27 - Feliz Navidad

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Violeta yacía de espaldas a Chiara. Medio dormida, aceptando las caricias que le daban sus dedos. Después de hacer el amor estaban más cariñosas. Sobre todo la pelinegra. Sintió sus besos en el hombro. Se giró y le plantó un beso en la boca. La morena lo aceptó gratamente.

- Este sitio es fantástico. - Miró de reojo la casa. Estaban iluminadas por el fuego de la chimenea. Sus pieles desnudas parecían ahora más doradas. Se incorporó para colocar la mitad de su cuerpo encima del torso de Chiara.

- Sabía que te gustaría. - la miró un poco desde su altura y jugueteó con su cabello.

- Debo contarte algo.

- ¿Más aún? Solo falta que metas a tu ex en casa. - Chiara rió.

- Para nada. - dijo algo molesta. - Debo irme durante un par de semanas... el centro médico nos ha mandado a mí y a un grupo de enfermeras y doctoras, que están haciendo un cursillo, es en Nueva York, debemos pasar unas prácticas... ya me han alquilado un piso y todo donde estaremos allí yo y las demás chicas... - acarició su mejilla, ese tacto, sensual, le gustaba al despertar. - Te echaré de menos Kiki... pero prométeme que no vas a portarte mal. -la miró extrañada. - Vamos, sabes a lo que me refiero... solo quiero que sepas que confío en ti... plenamente... no me decepciones.

Chiara asintió, aunque con una duda en mente, por lo que Violeta había querido decir.

- Y a propósito. - Volvió a sonreírle. Chiara dejó pasar lo anterior. - Feliz Navidad.

- Oh, cierto... con todo esto se me había olvidado que estamos a día veinticinco. - le pellizco suavemente una de sus mejillas. - Feliz Navidad mi amor. - Chiara se levantó y buscó algo entre las maletas aún semi desechas.

- ¿Qué has cogido? - dijo Violeta levantándose de la cama y dejándose ver, igual que ella, totalmente desnuda.

Chiara escondió algo a sus espaldas.

- Nada. - dijo sonriendo.

- ¿Te crees que me chupo el dedo? - Chiara la miró picara.

- El dedo no... - Violeta se puso roja.

- Bueno... ya me has entendido... ¿Qué escondes? - intentó verlo, pero esta la esquivaba.

- Ei, quieta. Te lo daré esta noche. - le sonrió. - supongo que te gustará.

Violeta se puso su albornoz azul noche y Chiara hizo lo mismo con el suyo rosa. La abrazó.

- Cualquier cosa que sea tuya me gustará. - y le cogió lo que tenía detrás de la espalda, entre las manos.

- ¡Hey! - dijo Chiara, riendo. - devuélvemelo, anda... - Violeta sacudió suavemente el paquete envuelto en un papel de regalo azul eléctrico, con un lazo negro. No era muy grande.

- ¿Si no, qué?

- Ya no será una sorpresa... - tendió la mano para que le diera el paquete.

Pero Violeta se escapó, hacia a fuera. Se levantó el albornoz, porque con Chiara era un poco más complicado de correr. Y salió de la casa. La morena la persiguió. Jugando, de nuevo, como dos niñas. A buscarse, a encontrarse, a amarse.

Le daba ventaja a Violeta, que se metió descalza en el próximo bosque. La morena la alcanzó, rodeándola totalmente de la cintura.

- Te pillé, pequeño monstruito. - la abrazó y le quitó el regalo, guardándoselo en el bolsillo del albornoz. - mira donde estamos, y de qué manera.

- Ya veo. - Violeta se giró y rodeó el cuello de Chiara. La besó. - Supongo que tendré que esperar a que sea de noche para que me des el regalito... - inclinó la cabeza. - dame una pista.

Protégeme - Kivi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora