Después de su llegada a Londres, Bella se quedó solo un par de días. Aunque disfrutaba de la compañía de Hermione y Jane, sabía en el fondo que debía regresar al pueblo. No podía desaparecer de la vida de aquellos que la habían acogido como a una de los suyos, que la habían cuidado como a una familia cuando más lo necesitaba. Les debía una despedida, además de resolver algunos asuntos pendientes.
Convencer a Hermione de esto no fue fácil. Hermione insistía en que no había necesidad de irse, que podían encontrar una solución para todo. Bella, por su parte, estaba decidida.
—No puedo quedarme de arrimada en tu casa, paloma —decía con una sonrisa triste—. No es que no quiera estar aquí, pero tengo responsabilidades en el pueblo. La cabaña, por ejemplo. Tengo que ver si puedo venderla y con ese dinero buscar un lugar para mí.
Hermione frunció el ceño, sin soltar su mano.
—No estás de arrimada, Bella. Ya lo hemos hablado. No me importa que vivas aquí, mi madre estaría encantada de tenerte a su lado, y mi padre... bueno, no le importaría mientras mantengas a mamá ocupada en sus excursiones de compras.
Bella rio levemente, pero su expresión rápidamente cambió a una de seriedad.
—Además, está el tema de Harry —añadió—. Sabes lo importante que es para mí, y aunque para nosotras es solo un cachorro, la verdad es que es un animal protegido por el estado. Los permisos para traerlo a la ciudad tomarán tiempo, y no quiero dejarlo solo allá por mucho tiempo de seguro nos extraña.
Hermione suspiró, sabiendo que Bella tenía razón. Sin embargo, lo que Bella no decía en voz alta era que también tenía miedo de enfrentar su pasado tan pronto. Sabía que contaba con el apoyo incondicional de Hermione, Jane y de Richard, pero no podía evitar sentir esa sensación de pánico al pensar en cruzarse con los Lestrange otra vez. No se sentía lista.
Antes de partir, Bella decidió que necesitaba el consejo de alguien que siempre había sido como una madre para ella: Rony, su amiga más cercana del pueblo. Rony la había ayudado a sanar en los peores momentos, y Bella confiaba en su sabiduría para poder enfrentar el caos que se avecinaba.
El viaje de vuelta al pueblo de Castle Cambe, fue una mezcla de emociones para Bella. Cada kilómetro la pensaba más en su pasado y a los fantasmas traído con ella la primera vez que llego a ese lugar, pero también a las personas que la habían ayudado a mantenerse en pie, como la ayudaron, la aceptaron y cuidaron. Ahora volver a ese refugio con un torbellino de pensamientos y sentimientos, porque aunque se sentía feliz de haber encontrado una familia, un hogar, sentía pena de dejar a sus amigos. Al llegar a la puerta del Bar donde había vivido durante tanto tiempo, su refugio en medio de la desgracia, sintió una mezcla de nostalgia y dolor. Estaba de vuelta, pero ya no era la misma persona que había sido antes de irse.
Rony estaba esperándola en la entrada del Bar, su expresión serena y cálida como siempre. Bella bajó del auto y corrió a abrazarla, sintiendo la familiaridad y el consuelo que tanto necesitaba.
—¡Bella, mi niña! —exclamó Rony con alegría—. Te he echado tanto de menos. ¿Cómo fue el viaje? Cuéntamelo todo.
Rony la llevó adentro del Bar, donde Luna y Harry ya estaban esperándolas con una sonrisa suave. Luna siempre había sido la calma en medio de cualquier tormenta, y su presencia reconfortaba a Bella y Harry salió como un torbellino a recibirla, parándose sobre sus patas traseras sin dejar de mover su colita tratando de lamer la cara de Bella que se bajo a su altura lo abrazo y se dejo hacer del cachorro. Se sentaron en la pequeña cocina, y tras tomar un sorbo de té que Rony había preparado, Bella comenzó a contar su historia.
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Destinos Cruzados (BELLAMIONE)
FanfictionBellatrix una mujer de 25 años, maltratada que huye a un pueblo en medio de la nada de su marido y consigue trabajo en la barra de un bar de carretera, Hermione una hermosa heredera de un imperio que decide dar un viaje en motocicleta antes de tomar...