Capitulo 39: ¿Quieres?

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Al regresar a Londres, cada una de las chicas traía consigo recuerdos únicos y compartidos de su tiempo en Grecia. Bellatrix no quería que Rony y Luna se fueran, pero entendía que cada una tenía su vida en el pueblo, así que se despidieron hasta la próxima vez. Bellatrix aún estaba de vacaciones, mientras que Hermione había vuelto al trabajo. La intensidad con la que Pansy intentaba conquistar a Hermione había disminuido, aunque ocasionalmente aprovechaba la oportunidad para tantear el terreno.

Una tarde, Bellatrix decidió ir a Granger Corporation al final del día para sorprender a Hermione e invitarla a un lugar que había descubierto en los jardines de Hyde Park, los más grandes de Londres. Al llegar frente a la oficina de Hermione, notó que Pansy no estaba allí y asumió que, como la mayoría de los empleados, ya se habría ido. Continuó hacia la oficina de Hermione y se encontró con una imagen que no podía creer: Hermione estaba sentada en su escritorio, y frente a ella, con las piernas cruzadas, estaba Fleur. Hermione tenía una mano sobre la rodilla de Fleur, quien sonreía descaradamente. Bellatrix sintió que el piso se hundía bajo sus pies, quería salir de allí, pero estaba paralizada, sintiendo una presión en el pecho que le impedía respirar. "Todos me traicionan", era lo único que podía pensar.

Hermione y Fleur no se habían dado cuenta de la presencia de Bellatrix hasta que Pansy entró detrás de ella. Aunque Pansy sentía atracción hacia Hermione, al ver la expresión de dolor en el rostro de Bellatrix, decidió intervenir para romper el momento.

—Señorita Hermione, ¿necesita algo más? —preguntó Pansy, con un tono firme.

Hermione y Fleur voltearon hacia la puerta y, al ver a Bellatrix, quisieron que la tierra se las tragara. Bellatrix reaccionó y salió de la oficina rápidamente. Pansy cerró la puerta, bloqueando a Hermione cuando intentó seguirla. Fleur le dirigió una mirada asesina a Pansy, pero ella no retrocedió.

Hermione, desesperada, logró esquivar a Pansy y salió corriendo tras Bellatrix. Llegó al ascensor justo a tiempo para verlo descender. Sin pensarlo, bajó las escaleras a toda velocidad, deseando alcanzar a Bellatrix antes de que se fuera. Bajó cuatro pisos más abajo, donde el ascensor se detuvo. Al abrirse las puertas, encontró a Bellatrix, completamente destrozada, sentada en el suelo del ascensor, abrazando sus rodillas y llorando silenciosamente.

Hermione sintió que el corazón se le rompía al verla así. Con paso lento y cauteloso, entró al ascensor y se arrodilló frente a ella.

—Bella, por favor, mírame. No es lo que crees —dijo Hermione, con la voz temblorosa.

Bellatrix no levantaba la mirada, sus sollozos eran perceptibles. Hermione extendió la mano para tocarla, pero Bellatrix reaccionó bruscamente.

—No me toques. No se te ocurra ponerme una mano encima —dijo Bellatrix con rabia, pero también con miedo.

—Bella, yo nunca te haría daño —respondió Hermione con desesperación.

—Ya lo has hecho, Hermione —replicó Bellatrix, finalmente levantando la cabeza, mostrando su rostro manchado por las lágrimas.

—No es lo que crees, Bella. No tengo nada con Fleur. Ella es así, muy afectiva, pero yo te amo a ti.

—¿Ah, sí? Entonces, ¿es normal que otras mujeres se sienten frente a ti y tú acaricies sus piernas? —preguntó Bellatrix con una mezcla de dolor y enojo.

Hermione sintió vergüenza. Sabía que no era una imagen bonita para la mujer que amaba. Si hubiera sido al revés, ella también estaría furiosa.

—Lo siento, Bella. Tienes razón, no es normal, pero te juro que no hay nada entre Fleur y yo. Ella sabe que te amo a ti.

Destinos Cruzados  (BELLAMIONE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora