1 - Piénsatelo

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Chiara dio un par de toques a la puerta.

- Adelante.

Giró el pomo y entró a la oficina de su jefe, Omar Samba. Se sentó en frente de él.

- ¿Y bien? - dijo Chiara con una expresión fría en su rostro.

- Te llamé para que vuelvas a proteger a alguien.

- Omar, te dejé claro que no volvería a trabajar para la CIA después de lo que pasó con Marina.

- Vamos, hace más de dos años que pasó esto. - sacó una foto de una pequeña carpeta. La puso boca abajo.

La curiosidad invadió a Chiara.

- Esta vez tenemos a una masajista. Violeta Hódar. Ha tratado con personajes importantes, incluido a Lucas Curotto.

- ¿El criminal?

- Eso creemos. Últimamente han muerto muchas chicas, y tememos que haya sido él. Además, pensamos que Violeta ha tenido relaciones con Lucas. Y puede ser la próxima en morir. Tendrás que interrogarla para averiguar si sabe algo y... - la penetrante mirada de Omar se clavó en la de Chiara- protegerla de cualquier peligro. Tú eres la más adecuada para ello, has sido una de las mejores entrenadas.

Chiara Oliver negó con la cabeza. En ese momento Alex giró la foto. La menorquina se quedó mirando a la seductora mujer que había en ella.

- Piénsatelo.

***

Un Lamborghini de color negro aparcó delante de la clínica. Chiara se quitó las gafas y miró por la ventanilla. Jugueteó con la foto en sus dedos. Volvió a mirar a la mujer que había en ella. Preciosa. La morena se acomodó en el asiento de su coche. Un top negro, unas gafas de sol y unos vaqueros que dejaban a la vista unas buenas piernas. Playeras con plataforma y media melena pelirroja.

Sonrió, era lo suficiente explosiva para que cualquiera persona con ojos en la cara se tuvieran que girar para volver a verla. Algo distrajo su atención. Eran las siete y media de la mañana, y alguien abría la clínica.

La vio, de espaldas metiendo la llave en el cerrojo del portal. Llevaba una blusa de media manga y una falda vaquera que llegaba por media cintura. Entró y dejó la puerta abierta.

- Bueno, vamos a ver como de aplicada es en su trabajo. - Chiara intentó asomarse, vio a Violeta terminando unos arreglos en la oficina principal. Se relamió al verla agachada. Bonito culo. Alguien entró por la puerta.

- Buenos días, preciosa. - Ella se giró y se levantó, analizando quien era. Sonrió.

- Hola, Lucas. - observó que llevaba algo en las manos - ¿Y eso? - alzó una ceja.

- Es para ti. - le alcanzó un ramo de flores enorme. - No hace falta que me regales nada... - dijo ella fingiendo una sonrisa.

Chiara no dejó de observarlos. Sacó un par de fotos con la cámara que le había prestado Omar.

- Así que es cierto que estas con ese criminal, pelirroja... - sonrió – la sorpresa que te vas a llevar cuando te diga que es un coleccionador de mujeres muertas.

Se volvió a acomodar en el asiento y siguió observándolos.

- Espero que hoy aceptes la cena... - dijo Lucas acercándose a ella. La intentó besar, pero Violeta lo rechazó.









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Protégeme - Kivi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora