PREFACIO.
Todos los días pienso en mi hija, llevamos 2 años intentando ocultarla, pero así no creo poder. Necesito dejarla en manos de alguien hasta que tenga la edad necesaria para comprenderlo todo.
—Amor —le digo a mi esposo. —No puedo seguir con esto —mis hombros caen débilmente.
—Lo sé —toma mi barbilla entre sus dedos. —Dime lo que piensas.
—Sarah —digo sin rodeos.
— ¿Estás segura?- dice levantando sus cejas.
—Si —respondo firme.
—Entonces vamos —toma mi mano y entrelaza nuestros dedos.
[•]
Un sentimiento de culpa comienza a crecer dentro de mí a medida en que llegamos a casa Sarah, las lágrimas caen libremente por mis mejillas y por consecuencia hacen que mi visión se borrosa y que tenga que pararme a secar mis ojos para luego seguir corriendo. Sin darme cuenta ya estamos en el porche de la casa de mi hermana, Xavier toca la puerta y los pocos segundos Sarah aparece, se sorprende al vernos ahí.
—Sarah.
—Rebecca.
Siento mis piernas doblarse y mi corazón amenaza con salirse de mi pecho. Hace un ademán para que entremos, nos sentamos en la sala y ninguno de los 3 dice nada. El silencio es un tanto incómodo, pero no sé cómo empezar a decirle nuestra idea.
—Sarah —decimos Xavier y yo al unísono.
—La razón por la que venimos a ti, es por Ana —digo con la voz entrecortada. —Ya no podemos protegerla, el otro día casi muere por mi culpa y —las lagrimas y mis sollozos me impiden continuar.
—Ana está en peligro —dice mi esposo.
—Y necesitamos que cuides de ella, hasta que tenga la edad suficiente para comprender todo esto y no te preocupes de algún modo estaremos en contacto.
—Cuenten conmigo —dice con una sonrisa. —Pero tarde o temprano tendré que decirle.
—No —digo. —Como te dije. De algún modo estaremos en contacto, no le digas anda por favor —suplico.
—Está bien —acepta.
Suelto un suspiro que no supe por cuánto tiempo lo estuve reteniendo.
—Adiós, mi niña —digo dirigiéndome a Ana. —Te vamos a extrañar muchísimo.
—Pronto nos volveremos a ver princesa —murmura Xavier antes de darle un pequeño beso en la mejilla.
—Ella estará bien, confíen en mí.
—Lo hacemos —respondemos al unísono.
Salimos de la casa y un nudo en la garganta se comienza a formar, miré hacia atrás por última vez y sonreí.
Adiós Ana.
Fue lo último que mi mente repitió por un tiempo.
— ¿Vamos? —le pregunto.
—Vamos —respondió.
Él voló.
Yo corrí.
Nuestros súper poderes no son lo que ponen en peligro, es algo más...
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Una Chica y Sus Superpoderes.
FantasyAna no es una chica muy normal que digamos, tiene un don que la hace especial y diferente a las demás chicas. Descubre el secreto de su familia y trata de averiguar su don a fondo, pero en el trayecto descubrirá algo mucho más fuerte. Portada hecha...