Capitulo 8

3.2K 247 13
                                    

La semana siguiente a lo del hospital ha sido muy extraña, primero porque Jorge ha estado extraño y distante conmigo y segundo porque ha habido muchos crímenes en la ciudad que, según Sarah me dijo, porque ya no hay nadie que la proteja y que antes era mucho peor. Muerte tras muerte.

Y sé que hay un motivo para que esto vuelva a ocurrir.

— ¿Cuál es mejor? —Sam me saca de mis pensamientos.

— ¿Qué? —pregunto desorientada.

— ¿Así que le hablé al aire todo este tiempo? —dice irritada.

—Lo siento, ¿Si? Traigo mucho en mi cabeza estos días.

— ¿Se puede saber qué?

—No quiero hablar de eso ahora — La corto antes de que siga.

—Ana.

— ¿Cuál es mejor que qué? —digo cambiando de tema.

Gira los ojos.

—Luego tendrás que contarme.

—Luego, Sam —digo en medio de un suspiro.

—Entonces... ¿El rojo o el azul?

Sonrío.

—El rojo.

Mañana es el baile y sorpresivamente no tengo vestido, y ni siquiera sé si quiera ir pero de un modo u otro Sam me terminará llevando. Y aunque no me gusten tanto lo haré por ella porque últimamente no le he prestado tanta atención. Al salir de la cafetería nos dirigimos al estacionamiento y veo a Jorge recargado en su camioneta, al verme se acerca un poco tímido.

—Nos vemos después Ana —me dice Sam y se aleja.

Traidora.

—Ana —habla Jorge cuando lo tengo enfrente.

—Jorge —le sigo el juego.

—Lamento lo de hace unos días .

—Está bien —murmuro.

—No Ana —alza la voz —no está bien, no debí de dejarme llevar por el momento y lo siento, enserio lo siento —niega y agacha su cabeza.

—Hey —exclamo —. Eres un terco y siempre has sido así. No pasa nada, ¿Si? Pero no vuelvas a alejarme porque no me gusta estar así —le doy un beso en la mejilla y me alejo.

—A mi tampoco — grita y sonrío.

[•]

Después de arreglar las cosas con Jorge, Sam me trajo al centro comercial a comprar el vestido para el baile.

—No Samantha —digo por milésima vez.

—Eres muy difícil —dice eufórica.

—Tú eres la de los gusto raros —respondo.

— ¿Yo?

—Quien más sino.

— ¿Éste? —me pregunta señalando otro vestido.

Lo miré y no estaba mal, era color azul, largo de manga larga descubierto de la espalda con un encaje en el corsé.

Sam tomó mi silencio como positivo y me dijo que me lo probara. Me gustó como se acopló a mi cuerpo, me fui a cambiar y pagué por el vestido.

Una Chica y Sus Superpoderes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora