15; que el momento decida.

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PEDRI GONZÁLEZ POV;

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PEDRI GONZÁLEZ POV;

Me había cambiado el chip de un día a otro, no sé ni como, ya que yo no era muy partidario de enamorarme, y menos de una relación vieja.

A pesar de todos los momentos, (íntimos y no íntimos), que habíamos vivido juntos, cuando te empieza a gustar una persona, no hay vuelta atrás hasta que te decepciona.

¿Que haces?—dije, sentándome a su lado en el sofá.

Mira.—me enseño que se estaba hablando con UN AMIGO MÍO, Marc guiu.

No podía quejarme, nuestro pacto era intimidad y lujuria, pero cada uno con su vida.

Tu que machote, ¿ligas?—dijo ella.

Bueno...—

La verdad, se que si alguien ve nuestras vidas, o se la cuentan, probablemente pensarían que estamos todo el día follando, pero eso es un 0,1% de nuestro día a día, e incluso hay días que nos saltamos la rutina.

¿Vamos a dar un paseo?—propuso mi madre mientras yo miraba a Maika.

Vale, por qué no.—

Aunque simplemente tuviese 18 años, yo creo que el salir con gente mayor de edad a sus 16 años, le ayudo a madurar antes, ya que una adulta actual de 18 años, no se porta así.
¿Estáis?—dijo mi padre mientras yo me peinaba, delante de un espejo.

Si, papá, ya voy.—

Cuando yo me enamoraba, era una persona muy tímida, pero intenté ocultar eso, ya que ella me conoció en mi estado natural, y aparte, sabía que la atraería mas así.

Maika me vio y se empezó a reír, no se porque razón, pero le saque el dedo corazón.

Maika me vio y se empezó a reír, no se porque razón, pero le saque el dedo corazón

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Ella hizo un corazón, en el que yo metí un dedo. Causando su risa.

Que pervertido.—dijo Maika.

Exclamó la chupa piruletas...—

Cállate ya, si te gustó.—dijo.

No se, no tengo sentimientos, solo somos amigos, ¿no?—

Tu eres muy tonto.—dijo esta, riendo.

Nuestra suerte iba a favor, ya que Gabriela se distraía con Fernando, y Fernando con ella. Mis padres con Noa, y yo con su hija.

¿Has dormido algo?—pregunto.

Muy poco, ¿por?—

Porque no he dormido una mierda, y he oído ruidos.—dijo esta.

Maika, que eres pequeña no puedes decir palabrotas aún, eh—dije, metiéndome con ella.

Pues aprende a no metersela a menores.--dijo

¿Y yo a que menor se la he metido...?--dije, asustado.

A ninguno, era para que te callases ya.--

Aja, que graciosa eres, ja, ja.--dije, rotando los ojos.

Maika y yo nos cogimos helados de diferentes sabores, pero al fin y al cabo, por más que no la conociese tanto, conocía a las mujeres.

Un helado de stracciatela, porfi.--dijo.

Y otro de yogur.--dije, el helado de yogur era una buena idea para el calor, y en Tenerife hacia bastante.

¿Quieres probar?—dijo ella, alzándome el suyo

No gracias...—

Hubo un silencio, nos estábamos comiendo los helados, pero yo sabía que quería realmente Maika.

¿Me lo cambias?—dijo, con voz penosa.

JA, lo sabía.—dije, riendo.

El que.—

Que me lo ibas a pedir, lista.—dije, riendo.

Toma anda.—dije dándole mi helado, cambiándoselo por el suyo.

La verdad me gustaba más el suyo, la stracciatela era fresca pero Dulce.

¿Como esta?—dije.

Delicioso.—

Ves, si es que te tienes que fiar de mi...—dije, riendo.

Mejor que no, te metes en cosas raras.—

𝙐𝙣 𝐕𝐄𝐑𝐀𝐍𝐎 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐢𝐠𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora