27; le iba a explotar.

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PEDRI GONZÁLEZ POV;

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PEDRI GONZÁLEZ POV;

chicos, voy a comprar, sobre una media hora vuelvo.—dijo Noa.

Esta cogio a Maika y se la llevo a el pasillo.

No hagas nada raro, tu hermana está en casa.—dijo Noa.

Si, Noa, si.—dijo Maika molesta.

La vi volver, algo molesta, mientras cerraba la puerta.

¿Estas bien?—pregunté.

Si, si. Gracias.—dijo ella, sentándose junto a mí en la cama.

Esta puso algo de música, y mientras ambos estábamos tumbados, con el móvil, sonó "el cielo".

Me junté un poco mas a ella, sin intenciones ni nada, simplemente porque estaba algo incómodo.

¿Mhm?—dijo, pensándose que quería decirle algo.

La vi, y no se porque, la besé. Pero me atrevo a decir que fue por tener un recuerdo.

¿Ahora?—preguntó ella.

No se, ¿te apetece?—

Puso el seguro de la habitación, y me quito la camiseta.

Hazme todo lo que sepas, amor.—dijo en mi oído, susurrándome.

Esta se quito su top, y yo le ayude a quitarle el sujetador.

Metí la mano y empecé a masajearlo.

¿Puedo?—pregunté mientras ella se subía mas la blusa.

Succionaba sus pechos, mientras ella, me besaba el cuello.

¿Tienes condones?—dije, mírando alrededor.

Si, toma.—dijo, alzándomelo.

No me incumbía nada preguntar de donde eran, y menos porque los tenía, no me interesaba.

Me puse de pie, y me baje los calzoncillos, así revelando mi erección, con la cual yo intentaba lidiar.

¿Te ayudo?—dijo.

No.—

Cogí el condon, y con las dos manos, me lo puse, con cuidado de no romperlo

Y si...—dijo Maika, haciendome un 4 con la mano.

Nunca habíamos probado esa pose, pero mi, todo estaba bien.

Cada vez que había una embestida, Maika gemía, causándome más embestidas.

Sube la música.—dijo esta, mientras yo seguía sus órdenes.

Supuse que era para que su hermana no oyese nada, pero tampoco podría oír si su madre llegaba.

Cuando terminamos, le ayude a hacer la cama, también le ayude a vestirse, y Justo, llegó noa.

¿Que hicisteis?—dijo ella.

Me ha ayudado a configurar una cosa del ordenador.—dijo ella, con una excusa, bastante creíble.

¿Puedes poner el aire Mama?—dijo ella.

Ambos llegamos acalorados, y sudorosos.

¿Cuando vuelves?—dijo Maika, ya que me había quedado un día para verla.

No lo se, supongo que dos días, luego ya volveré.—dije.

Bueno, falta poco.—

Si, relativamente.—dije, mirando la hora.

¿Te llevamos a algún lado?—dijo Noa.

Si me podríais llevar al aeropuerto porfi...—

𝙐𝙣 𝐕𝐄𝐑𝐀𝐍𝐎 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐢𝐠𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora