Capítulo 6 Buscando Comida

243 44 1
                                    

Me deslizo con cuidado, serpenteando entre rocas, atento en todo momento a cualquier movimiento mientras el instinto sigue gritándome que volvamos al agujero y nos quedemos ahí y mi estómago sigue quejándose por la falta de comida. En circunstancias normales haría caso al instinto, pero...tengo tanta hambre, aumenta a cada segundo que pasa, el dolor siendo un poco más agudo, la sensación de hambre cada vez un poco más fuerte. 

Prácticamente puedo escuchar a mi estómago insultando en ocho idiomas distintos, (uno de ellos probablemente alemán o ruso), ante la falta de alimento.

Serpenteo con un hambre en crecimiento mientras miro todo en todas direcciones, cuando hay algún mínimo movimiento que pueda ver, me congelo, espero a que pase el peligro para volver a serpentear, sigo hasta que vuelve a haber peligro y me congelo otra vez, y el ciclo se repite.

Así, entre paradas, un hambre que me aguijonea el estómago, y miedo constante, exploro este infierno rocoso y húmedo.

Gracias a eso he descubierto varias cosas, entre ellas, que todo aquí es más grande que yo, aparte de los ciempiés, salamandras y murciélagos, hay más cosas rondando en la oscuridad de esta cueva del infierno. Lagartos, lagartos grandes y robustos, con muchos pinchos de aspecto aterrador, también ratones o ratas, no estoy seguro, cuando uno era mucho más grande que el otro eran fáciles de distinguir, pero estos son enormes, mucho más grandes que yo.

Con algo similar a dientes de sable en forma de dientes delanteros saliendo desde su boca y con cuchillas de aspecto afilado en sus tres colas (si, tres), también hay insectos, muchos insectos de todo tipo, todos increíblemente asquerosos, con mas que demasiadas patas, mandíbulas extrañas, y efectivamente, lo has adivinado, más grandes que yo, lo cual no es para nada bueno.

También hay arañas, si, malditas y jodidas arañas gigantes, cosas alargadas y asquerosas, quitinosas y peludas de ocho patas, ojos vidriosos y hambrientos acechando en la oscuridad, sus colmillos brillando levemente ante la luz de las setas como algún tipo de obsidiana embrujada. Las más pequeñas son, lo has adivinado una vez más, más grandes que yo, quiero decir, todas son más grandes que yo, pero las "grandes", ohohoh, déjame que te diga, esas están a un nivel completamente diferente de pesadilla gigante, por dios, algunas tienen incluso una especie de set de colmillos extra o algo así.

Incluso podría jurar haber visto una con un set extra de patas, pero eso ultimo podría haber sido mi imaginación aterrorizada perfectamente, y como si todo eso no fuera lo suficientemente perturbador, casi todo lo que he visto en mi camino estaba masticando algo con escamas...sobre todo las arañas...

Quiero decir, podrían estar comiendo lagartos. Si no fuera porque los lagartos no son tan alargados como lo que he visto que se estaban comiendo. Creedme, eso era demasiado largo como para ser un lagarto, demasiado resbaladizo...y con una clara falta de patitas.

Creo que una buena parte, si no la mayoría de hermanos que nacieron antes que yo deben haber entrado ya al reino de las sombras.

"Quémalas con fuego"—me sugiere mi lado humano –"Quémalas con fuego"—me susurra el instinto, bueno, al menos todos coincidimos en algo, las arañas son horribles y apestan, apestan mucho.

Hissss...miedo, este lugar da miedo, es aterrador, quiero salir de aquí.

Con mi parte de exploración hecha, me deslizo de vuelta a mi agujero, mi zona segura, libre de maldad y cosas aterradoras. Una vez en la seguridad de mi agujero me pongo a pensar, veamos, ¿qué hemos aprendido en esta exploración?

Que soy el final de la cadena alimenticia de este lugar y que todo es más grande que yo y da mucho miedo. Todo lo que tengo a mi favor es que subí de nivel y que gracias a "rama mágica" o como sea que se llame tengo algo de magia, fuego y curación...yo diría que elegí bien. Nunca he sido el mejor con las elecciones, pero creo firmemente que esta vez he elegido bien.

Vida de una Serpiente Vol.1 Miedo y HambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora