- Recuerda que mañana... - Chiara miró el reloj. De nuevo, ese rápido encuentro se había alargado dos horas. - Es decir, hoy... tenemos la cena con mis padres.
- Si, y este sábado, con los míos. - suspiró Violeta. - Eh... te recuerdo que mi familia...
- Es especial, ya me lo dijiste. - besó sus labios, y acarició la cintura de ella, desnuda. - Es obvio, por eso ha salido una hija tan especial...
Ella sonrió, pero pronto bajó la mirada.
- Pero, cariño, no me refiero a eso. No veo a mis padres desde que me trasladé a Los Ángeles. Ahora ellos vienen desde España para... para que les presente a mi futura mujer, y a mi hija... - suspiró. - Y son... diferentes. Intento que sepas...
- No te preocupes. - dijo callándola con un beso. - Te amo ¿lo sabías?
- No. - dijo ella haciendo puchero.
- Al final si tendré que castigarte por ser una mentirosilla. - dijo juntando de nuevo su cuerpo desnudo al de ella y apretando una de las suaves y blancas nalgas de Violeta.
- Castigame. - sonrió ella. - Ah, por cierto, ni se te ocurra planear la luna de miel. Me toca a mí sorprenderte.
- ¿Más aún?
- ¡Siempre eliges tú los viajes! Me toca a mí.
- Bueno... mientras sea contigo... me pierdo en la nada, si hace falta. - besó su frente. - ¿Y dónde me llevas, mi querida esposa?
A Violeta se le puso la piel de gallina al escuchar eso.
- No te lo voy a decir, es una sorpresa.
- Venga, no voy a poder aguantar dos meses... - dijo Chiara, poniendo cara de pena. - ¿Dónde vamos? - sonrió, colocándose encima de ella y mordiendo su tripa.
- ¡Chiara!
- Yo sé que te gusta. - dijo rozando su piel con ligeros lametones. - venga, dímelo, si no...
- ¿Si no que?
- Te torturaré... - dijo empezando a hundir su boca en su entrepierna. - Y te aseguro que lo sé hacer...
- No, ¡Kiki! ¡Chiara...! - gimoteó ella. - para, para...-rió. Chiara apoyó su barbilla en su monte de Venus. La miró. Desde allí tenía una visión perfecta de sus pechos.
- Te ves tan rica... - murmuró. - Me estoy poniendo muy dura... - dijo acomodándose debajo de la sabana. - Joder, me molesta y todo.
Las dos rieron.
- Venga... debes adivinarlo... - dijo Violeta acariciando su pelo. No se dejaron de mirar. Chiara subió un poco.
- Nos vamos a... Moscú. - dijo besando uno de los pechos. Violeta negó.
- No, a ¿Rusia? ¿Después de todo? Ni loca. - Chiara besó el paso de entre sus pechos. - entonces... a Alemania.
- No... - dijo ella sonriendo, disfrutando de sus besos.
Chiara siguió besándola, mientras iba nombrando algunos lugares. - ¿Austria? - ella negó. - ¿China? - las dos rieron de nuevo. - ¿Qué? ¿Japón? - inclinó su cabeza y la miró, volviendo a su altura. - ¿No querrás ser mi geisha?- Lo soy, cada día. - dijo Violeta, acariciando su mejilla. - Y no, no a Japón.
- Buff, pues no sé. - se quedó pensativa. - ¿ne sera pas a France, mon amour?
- Te como la cara. - dijo Violeta divertida. - tus acentos me ponen. - admitió.
- Oh.. ¿desde cuando la pequeña Violeta dice tales cosas?
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Protégeme - Kivi
RandomVioleta Hódar se encuentra con un problema más grande de lo que se puede imaginar, todavía no lo sabe. Ella, Chiara Oliver, agente de la CIA, tiene que averiguar que sabe la chica y protegerla a toda costa. ¿Será capaz de hacerlo, cuando hace dos añ...