Capítulo 25

2.1K 186 15
                                    

— ¿Qué ha pasado? —dice mi madre al entrar a la casa junto con Sam y Jorge, quien por cierto tiene moratones en la cara.

—Una pelea, eso pasó —responde Sam.

— ¿Quién te ha hecho eso? —pregunta Sarah mientras mi madre busca el botiquín.

—Daniel.

—Daniel, ¿Qué?

—Daniel Ackerman.

Noto a mi madre tensarse.

— ¿Mamá? —no me escucha —. ¿Mamá?

Sacude su cabeza.

—Em... si —dice nerviosa.

— ¿Qué pasa con él? —pregunto —. Y no quiero más secretos.

—Él tiene algo en común contigo.

—Eso lo sé, pero ¿Qué?

—Él... de alguna forma... es parte de la familia.

¿QUÉ? ¡¿QUÉ?! ¡¿QUÉ?! Y mil veces ¡QUÉ! Esto tiene que ser una broma. No, no, no me rehúso a que sea parte de ésta familia.

— ¡QUÉ! —gritamos los 3 al unísono.

—Es el hijo de tu padre —agacha su cabeza.

Una oleada de culpabilidad, enojo e ira se apodera de mí. Comienzo a respirar con dificultad y jugueteo con mis manos.

— ¿Ana? —Sam es la que me saca de mis pensamientos. Casi olvido que ella y Jorge están aquí. Toma mi hombro y yo la aparto bruscamente y la miro a los ojos. Se espanta y retrocede rápidamente.

—Aléjate —le grito.

Siento la energía correr por mi cuerpo.

—Ana, cálmate —me habla Jorge, lo miro y noto que se está acercando.

—Aléjate —vuelvo a gritar.

Las lámparas comienzan a tener fallos al igual que la televisión y la radio.

—Ana te lo suplico, cálmate —susurra mientras mira a su alrededor, después posa sus ojos en mí —Por favor —dice tras ondear la cabeza hacia un lado en modo de confusión.

Sus ojos me trasmiten paz y alegría, mis músculos comienzan a relajarse y le sonrío. Él me devuelve la sonrisa un poco nerviosa. Poco a poco se me acerca, posa sus manos en mis hombros y me abraza mientras susurra un gracias. Se separa de mí y me vuelve a dedicar una sonrisa. Me pierdo en sus ojos, tanto que no noto que me está besando.

Siento la desesperación en el beso, mi emoción está por las nubes.

— ¡ANA! —escucho gritar a Sam.

—Joder —dice Jorge separándose de mí.

—Lo siento.

—Te dije que no lo besaras.

—Perdona, ¿sí? —exploto de nuevo.

Lanzo mis manos al aire y al caer a mis costados, unas chispas salen de ellas y caen en Sarah.

No otra vez.

—Tía Sarah —grito al ver que se desploma.

—Llama a una ambulancia —le dice mi madre a Sam, lo hace sin poner objeción.

—No, no, esto es mi culpa.

—No pequeña fue un accidente —Jorge trata de calmarme.

—Fue mi culpa —le repito.

—Relájate —masculla.

[•]

— ¿Podría repetirme qué pasó aquí? —un hombre con uniforme de policía le pregunta a mi madre.

—Estaba mojada y toco un enchufe —habla sin titubear.

— ¿Algo más? —anota algo en una libreta. Mi madre niega con la cabeza —. Muy bien, eso es todo. Ojalá se recupere.

—Gracias.

[•]

—Es un poco grave —nos dice una enfermera —. Esa descarga fue muy fuerte.

Las lágrimas caen por mis mejillas sin parar, han dicho que Sarah esta inconsciente y tiene como una quemadura, no he entrado a verla pues me siento demasiado culpable.

Tras 3 horas titubeando si debo de entrar o no, lo hago.

—Sarah —mi voz es un susurro —. Lo lamento tanto —. Una lágrima resbala por mi mejilla —. Por favor, despierta pronto. No tengo a nadie de quien burlarme, quien me haga decir tonterías. Juro que si despierta no volveré a contradecirte, tú me has cuidado por 14 años y quiero que lo sigas haciendo, joder Tía Sarah, por favor despierta, despierta. Eres mi tía favorita, eres como una madre para mí —por instinto toco su pecho.

—No me iré pronto —dice con voz ronca.

—Tía Sarah —grito emocionada y la abrazo —. Gracias, gracias, gracias. Te amo.

Me sonríe.

Una Chica y Sus Superpoderes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora