Al día siguiente, la casa de los Granger estaba activa desde las 5 am, aunque su vuelo privado no saldría hasta las 7 am. A las seis en punto, todos ya habían bajado con sus maletas listas. Hermione se acercó a Bella con una sonrisa cariñosa.
—¿Has dormido bien, preciosa? —le preguntó, mientras acariciaba su brazo.
Bella se sonrojó ante el apodo, asintiendo levemente.
—¿Y tú? —le devolvió la pregunta en voz baja.
—Sí, aunque estoy muy emocionada de que estés aquí —le respondió Hermione con ternura, sin poder evitar que sus ojos brillaran de felicidad.
Antes de que el momento pudiera alargarse, Jane rompió el silencio.
—¡Vamos, vamos! —dijo con energía—. No queremos que el tráfico de los escolares nos retrase.
Ya en el aeropuerto, mientras bajaban las maletas, el padre de Hermione recibió una llamada. Uno de sus socios necesitaba entregarle unos últimos documentos antes de que partieran. Después de coordinar un rápido encuentro en el hangar privado, entraron al jet familiar. Bella se había sentado junto a la ventanilla, cuando, de pronto, su rostro palideció al ver quién se acercaba a entregar los documentos.
Reginald Lestrange, el padre de Rodolfo, era el socio del padre de Hermione. Bella sintió un nudo en la garganta y no pudo contener una lágrima que rodó por su mejilla, mientras sus manos comenzaban a temblar al recordar todo el daño que la familia Lestrange le había causado.
Jane, quien estaba sentada frente a Bella, notó su estado de inmediato y, con preocupación, se sentó a su lado, envolviéndola en un abrazo protector.
—Bella, cariño, ¿estás bien? —preguntó suavemente—. Tranquila, todo está bien. Estoy aquí.
Bella no podía reaccionar. Su respiración se había vuelto irregular, atrapada en un ataque de pánico. Cuando Reginald se despidió de Hermione y su padre, Bella levantó la mirada, todavía temblando, y le susurró a Jane:
—Por favor, no le digas a Hermione... —su voz apenas audible.
Jane la miró con tristeza, dándole una suave sonrisa comprensiva y asintió con la cabeza. La abrazó de nuevo, susurrando con ternura:
—Todo estará bien, cariño. Nadie te hará daño, te cuidaré —le dijo al oído, mientras sentía el dolor que Bella llevaba dentro.
Hermione, quien había estado ocupada, vio la escena y se acercó rápidamente.
—¿Qué sucede? —preguntó alarmada.
—¿Todo bien? —añadió su padre, mirando a Jane con cierta inquietud.
Jane tomó el control de la situación con calma.
—Todo bien —respondió suavemente—. Bella solo está un poco nerviosa por el vuelo tan largo que tenemos por delante.
Hermione y su padre aceptaron la explicación sin más preguntas. Jane se levantó para dejar que Hermione se sentara al lado de Bella, mientras ella tomaba asiento junto a su esposo. Hermione tomó la mano de Bella, dándole un suave beso en los nudillos.
—Estaremos bien, preciosa. El vuelo no será tan largo, ya verás —le dijo, esbozando una sonrisa cálida.
Bella intentó relajarse, apoyándose en Hermione, sabiendo que con ella se sentía segura, a pesar del oscuro pasado que acababa de resurgir.
Durante el vuelo, Bella, inicialmente inquieta, comenzó a relajarse lentamente gracias a la atmósfera cálida y familiar que la rodeaba. Jane, la madre de Hermione, tenía una habilidad innata para hacer que las personas se sintieran acogidas, y eso incluía a Bella. Tras notar la tensión inicial de su invitada, Jane decidió empezar a contar historias de la infancia de Hermione, con una sonrisa cómplice en el rostro.
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Destinos Cruzados (BELLAMIONE)
FanfictionBellatrix una mujer de 25 años, maltratada que huye a un pueblo en medio de la nada de su marido y consigue trabajo en la barra de un bar de carretera, Hermione una hermosa heredera de un imperio que decide dar un viaje en motocicleta antes de tomar...