Una Chica y Sus Superpoderes.

Capítulo 28

—Xavier —dice mi madre con asco.

—Rebecca —dice de igual modo.

Trago saliva y los miro a ambos.

—La familia reunida de nuevo —dice mi padre con cierto tono de alegría —. ¡Qué alegría! —noto en sus palabras el sarcasmo.

Me quedo en shock cuando veo que saca una navaja de su bolsillo.

Veo a mi mamá y ella a mí, le articulo un cuidado que ella capta rápidamente. Corre y en pocos segundos se encuentra detrás de mi padre, antes de que éste pueda reaccionar le propina un golpe en su mandíbula.

—Se me había olvidado que golpeas duro —dice mi padre sobándose su mentón.

—Idiota —le dice mi madre.

Abro mi mano y la empujo, un rayo sale de ésta y llega a parar al estómago de mi padre, grita y es allí donde todo estalla.

Muchos hombres aparecen y hacen círculo alrededor de nosotras, instintivamente me pongo al lado de mi madre. Se levantan los de una parte y veo a Sarah corriendo hacia nosotras junto con el tío Evans.

¿Y Sam y Jorge?

Concéntrate, es mejor que estén fuera de esto.

Cierto.

Llegan junto a nosotras y se nos unen, Sarah lanza unos al aire, mi madre corre y lo golpea, mi tío Evans los congela y yo les lanzo rayos a los que se acercan a mi familia.

Porque si pudiera daría la vida por uno de ellos.

Mi padre lanza una puerta a mi tío Evans y éste queda atrapado, Sarah la trata de levantar pero le cae una silla de metal y cae instantáneamente al piso, mi madre ocurre hacia ella y suspira al ver que sólo está inconsciente. Golpe tras descarga, mi padre se va debilitando.

—Ana —dice mi madre al tener a mi padre jadeando en el suelo.

—Madre —le respondo.

— ¿Ves ese vidrio roto de allá? —dice mientras se acerca a él. Asiento. Se agacha y lo toma del suelo, lo pone en su pecho —. Dispara un rato con todas tus fuerzas —dice y yo inclino mi cabeza —. Dispara al centro.

Sin decirle más pongo mis mano y...

—...Espera —interrumpe mis movimientos —. Cuando agache mi cabeza.

Me limito a asentir.

—No quisiera hacer esto —le dice a mi padre —. Porque alguna vez fuiste a quién amé, pero ahora —suspira —. Eres un idiota —la agacha.

Mi señal, y sin pensarlo dos veces lanzo un rayo que golpea el vidrio y rebota en mi padre, sus ojos se abren y un hilo de sangre cae por su nariz. Murió. Mi padre está muerto y yo lo hice.

— ¡Padre! —una voz conocida entra agitado.

—Ésta muerto —le digo con frialdad.

—Y tú lo mataste —me dice furioso —Asesina —dice entre dientes.

—No —le responde mi madre —. Yo le dije que lo hiciera, la asesina aquí, soy yo.

— ¡ANA! —la voz de Jorge me hace sonreír, viene corriendo.

Daniel me sonríe.

—Fue un accidente —frunzo el ceño, se voltea y noto sus intenciones.

— ¡CUIDADO! —le grito, Jorge se para en seco.

Mi madre corre hacia él, pero es tarde. Jorge cae al suelo tras el impacto de la bola de fuego que lanzo Daniel, las lagrimas caen velozmente por mis mejillas.

[•]

Inestable, inestable, inestable.

Es lo único que ha dicho del estado de Jorge, desde hace 3 días. Sólo ha despertado una vez y no lo ha vuelto a hacer.

Tampoco me he movido de aquí y solamente he dormido 5 horas en estos días.

La mayoría del tiempo he pensado en Daniel, y no para bien. También en la muerte de mi padre.

Algo toca mi hombro, sacudo mi cabeza para deshacer mis pensamientos. Es Jorge.