Al fin, todos los permisos para llevar a Harry a Londres estaban aprobados. Sin embargo, habían advertido a Bella que Harry debía llevar bozal y correa en todo momento cuando estuviera en contacto con otras personas. Esto había supuesto un desafío, ya que Bella tuvo que pasar varios días entrenando a Harry para que se acostumbrara a estos accesorios. Después de mucha paciencia, finalmente Harry cedió, y ahora se mostraba más dócil al momento de ponérselos y caminar con ellos.
Hermione no cabía en sí de la felicidad al saber que Bella y Harry pronto estarían en Londres. Había hecho algunos cambios en el penthouse de su tío, asegurándose de que todo estuviera perfecto para que Bella y Harry se sintieran cómodos. Aunque Hermione seguía viviendo en casa de sus padres, no quería presionar demasiado a Bella. Si fuera por ella, ya estaría instalada en la habitación principal del penthouse, esperando a su preciosa Bella con los brazos abiertos.
Faltaban ocho horas para que el vuelo de Bellatrix aterrizara, y Hermione estaba hecha un manojo de nervios. Decidió no ir a trabajar ese día, incapaz de concentrarse en otra cosa que no fuera la llegada de Bella. Ginny, siempre cotilla y queriendo distraer a su amiga, decidió hacerle compañía en esas horas de espera. Jane, por su parte, estaba feliz en casa, preparando una gran cena para darle una cálida bienvenida a Bella, mientras Richard estaba ansioso por conocer a Harry.
Por otro lado, a Bellatrix le costó mucho despedirse de sus amigos. Aquellos que la habían acogido, cuidado y apoyado durante el tiempo que pasó en el pequeño pueblo. Tom, quien se había encariñado profundamente con ella, fue a despedirse al aeropuerto. Bella lo abrazó fuertemente y le agradeció por todo el cariño que le había brindado, disculpándose por no poder corresponderle de la manera que él hubiera querido.
Tom, con una sonrisa triste, la miró a los ojos y le dijo:
—No tienes por qué disculparte, Bella. Lo único que quiero es que seas feliz. Y si esa castaña no te cuida como mereces, solo dímelo, y estaré aquí en un abrir y cerrar de ojos para rescatarte.
Bella sonrió, conmovida, y le dio un dulce beso en la mejilla.
Rony, a su lado, intentaba contener las lágrimas. Aunque estaba feliz por Bella y su nueva vida, la extrañaría terriblemente. Para ella, Bella era como una hija, y despedirse de ella no era nada fácil. Luna, siempre risueña, le dijo que ahora tenía un lugar donde quedarse en Londres, y que se verían pronto. Fue una despedida llena de lágrimas, abrazos y sonrisas tristes, pero también con la esperanza de que nuevas aventuras la esperaban y la promesa de volver a visitarlos pronto.
***
El avión aterrizó en Londres, y Hermione estaba prácticamente conteniendo la respiración mientras esperaba en el aeropuerto junto a Ginny. No podía dejar de mirar el reloj, contando los minutos que faltaban para ver a Bella.
Cuando finalmente vio a Bellatrix aparecer en la zona de llegadas, acompañada de Harry, algo dentro de Hermione se relajó por completo. Sus ojos se iluminaron, y sin pensarlo dos veces, corrió hacia ella. Bella, con una sonrisa cansada pero feliz, soltó las maletas justo a tiempo para recibir a Hermione en sus brazos.
—Por fin estás aquí —susurró Hermione, hundiendo su rostro en el cuello de Bella, sintiendo el calor y la familiaridad de su cuerpo.
—Sí, mi pequeña paloma, ya estoy aquí —respondió Bella con una mezcla de alivio y ternura.
Ginny, siempre oportuna, carraspeó con una sonrisa.
—Bueno, parece que sobro aquí. Iré a buscar el coche, os espero afuera.
Las dos se quedaron un momento en silencio, simplemente disfrutando de estar juntas otra vez. Harry, a su lado, agitaba la cola, aparentemente igual de emocionado por la reunión.
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Destinos Cruzados (BELLAMIONE)
FanficBellatrix una mujer de 25 años, maltratada que huye a un pueblo en medio de la nada de su marido y consigue trabajo en la barra de un bar de carretera, Hermione una hermosa heredera de un imperio que decide dar un viaje en motocicleta antes de tomar...