Capítulo 19

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Nada.

Es la palabra exacta que tengo para describir lo que he hecho para tratar de hallar mi súperpoder. Pienso, pienso y pienso, más veces de lo que debería y no hallo nada.

Le dije a Sarah que quería descubrirlo y que quería hacer algo para hacerlo, pero me dijo que no es así como funcionan las cosas. Que el súperpoder aparece cuando menos te lo esperas o que aparece en el momento oportuno; que a veces las cosas que anhelamos que lleguen se retrasan más porque pensamos en ello todo el día y parece que el tiempo se prolonga. Me dijo también que tal vez una situación en que mi mente quiera, aparecerá, pero será difícil ya que no sabré de qué se tratará o que tanta energía podrá tener.

En fin.

Hoy quede de tener mi primera cita con Jorge y estoy muy nerviosa.

No sé a dónde iremos, pero me dijo que no fuera tan formal, que fuera yo misma. Así que opto por ponerme unos jeans ajustados, que por cierto hacen resaltar mi trasero, una blusa a los hombros color azul marino y unos zapatos abiertos del mismo color, decido abrigarme con una chaqueta de cuero negra, unos aretes pequeños y una gargantilla. Me pongo máscara para pestañas y un poco de labial.

[•]

Jorge me trajo a un restaurante—terraza, en la esquina de la calle 7, extravagante pero casual a su manera. Ordenamos un café y bocadillos.

—Gracias Ana —me dice Jorge con una sonrisa.

—No, gracias a ti —le digo —. Por todo —le sonrío.

—Estoy más que feliz, siempre deseé una cita contigo.

—Lo dices como si yo fuese una celebridad o algo por el estilo —me rio.

—Lo eres para mí —dice tiernamente.

Tomo su mano por encima de la mesa y la acaricio. Me mira y vuelve a dedicarme otra sonrisa, me sonrojo levemente y sonrío nerviosa. Nos quedamos así sin saber qué hacer, diciéndonos todo con la mirada.

Jamás pensé que fuese a sentirme así con una persona y mucho menos con Jorge, siempre lo vi como mi mejor amiga y nada más, pero el tiempo pasa y los sentimientos cambian, uno se esfuman y otros aparecen.

Terminamos de cenar y decidimos venir a las calles para caminar un poco. Las calles están obscuras y solamente las luces de las grandes lámparas iluminan el camino. Hablamos acerca de cosas que no sabíamos entre nosotros a pesar de llevar tiempo de conocernos.

—Así que por eso odio los gatos —dice.

—Que tonto —digo estallando a carcajadas.

—No te rías —me regaña.

—Ya, ya —digo calmándome.

—Ahora tú, ¿Cómo empezó todo esto de tus súperpoderes? —me tenso —. Está bien si no quieres contarme, cuando estés lista.

—No, está bien.

Y le cuento, diciéndole desde el día que abrí las cartas de mis padres hasta el día de hoy, diciéndole hasta los sueños que he tenido. Al final se me queda viendo asombrado.

— ¿Y tú crees que el Señor con el tatuaje esté causando todo esto? —me pregunta.

—No lo sé, pero quiero que todo termine pronto.

— ¿Por qué?

—Porque todas las personas están siendo dañadas por mí culpa.

—No digas eso —me dice.

—Lo digo porque es la verdad

—A veces solo las cosas suceden por una razón, ya sea buena o mala.

—Lo sé —me agacho.

—Estaremos bien Ana —dice envolviéndome en un abrazo —. Estamos bien.

Me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa.

Una Chica y Sus Superpoderes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora