitar fuego en pánico por sobrevivir.

Entre todo esto, ignoro los destellos carmesíes en la niebla que señalan piedras de sangre, ya comenté que no me llevaría ninguna, no puedo ni aunque quisiera.

Excepto tal vez la de la Salamandra salvadora. Su cuerpo debe ser cenizas como el del resto de monstruos, si no fuera así, me gustaría buscarla y recuperar su piedra de sangre, no para absorberla más tarde. Si no para hacer lo que originalmente quise hacer con la de la heroica salamandra antes de que instinto interviniera y me presionara, hacerle un pedestal.

Un lugar donde colocarla y poder honrar su sacrificio, tallando sus hazañas en la piedra del pedestal, puedo incluso imaginármelo. La salamandra con una postura y expresión valientes, mandíbulas desplegadas, listas para cerrarse sobre fauces flotantes y babeantes, su cola aplastando algún horror desafortunado contra la piedra.

Vida de una Serpiente Vol.1 Miedo y HambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora