Se hace un silencio pero no uno incómodo. Nos miramos a los ojos y cada uno sonríe para el otro, ahí es cuando siento que todo el mundo se desvanece, enfoco toda mi atención en sus labios y él en los míos, mi corazón late a mil por segundo y comienzo a ponerme nerviosa, pero de un momento a otro sus labios están pegados a los míos, haciendo que todo lo malo que siento desaparezca.
Ésto ¿Enserio está pasando?
Daniel Alexis Ackerson está besándome, el chico que me gusta está besándome.
Se separa de mí y se queda viendo un punto fijo detrás de mí, noto que tensa su mandíbula y traga saliva.
—Lo siento —me dice.
Frunzo el ceño al no entender, pero él sigue mirando detrás de mí.
— ¿Qué ves? —pregunto mientras volteo mi mirada.
Veo a Fernanda mirándonos, o más bien, mirándome a mí con una mueca de asco y repugnancia.
— ¿Daniel? —digo en un hilo de voz.
—Lo siento mucho Ana —susurra —. Yo no quería, pero...
— ¡¿PERO QUÉ?! —grito —. ¡¿HICISTE TODO ESTO PARA PONERLA CELOSA?! ¡¿DIJISTE QUE ME QUERÍAS PARA PONERLA CELOSA?! ¡¿QUÉ DEMONIOS PASA CONTIGO?!
—Ana —murmura.
—Ay no —sonrío sarcásticamente —. Nada de "Ana" —trato de imitar su voz.
—Déjame explicarte.
— ¡NO! Ojalá y esto nunca hubiese ocurrido.
Me levanto de la banca y corro en dirección opuesta a la que íbamos, las lágrimas caen velozmente por mis mejillas. Y creer que hace unos minutos todo estaba bien, creer que hace unos minutos me sentía la chica más afortunada y después descubro que todo fue una mentira. Probablemente soy una tonta algo me decía que era mala idea, pero no hice caso y seguí. Yo y mi estúpida manía de aferrarme a cosas que prefieren irse y no quedarse.
Soy una tonta.
[•]
— ¿DÓNDE ESTÁ? —la voz de mi mejor amiga resuena en toda la casa.
—Arriba —le indica Sarah.
Las zancadas de Sam se escuchan más y cada vez más cerca, al llegar sus pisadas cesan y toca dos veces antes de entrar, pero igual entra sin que yo articule una palabra.
—Lo siento mucho Ana —dice envolviéndome en un abrazo.
—No te preocupes —digo sorbiendo mi nariz.
—Ese idiota me las va a pagar —susurra mirándome a los ojos.
—Me enamoré de él muy rápido —me encojo de hombros —. Y no vi que todo era una trampa. Soy una tonta.
—No eres tonta patito.
Sonrío ante mi apodo.
— ¿Quieres hacer un 2 6 1? —me pregunta alzando una ceja.
—Quiero hacer un 2 6 1 —digo embozando una sonrisa.
Un 2 6 1 es uno, de los muchos códigos que inventamos como pacto de nuestra amistad. Éste se refiere a ver películas y comer helado cuando una de las dos estuviese deprimida.
[•]
Los siguientes días en el Instituto fueron incómodos, cada vez que veía a Daniel, éste agachaba la cabeza o hacía como que no me veía.
Sam y Jorge han estado cuidándome y evitándome de él. El dolor de cabeza me ha estado molestando los últimos días y hoy no ha sido la excepción.
El timbre indica el final de la jornada escolar y la mayoría de los alumnos suspira de alivio para salir corriendo por los pasillos e irse a sus casas a disfrutar el fin de semana. Abro mi casillero y meto las cosas que no ocuparé para la tarea.
— ¿Nos vamos? —me pregunta Sam.
Asiento.
—Vamos chicas —un grito, no tan femenino de Jorge, nos hace reír.
Al girarme para encaminar mis pasos, todo mi cuerpo pierde las fuerzas y mis parpados comienzan a cerrarse. Un grito de Sam diciendo mi nombre se escucha, ya, muy lejano y lo último que escucho es un "Todo va a estar bien" de Jorge.
Aunque sé que nada está bien.
[•]
Una luz hace que abra mis ojos, lo primero que veo son los aparatos conectados a mí y después a Jorge sentado con las manos en la cabeza, no sé si está dormido.
—Jorge —digo y él se sobresalta.
—Ana —me mira con los ojos llenos de lágrimas.
— ¿Qué sucedió? —pregunto.
—Te volviste a desmayar, pero ésta vez ni Sam ni yo pudimos agarrarte a tiempo y e golpeaste la cabeza.
— ¿Cuánto tiempo llevo aquí?
—3 días.
Abro mis ojos como platos.
>—Y los doctores dijeron que te llevaría tiempo despertarte que podían ser meses y... —la voz se le quiebra y comienza a llorar, un nudo en la garganta se me forma al verlo así.
Trago saliva.
>—Perdóname —murmura.
—No tienes por qué —le digo —. No fue tu culpa, no quiero que te sientas culpable por algo que no sabías que pasaría.
—Pero por eso estás aquí.
—Jorge —digo en medio de un suspiro —. Ven aquí —señalo la camilla, me hace caso y se acerca.
—No dejaré que nada así vuelva a pasarte.
Le sonrío y le limpio las lágrimas.
—Nada Ana —dice afirmando lo anterior. Agacho mi cabeza.
Siento sus dedos en mi mentón y levanta mi rostro. Miro sus ojos y él mis labios, se relame los suyos y lentamente se acerca hacia mí.
¡DETENLO!
Grita mi subconsciente, pero extrañamente no lo hago y sus labios se posan sobre los míos en un ligero toque. Su tacto me hace sentir escalofríos.
Se separa de mí.
—Lo siento.
Se levanta rápidamente y se encamina hacia la puerta, la abre y sale disparado.
¿Qué ha pasado? ¿Qué está pasando conmigo?
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Una Chica y Sus Superpoderes.
FantasyAna no es una chica muy normal que digamos, tiene un don que la hace especial y diferente a las demás chicas. Descubre el secreto de su familia y trata de averiguar su don a fondo, pero en el trayecto descubrirá algo mucho más fuerte. Portada hecha...