Pasaron dos meses desde que Hermione le había pedido a Bellatrix ser su esposa. Jane estaba feliz, y Richard se sentía orgulloso de que su pequeño tesoro se hubiera enamorado de una mujer como Bellatrix. Sabía que Bellatrix era un puerto firme para mantener los pies de Hermione en la tierra, algo difícil de conseguir cuando se tiene tanto dinero y facilidades.
Bellatrix había pedido a Luna que fuera su madrina, así que Luna y Ron venían para ayudarla a comprar su vestido y planear la íntima boda que ella y Hermione habían decidido tener. Bellatrix no quería algo ostentoso, y Jane había dicho que por nada se perdería la experiencia de acompañar a Bellatrix en tan gran acontecimiento. La llevó a cada una de las tiendas exclusivas para novias.
Después de probarse muchos vestidos, Bellatrix finalmente se dejó llevar por un hermoso vestido liso de seda cristal con detalles de Swarovski, escote corazón sin mangas, que terminaba en una cola de sirena. Jane, Luna y Ron se dieron cuenta de que ese era el vestido. Bellatrix se lo probó y se veía preciosa; las chicas la alababan y bromeaban sobre cómo Hermione estaría babeando por ella.
El día de la boda finalmente llegó. Hermione decidió que esperaría a Bellatrix en el altar y que Richard la guiaría. La ceremonia fue hermosa, llena de amor y emoción. Cada uno de los votos era como si hubieran abierto el corazón y el alma en cada palabra.
La decoración del lugar reflejaba el estilo sencillo pero elegante de la pareja. Había guirnaldas de flores blancas y lilas adornando el altar y las sillas, y pequeñas luces colgantes que añadían un toque mágico al ambiente. El sonido suave de un cuarteto de cuerdas llenaba el aire, creando una atmósfera romántica y acogedora.
Hermione llevaba un vestido de encaje torchón, que abrazaba su figura con elegancia y gracia. El vestido tenía mangas largas y un escote en V que destacaba su cuello, mientras que la falda fluida se movía con ella, dándole un aire etéreo.
Bellatrix, radiante en su vestido de seda cristal, caminó hacia el altar del brazo de Richard. Cada paso que daba, la emoción crecía entre los invitados. Al llegar al altar, Hermione y Bellatrix se tomaron de las manos, sus miradas fijas la una en la otra, llenas de amor y devoción.
Hermione tomó las manos de Bellatrix con firmeza, sus ojos fijos en los de ella mientras hablaba con una emoción que hizo que su voz temblara.
—Bellatrix, no hay palabras suficientes para describir lo que siento por ti. Desde el momento en que entraste en mi vida, supiste cómo romper cada una de mis barreras, llenándome de una alegría que nunca había conocido. Has sido mi fortaleza en los momentos más oscuros, mi consuelo en el caos y mi inspiración para ser mejor cada día. Te prometo que, pase lo que pase, mi amor por ti nunca flaqueará. Seré tu refugio en las tormentas, tu alegría en los días soleados, y tu compañera eterna. No puedo prometerte una vida sin desafíos, pero sí puedo prometerte que nunca estarás sola en ninguno de ellos. Bellatrix, eres mi hogar, mi razón y mi todo, y hoy, ante todos, te entrego mi corazón y mi alma, para siempre.
Los ojos de Bellatrix se llenaron de lágrimas mientras escuchaba las palabras de Hermione. Con una voz suave pero cargada de devoción, ella respondió:
—Hermione, tú cambiaste todo en mi vida. Llegaste como una luz cuando más lo necesitaba, trayendo contigo una paz que nunca pensé que encontraría. Me hiciste creer en el amor verdadero, en el compromiso que no teme al tiempo ni a las pruebas. Hoy, te prometo mi lealtad, mi amor sin condiciones, y mi entrega total. Seré tu protectora, tu consuelo, y la persona que estará a tu lado en cada paso que des. Prometo amarte más con cada día que pase, cuidar de ti con cada fibra de mi ser, y estar a tu lado hasta el último aliento. Te amo, Hermione, más de lo que nunca podré poner en palabras, y soy eternamente tuya.
Cuando ambas terminaron, las lágrimas corrieron libremente entre los invitados. El amor entre ellas era palpable, y el intercambio de anillos fue una muestra de su unión inquebrantable. Al darse el primer beso como esposas, los aplausos resonaron, llenando el lugar de una energía pura y emocionante.
La recepción tuvo lugar en una sala elegantemente decorada, con luces suaves que colgaban del techo como estrellas. Las mesas estaban adornadas con centros de flores blancas y lilas, y una música suave de fondo envolvía el ambiente mientras los invitados tomaban asiento.
La primera danza entre Hermione y Bellatrix fue un momento íntimo y mágico. La canción elegida, una melodía suave de un blues, parecía encapsular todo el amor y la pasión que sentían la una por la otra. Mientras giraban lentamente, sus ojos no se apartaban ni un segundo, como si el resto del mundo hubiera desaparecido. Los invitados observaban con sonrisas emocionadas, algunos incluso derramando lágrimas por la belleza de la escena.
Después del baile, la celebración comenzó en serio. Los invitados rieron y brindaron, disfrutando de un exquisito banquete de platos cuidadosamente seleccionados, que incluía desde delicias gourmet hasta los postres favoritos de ambas novias. Ginny, Luna, y Rony ofrecieron discursos conmovedores que hicieron que Hermione y Bellatrix rieran y lloraran en igual medida.
La noche se llenó de música, bailes, y alegría, mientras los amigos y familiares celebraban el amor de la pareja. Hermione y Bellatrix bailaron toda la noche, cada mirada y toque entre ellas irradiando una conexión profunda y sincera.
Después de la fiesta, Hermione y Bellatrix se retiraron a una habitación decorada con pétalos de rosas y velas que llenaban el espacio con una luz cálida y suave.
Una vez solas, el ambiente cambió a uno más íntimo y tierno. Bellatrix, aún con su vestido de novia, observaba a Hermione con una mezcla de amor y deseo. Hermione, con una sonrisa que revelaba todo lo que sentía, se acercó a ella lentamente, tomando su mano y llevándola hacia la cama.
—Nunca imaginé que este día sería tan perfecto —susurró Hermione mientras acariciaba el rostro de Bellatrix.
—Es solo el comienzo —respondió Bellatrix en un susurro, su voz llena de promesas.
Hermione, con la paciencia y el cuidado que siempre tenía con Bellatrix, comenzó a desvestirla, cada movimiento lleno de amor. Bellatrix hizo lo mismo, y mientras ambas se despojaban de la ropa, lo hacían también de las últimas barreras que quedaban entre ellas.
Se entregaron la una a la otra en esa noche, con una pasión que solo puede surgir del amor verdadero. Cada beso, cada caricia, estaba lleno de devoción y ternura. El mundo exterior dejó de existir, y en ese momento, solo estaban ellas dos, enredadas en un amor que parecía eterno.
Al final, mientras el silencio llenaba la habitación y el primer rayo de luz se asomaba por la ventana, Bellatrix descansó su cabeza sobre el pecho de Hermione, escuchando los latidos de su corazón, sabiendo que cada uno de ellos era por ella.
—Te amo, Hermione —susurró Bellatrix, cerrando los ojos.
—Te amo, Bellatrix —respondió Hermione, besando su frente, mientras ambas se quedaban dormidas, abrazadas, en el primer amanecer de su nueva vida juntas.
Y así, bajo la luz del nuevo día, comenzó el resto de sus vidas, llenas de amor, confianza, y la promesa de que siempre estarían juntas, enfrentando lo que fuera que la vida les pusiera por delante.
Fin.-
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Destinos Cruzados (BELLAMIONE)
FanfictionBellatrix una mujer de 25 años, maltratada que huye a un pueblo en medio de la nada de su marido y consigue trabajo en la barra de un bar de carretera, Hermione una hermosa heredera de un imperio que decide dar un viaje en motocicleta antes de tomar...