La noche cayó y, con ella, el bar comenzó a llenarse de los clientes habituales. Entraban pidiendo sus bebidas de siempre y las rápidas cenas que Ronny había preparado diligentemente. Hermione se había sentado en la barra, cerca de Bella, queriendo estar lo más cerca posible de ella para poder charlar entre pedidos. Pidió una hamburguesa con papas, sabiendo que las mismas eran las que ella misma había ayudado a pelar, y una cerveza negra para acompañar su cena. Estaba riendo junto a Bella, disfrutando del ambiente relajado, cuando la puerta del bar se abrió con un sonoro "Buenas noches", que resonó por todo el local.
Hermione se tensó de inmediato al reconocer la voz de Tom. Bella, siempre atenta, lo notó enseguida. Suave pero discretamente, acarició la mano de Hermione, sus ojos encontrándose en una mirada que lo decía todo. Con un pequeño guiño, Bella logró disipar momentáneamente la tensión en Hermione, quien sintió ese vacío en el estómago, el tipo de sensación que, aunque incómoda, le encantaba sentir cuando estaba cerca de Bella. Se quedó con una expresión boba, perdida en la tranquilidad que Bella le ofrecía con solo mirarla.
Tom, por su parte, se acercó a la barra con su usual aire de confianza.
—Bella, buenas noches —la saludó con su tono seductor y una sonrisa de medio lado—. Tan hermosa como siempre.
—Gracias, Tom. Tan amable como siempre. ¿Qué te sirvo? —respondió Bellatrix con su elegancia habitual, aunque claramente sin caer en los halagos vacíos.
—Una cerveza, por favor, y una hamburguesa doble con queso y muchas papas. Ah, y si quieres, también me puedes regalar tu compañía un rato —dijo Tom con su característica arrogancia, insinuando algo más con una sonrisa sugestiva.
Bella, sin dejarse impresionar, le respondió cortés pero firme:
—Lo siento, pero lo último no puedo dártelo. —Luego, con un movimiento fluido, le sirvió la cerveza antes de dirigirse hacia la cocina para preparar su pedido.
Tom, sorprendido por la negativa, giró sobre sus talones y fue entonces cuando notó la presencia de Hermione sentada en la barra.
—Vaya, buenas noches, Hermione —dijo con cierta ironía—. Ya me estaba preguntando de quién era ese hermoso auto estacionado afuera.
—Buenas noches, Tom —respondió Hermione de manera educada pero distante.
Aunque Tom no había hecho nada para ofenderla personalmente, su arrogancia y la forma en que había tratado a Harry la vez anterior aún le daban mala espina.
—¿Qué te trae de nuevo por aquí? ¿Te volviste a extraviar en la carretera? —preguntó Tom, con un tono sarcástico que Hermione notó al instante. Para él, la presencia de Hermione siempre había sido una amenaza, especialmente desde que notó el cambio en Bella desde su estancia en el pueblo.
En ese momento, Bella regresó de la cocina con la hamburguesa de Tom y una porción generosa de papas fritas.
—Aquí tienes, Tom —dijo, colocándole el plato delante con una sonrisa amable, aunque algo distraída, ya que enseguida notó el semblante serio de Hermione—. ¿Sucede algo?
Antes de que Hermione pudiera responder, Tom se apresuró a decir:
—No, nada —en un intento por evitar una confrontación.
Hermione, aunque incómoda, también negó con la cabeza, murmurando:
—Todo está bien.
Bella, claramente no convencida, entrecerró los ojos, sospechando que algo se le estaba escapando, pero decidió no presionar. Sin darle más atención a Tom, volvió a centrarse en la conversación con Hermione, retomando ese tono ligero y divertido que había llenado el ambiente momentos antes.
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Destinos Cruzados (BELLAMIONE)
FanfictionBellatrix una mujer de 25 años, maltratada que huye a un pueblo en medio de la nada de su marido y consigue trabajo en la barra de un bar de carretera, Hermione una hermosa heredera de un imperio que decide dar un viaje en motocicleta antes de tomar...