Capitulo 7: Cuidar de ti

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El día fue transcurriendo lentamente, y Hermione pasó la mayor parte del tiempo entretenida con el pequeño cachorro al que había llamado Harry. Lo cuidaba con dedicación, como si fuera un bebé, mientras él se acurrucaba en su regazo, completamente ajeno al caos que los rodeaba.

Por su parte, Bellatrix estaba ocupada atendiendo al anciano rescatado, cuyo nombre era Albus. Le ayudaba a asearse y a comer, ya que el pobre hombre no tenía la fuerza suficiente para hacerlo por sí solo. De vez en cuando, Bellatrix desviaba su mirada hacia Hermione, observándola en silencio. Le resultaba fascinante la ternura con la que la joven castaña cuidaba del cachorro.

En un momento de calma, Rony se acercó a Hermione con cautela. "Sabes que quizás deberías liberarlo, ¿verdad?", comentó, midiendo sus palabras.

"¿Por qué?", preguntó Hermione, algo desconcertada.

"Pues, porque es un animal salvaje, Hermi. Está acostumbrado a andar en el bosque. Además, cuando crezca será mucho más grande que un cachorro normal."

Hermione se quedó pensativa por un momento, acariciando el suave pelaje del pequeño Harry. "No creo que quiera dejarme", respondió con una sonrisa. "Además, es un mamífero. Puedo entrenarlo, enseñarle a comportarse. Será un cachorro bien portado, lo prometo."

Rony la miró con una mezcla de ternura y preocupación. "No es solo cuestión de entrenarlo, Hermi. Es un lobo. Aunque ahora sea pequeño, algún día su instinto podría ser más fuerte que cualquier entrenamiento."

Hermione, sin perder la sonrisa, miró al cachorro dormido en su regazo y, con una chispa de determinación, dijo: "Ya veremos. No voy a dejarlo solo."

"¿De verdad vas a quedártelo?", preguntó Bellatrix mientras se acercaba a Hermione, con una expresión curiosa.

Hermione, ya a la defensiva por todos los comentarios que había recibido, respondió de mala manera, sin querer: "Sí, voy a quedármelo. Y si no te gusta, pues no te acerques. No creo que pueda comerte, pero nunca se sabe, es un salvaje."

Bellatrix levantó las manos en señal de paz, con una sonrisa divertida. "¡Whoa, whoa! Tranquila, recuerda que estoy de tu lado", dijo con suavidad, acercándose un poco más. "Yo también lo defendí del idiota de Tom, ¿recuerdas?"

Hermione bajó un poco la guardia al notar la sonrisa en los labios de Bellatrix. "Lo sé... perdona, no debería haberte respondido así", murmuró, avergonzada.

"Descuida", le respondió Bellatrix, con una mirada comprensiva. "Solo quería asegurarme de que lo haces porque realmente lo deseas, no porque te sientas obligada a protegerlo de todos. Y, si te sirve de algo, creo que es valiente de tu parte quedártelo. Además, tienes razón... con lo que le has dado de comer, ya parece estar empezando a adorarte."

Hermione no pudo evitar sonreír, mirando al pequeño cachorro que dormía plácidamente junto a ella. "Es que... no pude dejarlo allí", dijo en voz baja. "Siento que él me necesita."

Bellatrix la observó por un momento, su sonrisa suavizándose. "Parece que ambos tienen algo en común entonces."

Hermione levanto la mirada hacia Bellatrix con una mirada cálida, pero no dijo nada mas, la otra mujer se sentó al lado de Hermione y empezó a acariciar al pequeño cachorro quien se sintió divertido y empezó a jugar con ambas mujeres, quienes reían sin importar el mundo al rededor.

El día transcurrió sin grandes incidentes, pero al caer la noche, las noticias comenzaron a advertir sobre el aumento de la velocidad del viento. Todos se apresuraron a buscar tablas para reforzar las ventanas y la puerta. "Parece que tendremos otra noche larga", comentó Ronny mientras ayudaba a las chicas.

Destinos Cruzados  (BELLAMIONE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora