Capitulo 17: The Three Broomsticks

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Hermione llegó al pub "The Three Broomsticks" y al instante reconoció el distintivo Porsche rojo de Ginny estacionado cerca de la entrada. Decidió aparcar junto a él. Al bajar del coche, notó la larga fila que se formaba frente a la entrada del local, pero en cuanto el guardia la vio, la saludó con una inclinación de cabeza y la dejó pasar sin esperar, llevándola directamente a la zona VIP.

Al llegar a la sección exclusiva, vio a Ginny rodeada de chicos, riendo y coqueteando como siempre. Ginny levantó la mano para saludarla, y Hermione se acercó rápidamente. Se dieron un abrazo fuerte y sincero.

—¡Qué bueno verte, Mione! Te ves hermosa con ese look de ejecutiva —dijo Ginny con entusiasmo.

—Gracias, Gin. Pero tú te ves increíble en ese vestido —respondió Hermione, admirando cómo el vestido rojo ceñido a la rodilla realzaba la figura de Ginny. El escote generoso y su cabello rojo cayendo en cascada sobre su espalda la hacían lucir radiante.

—Vamos, siéntate. Tenemos mucho de qué hablar —dijo Ginny, tomando la mano de Hermione y guiándola a una mesa cercana.

—Lo siento, chicos, pero ahora soy toda de ella —les dijo Ginny a los hombres que la rodeaban, quienes se despidieron con sonrisas resignadas.

Hermione negó con la cabeza, sonriendo ante el espectáculo, mientras se acomodaba en la mesa. En ese momento, una camarera impresionante se acercó con una sonrisa seductora y preguntó:

—¿Qué les traigo, chicas? —sus ojos no se apartaban de Hermione, quien notó la admiración en su mirada. Su fama la precedía.

—Dos Martinis, por favor —pidió Ginny, sin perder la sonrisa.

La camarera se despidió con una sexy sonrisa dirigida especialmente a Hermione, quien, sin poder evitarlo, soltó una leve carcajada cuando se fue.

—Siempre causando sensaciones, ¿eh? —dijo Ginny, divertida.

—No puedo evitarlo —respondió Hermione con una sonrisa juguetona.

—Y bien, cuéntame, ¿qué tal ha estado tu viaje a la costa? ¿Cuántos corazones has roto? ¿Cuántas camas has visitado? —preguntó Ginny con una sonrisa divertida, levantando una ceja con picardía.

Hermione sonrió y respondió:

—Está bien, te contaré con detalles... pero no espero menos de ti después —dijo, guiñándole un ojo. Ambas se echaron a reír.

Justo en ese momento, la camarera regresó con las bebidas. Colocó servilletas frente a ellas y luego depositó las copas. Hermione notó algo diferente: su servilleta tenía un número de teléfono y la marca de unos labios pintados en carmín. Levantó la mirada y la camarera le guiñó un ojo, a lo que Hermione respondió con una media sonrisa seductora, sin perder su compostura.

Cuando la chica se alejó, Ginny, entre risas, comentó:

—Vaya, parece que ya tienes con quién celebrar tu primer día de trabajo.

Ambas soltaron una carcajada, pero cuando Hermione se dispuso a contarle a Ginny sobre su viaje, sintió una especie de nudo en el estómago. Todo fluyó con naturalidad hasta que llegó al punto de Bella. Sabía que tarde o temprano tendría que mencionarla, pero una parte de ella dudaba en hacerlo. No porque fuera algo malo, sino porque Ginny, con su agudo sentido del humor, probablemente no dejaría de molestarla por haber decidido "cambiar" por alguien a quien apenas conocía.

Hermione suspiró profundamente. Ginny era su mejor amiga, su confidente desde siempre, y si no podía contarle esto a ella, ¿a quién más? Además, la confusión y emoción que sentía por Bella se habían ido acumulando, y necesitaba hablarlo con alguien más que con sus padres. La mirada de Ginny reflejaba curiosidad e impaciencia, como si pudiera intuir que algo importante estaba por salir a la luz.

Destinos Cruzados  (BELLAMIONE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora