Él y Su Nacimiento.

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Esa noche no hubo estrellas,

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Esa noche no hubo estrellas,

Solo la sombra abrumadora del silencio.

Solo y asustado.

Estados Unidos no era tan fuerte

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Estados Unidos no era tan fuerte.

Había alardeado, había presumido con gran confianza, declarando a todo pulmón que podía con todo, que no había desafío imposible para él. Pero la vida tenía una manera curiosa de enseñarle lecciones inesperadas. Traer un niño al mundo no era como liderar la revolución industrial ni como conquistar la Luna, no era hacer su trabajo de primera potencia. No, esto era diferente. Y por primera vez en mucho tiempo, Estados Unidos sintió miedo.

¿Hace cuanto no sentía ese miedo que lo dejaba paralizado, el frio en sus huesos y la respiración entrecortada?

Durante gran parte de su embarazo, había mantenido la fachada de calma. Ante sus agencias, sus ciudades, ante ONU y OMS se mostró sereno, casi indiferente. Como si este fuera otro desafío más en su interminable lista de victorias, algo mas que él, como Los Estados Unidos De America podían hacer sin problemas. Pero la verdad era otra. Su cuerpo había cambiado de formas que nunca imaginó posibles, su cuerpo mismo había tenido que adaptarse para albergar esta nueva vida. Una habilidad innata en las representaciones de las naciones para modificar su anatomía según las necesidades. Sin embargo, Estados Unidos jamás había pensado que él, precisamente él, estaría en esta situación.

Y, a pesar de todo, tenía miedo. Un miedo que no podía nombrar, un miedo que lo hacía sentir expuesto, vulnerable, como nunca antes.

No era solo el hecho de que estaba atravesando un embarazo de alto riesgo; casi se podría decir que era un milagro. Las múltiples batallas y guerras que había enfrentado a lo largo de su vida habían dejado cicatrices profundas, tanto visibles como invisibles en todo su cuerpo, al punto que OMS había sentenciado que su cuerpo no podría gestar una nueva vida, jamás podría y ese había sido su precio a pagar por todo que tuvo que hacer para llegar a la cima del mundo. Pero aquí estaba, desafiando todas las probabilidades, llevando dentro de sí a un ser que jamás pensó que sería posible. Tal vez Rusia tenía algo mágico entre las piernas, no lo sabia, y ahora estaba esperando un hijo de ese maldito ruso.

Estrellita [Countryhumans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora