Entraron al bar, y en cuanto Rony vio a Hermione, corrió hacia ella y la envolvió en un fuerte abrazo.
—¡Mi niña! Ya te extrañaba, ¿Qué pasó? ¿Te accidentaste? ¿Estás bien? —le preguntaba apresurada, recorriéndola con la mirada en busca de alguna herida o señal de que algo le hubiera pasado.
Hermione sonrió, tratando de calmar la preocupación de Rony.
—Estoy bien, Rony, de verdad. Solo olvidé algo importante y volví por ello —soltó un largo suspiro antes de continuar—. Las chicas me convencieron de que me quede esta noche y salga mañana temprano.
Rony, contenta con la noticia, la jaló del brazo con entusiasmo.
—¡Perfecto! Pues ahora que estamos bien abastecidos, voy a hacer una comida especial para ti —anunció emocionada—. Hoy es el cumpleaños del sheriff, y nos vamos a reunir todos aquí. Pero no le digas a nadie que cocinaré algo especial para ti, ¿eh? —le dijo en tono conspirador mientras la guiaba hacia la cocina.
Una vez allí, le sirvió una gran merengada de chocolate, sonriendo con satisfacción al ver a Hermione relajarse un poco más.
—Tómate esto, te vendrá bien antes de la fiesta —dijo Rony, guiñándole un ojo.
Hermione tomó la bebida y, al saborear el dulce batido, sintió que, por un breve momento, el peso de sus preocupaciones se desvanecía, Hermione era una niña cuando tenia un batido de chocolate en sus manos.
Bellatrix observaba desde lejos cómo Hermione y Luna se divertían mientras preparaban todo para la noche. Hermione acababa de terminar su batido y se había unido a Luna para ayudar a inflar globos. Parecían dos niñas, riendo a carcajadas cuando alguno de los globos se desinflaba de repente y les golpeaba en los cachetes. Las risas resonaban por todo el bar, llenándolo de una energía cálida y contagiosa.
Bellatrix, mientras preparaba las bebidas para la celebración, no podía apartar la vista de las dos chicas. Sin darse cuenta, una sonrisa genuina asomó en sus labios. Era la primera vez en mucho tiempo que no fingía alegría, esta vez realmente la sentía. Y aunque no lo dijera en voz alta, sabía perfectamente quién era la responsable de eso: la castaña de ojos almendrados y labios sensuales que, sin darse cuenta, había empezado a iluminar su mundo sombrío.
—Wow, Bella, ¿Qué te pasa? —se preguntó a sí misma en silencio, mientras su sonrisa se ensanchaba un poco más.
La imagen de Hermione riendo, completamente despreocupada, seguía grabada en su mente. Bellatrix supo en ese momento que algo profundo estaba empezando a cambiar en ella. Y, por primera vez en mucho tiempo, se permitió disfrutar de esa sensación.
La noche llegó, y el bar se fue llenando de los habitantes del pequeño pueblo que habían acudido a compartir con el sheriff, una persona muy querida, siempre atenta y preocupada por todos. Por eso, en su día especial, todos querían estar presentes. El bar estaba lleno de risas, música, bailes, comida y bebidas. Tom se acercó a Bellatrix mientras ella preparaba las bebidas para la noche.
—Vamos, Bella, deja que cada quien se sirva su trago y ven a bailar conmigo —dijo con una sonrisa traviesa.
Bella sonrió, pero declinó la invitación. Tom insistió:
—Solo una, te prometo que te dejaré en paz después.
Bellatrix, que ese día se sentía extrañamente bien, decidió aceptar. Después de todo, Tom siempre había sido muy amable con ella desde que llegó al pueblo. Hermione, en ese momento, conversaba con Luna sin darse cuenta de lo que ocurría al otro lado del bar. Tom tomó a Bellatrix por la cintura y comenzaron a bailar. Él hacía tonterías para hacerla reír, y, aunque no lo decía, Tom adoraba esos raros momentos en los que lograba robarle una sonrisa.
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Destinos Cruzados (BELLAMIONE)
FanfictionBellatrix una mujer de 25 años, maltratada que huye a un pueblo en medio de la nada de su marido y consigue trabajo en la barra de un bar de carretera, Hermione una hermosa heredera de un imperio que decide dar un viaje en motocicleta antes de tomar...