21 - Playboy

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La una de la noche. Chiara mete las llaves en el cerrojo de la puerta. Va algo borracha, pero es lo que pasa cuando se deprime. ¿Deprimirse? ¿Desde cuándo una agente como ella se deprime? iNunca!

Intenta no hacer ruido. Violeta está enfadad con ella, y con motivos. Pero odia que no le deje explicarle su versión. Siempre es así... siempre se pone estúpida cuando malentiende algo.

Alguien encendió las luces. Violeta apareció con una preciosa bata blanca. Parecía un ángel. No. Era un ángel.

- Mi amor... - dijo Chiara, cerrando la puerta y acercándose a ella.

- Quieta. - Violeta la miró de arriba abajo - Has bebido.

- Pero... solo un par de cervezas. - Un par, tres, cuatro.

Chiara agachó la cabeza.

- Sabes que estoy cabreada contigo, mucho. Por putera. Y tú no haces más que irte a un bar a beber y volver a casa a las tantas. - Violeta apretó los labios, intentando no llorar. - Joder. - se pasó la mano por la frente, retirando algunos mechones de pelo. - Cuando te dije que me iba, esperé relajarme por el camino. Que vinieras tú también y que pudiésemos hablar, como una pareja normal.

- ¿En serio? - Chiara frunció el ceño. - Habérmelo dicho, mujer...

- ¿Qué querías que te dijese en esos momentos? Eres tú la que se tiene que dar cuenta.

- ¿Es que me tengo que dar cuenta siempre de lo que quieras?... Perdón, no quería decir eso.

Violeta la miró. Triste por la situación y por las palabras de la morena.

- Supongo que si estamos juntas es por algo. – Dio media vuelta y se metió en el cuarto de invitados. Chiara picó a la puerta.

- Princesa... - Dio un par de golpes más. - Ábreme, por favor, no quería decir eso...

- No, ya basta... - por el tono de voz, estaba llorando - odio discutir contigo ¿vale? Y encima le echas más leña al fuego - Es que cuando te pones así...

- Solo estaba hablándote normal.

Tenía razón. ¿Entonces? ¿Era ella la rara? ¿Era a ella a la que le pasaba algo?

- Vivi... ábreme, por favor... - Chiara se apoyó en la puerta. - Por favor...

Un ruido sonó al otro lado. Chiara se alegró por dentro y abrió la puerta. Estaba a oscuras. Entró. Alguien la abrazó por detrás. Chiara le cogió, las pequeñas manos y las apretó contra su pecho, justo donde latía su corazón. Se giró y la abrazó. Buscó su boca, y la besó, pidiéndole mil perdones a su manera.

- No me quieres... - murmuró Violeta. La morena buscó sus ojos. Las mejillas estaban húmedas. Las escurrió con el dedo pulgar.

- No. No te quiero. - Sonrió y besó su frente – Te amo. Más que a mi vida, más que a nadie en este jodido mundo. - Buscó de nuevo su aliento, sus labios. - Nunca me faltes... nunca... porque si eso ocurre, me muero.

***

Alba es Marina. Chiara dio media vuelta en la cama, desnuda. Era invierno, pero no hacía frio. Violeta ya había colocado un par de mantas en la cama matrimonial.

Además, habían pasado toda la noche haciendo el amor... cada una de las cuales quedan grabadas en su memoria... al igual que los gemidos de la pelirroja, de sus jadeantes suspiros envueltos en un 'Kiki' ahogado, esos ruidos que tanto adoraba mientras se fundía en sus entrañas haciéndola gozar hasta correrse. No podía dormir. Y eso que se había levantado... pronto, dentro de lo que cabe. Cuando dio media vuelta más, y volvió a quedar de perfil, pero ahora de cara a Violeta, se encontró con la mirada de ella.

Protégeme - Kivi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora