10 - Protégeme

1.3K 36 1
                                    

A Violeta le temblaron las piernas. Cayó de rodillas. Dejó resbalar la pistola por su mano, hasta el parqué del suelo. Chiara la miró, sorprendida. Luego miró a Nicole. Le tomó el pulso, que cada vez iba a menos. Estaba muerta.

- Dios mío... - Violeta empezó a llorar. - he matado a una mujer...

La voz le temblaba y la respiración se le empezó a entrecortar. A Chiara parecía que ese estado no le sorprendía. Ella había matado demasiadas veces. Y parecía que, para Violeta era la primera vez. Chiara se arrodilló a su lado.

- Shh... tranquila... - le frotó los brazos y la abrazó. - Eeehh, lo tenía merecido.

- ¿Por... qué... no te... sol... taste... de su bra... zo? ¡Es u... na mu... jer! Eres... mu... cho más... fu... erte... - dijo sollozando. Casi no se le entendía, pero Chiara sacó conclusiones de sus palabras sueltas.

- No sabes lo entrenada que está Nic. Además, estaba desarmada, si me libraba de su brazo, me dispararía igualmente. - Chiara la abrazó fuerte. - Nunca... más... - murmuró contra su hombro.

- ¿Nunca más qué? - dijo besándole la frente.

- Nunca más me des este susto... - le cogió la mano y se la puso sobre un pecho.

El corazón le iba a mil. Después de unas décimas de segundo más tarde, Chiara se dio cuenta de lo que estaba tocando. Y no tardó en reaccionar. Le acarició la teta.

Su respiración se agitó. Aún en una situación así, a Chiara hubiera gustado tranquilizar a Violeta a base de caricias, besos... y mucho más. Sintió como el pezón se le ponía erecto entre sus dedos. Violeta se apartó. Aun con la respiración más parada.

Tenía las mejillas húmedas, los ojos color miel inundados en una capa de lágrimas y... y a pesar de ello, un precioso rubor le cubría la cara.

- Kiki... - murmuró. Quería levantarse pero sus piernas aún no le respondían. Ella la miró triste.

- No te creas nada de lo que Nicole ha dicho.

- No lo he hecho... yo no pienso eso de ti.

El corazón de Chiara se aceleró. ¿Por qué cojones siento esto? Violeta no era una de esas chicas malas... Violeta no era una cualquiera. Violeta era dulce. Pero... ¿y si volvía a suceder lo de Marina? Estaba claro que ella no pertenecía a una mafia uruguaya.

Pero... ¿y si se volvía a enamorar? No... no, joder. Chiara Oliver nunca había estado enamorada. Nunca. Y Nunca lo estaría. Marina solo había profundizado algo más. Unos cuantos te amo sin sentido... que no significaban nada, ni para ella, ni para la otra. Miró a Violeta. No se parecía nada a Marina... ella era diferente. Era... Especial.

***

Después de tres manzanillas, Violeta se sentó al lado de Chiara, a ver un poco la televisión. Alez había vuelto hacia una hora... se había quedado en el pueblo y no había vuelto hasta las once. Él se ocupó del cuerpo de Nicole, después de contarle todo lo que había sucedido. Chiara y Violeta volvían a estar solas y por suerte Violeta ahora más calmada. Apoyó su cabeza en el hombro de Chiara.

- ¿Te importa? – murmuró, mirándola.

- Claro que no. - sonrió.

Chiara sonreía poco. Ella ya había dicho que no demostraba mucho sus sentimientos. Pero cuando lo hacía sinceramente, era guapísima. Ella suspiró profundamente.

- Espero que esto no te traume de por vida.

- Eso espero yo también. - Violeta sonrió – supongo que cuando vuelva a mi vida, me olvidaré de todo.

Protégeme - Kivi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora