Dos Propuestas, Un Destino

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El sol comenzaba a caer sobre el Thousand Sunny, pintando el horizonte de tonos anaranjados y rosados. Los días de calma eran escasos en la vida de piratas, y esa tarde Law decidió aprovecharla para dar el paso más importante de su vida. A pesar de ser un omega, Trafalgar Law nunca dejó que eso lo definiera o limitara. Pero hoy... Hoy tenía las manos sudorosas y el corazón acelerado.

Mientras sacaba una pequeña caja de su bolsillo, respiró hondo. Proponerle matrimonio a Luffy no era tarea fácil. No porque dudara de sus sentimientos, sino porque sabía lo impredecible que era el capitán de sombrero de paja.

—Vamos, Law... Sólo hazlo. —se murmuró para sí mismo, caminando hacia la proa del barco, donde sabía que Luffy estaría.

Luffy, sentado en el borde de la barandilla, balanceaba las piernas mientras devoraba un pedazo de carne. El viento le agitaba el cabello y su característica sonrisa brillaba más que el sol en el cielo.

—¡Oh, Law! —exclamó Luffy alegremente al verlo acercarse—. ¿Quieres carne? ¡Está buenísima!

Law sonrió de forma ligera, sintiendo un nudo en el estómago al ver lo despreocupado que estaba Luffy. Eso lo hacía más difícil y, al mismo tiempo, más claro. Este era el hombre con el que quería pasar su vida.

—Luffy, necesito hablar contigo... —dijo Law, intentando sonar sereno, pero su voz traicionaba el nerviosismo.

—¿Hmm? ¿Pasa algo malo? —Luffy ladeó la cabeza, limpiándose con la manga los restos de comida en los labios.

Law se aclaró la garganta y dio un paso más cerca, sintiendo cómo sus manos temblaban ligeramente al abrir la pequeña caja de terciopelo. Dentro, un anillo de oro con una pequeña inscripción: "A nuestra manera, siempre juntos".

Luffy miró la caja, parpadeando lentamente mientras su expresión pasaba del asombro a una curiosa mezcla de emoción y confusión.

—Luffy... —Law tragó saliva y continuó—. Quiero pasar el resto de mi vida contigo. No sé si tiene sentido para alguien como tú, pero yo quiero que lo entiendas... ¿Quieres casarte conmigo?

Hubo un silencio pesado que llenó el aire entre ambos. El sonido del mar golpeando suavemente el casco del barco era lo único que se escuchaba. Luffy miraba el anillo, pero... también parecía estar pensando en algo.

Entonces, de repente, Luffy metió la mano dentro de su camisa, buscando algo en los bolsillos internos. Law lo observó, sorprendido, hasta que Luffy sacó lo que parecía ser... otra caja de anillo.

—¿Eh? —Law parpadeó, completamente desconcertado.

Luffy, sonriendo más que nunca, abrió su propia cajita, revelando un anillo muy parecido al de Law. No era tan elegante, pero tenía algo simple y significativo: grabadas en el interior estaban las palabras "Siempre tuyo".

—¡Iba a proponértelo yo también! —soltó Luffy entre risas, como si aquello fuera lo más divertido del mundo.

Law lo miró, atónito. De todas las cosas que podían salir mal o ser extrañas, jamás había esperado que Luffy tuviera exactamente el mismo plan.

—¿Tú...? —empezó a decir Law, todavía procesando lo que estaba pasando—. ¿Querías proponerme matrimonio también?

Luffy asintió con energía, su rostro lleno de determinación.

—¡Sí! Siempre me haces feliz, Law. Quiero que estemos juntos para siempre. ¡Es lo más lógico, ¿no?! —dijo con esa risa que siempre hacía que Law se sintiera un poco más ligero, incluso en los momentos más tensos.

Por un momento, el cirujano del Corazón se quedó en silencio, entrecerrando los ojos, tratando de asimilar lo que estaba ocurriendo. Todo el nerviosismo, el miedo a que Luffy no entendiera la importancia del compromiso o simplemente no quisiera lo mismo, desapareció en un instante.

—¿Sabes que esto es completamente absurdo? —murmuró Law, aunque una sonrisa comenzaba a asomar en sus labios.

—¡Sí! —respondió Luffy, riendo sin preocupación—. Pero es perfecto, ¿no?

Ambos se quedaron mirándose durante unos segundos eternos. El aire estaba cargado de emociones, de esa extraña mezcla entre amor profundo e incomprensible que solo ellos dos compartían.

Finalmente, Law suspiró y dio un paso más, quedando cara a cara con Luffy. Levantó la caja que aún sostenía en la mano y, con un brillo travieso en sus ojos, dijo:

—Entonces, ¿quién se lo pone a quién primero?

Luffy soltó una carcajada y luego, sin pensarlo demasiado, tomó ambas cajas y lanzó una mirada decidida.

—¡Los ponemos al mismo tiempo!

—Eres un idiota... —musitó Law, pero no pudo evitar que su voz se suavizara por la risa.

Los dos se colocaron los anillos al mismo tiempo, sus dedos entrelazándose en el proceso. Una calidez inesperada recorrió a ambos, como si, a pesar de las diferencias en sus naturalezas de alfa y omega, sus corazones hubieran encontrado un equilibrio perfecto.

Cuando terminaron, Luffy sonrió con la misma intensidad de siempre.

—¡Ahora sí somos una tripulación de verdad, Law!

Law rodó los ojos, aunque en el fondo sabía que no cambiaría nada de ese momento por nada del mundo.

—No es exactamente así como funciona, Luffy...

—¡Bah! Da igual. Igual vamos a estar juntos para siempre, ¿no? —dijo Luffy con esa certeza absoluta que siempre lo caracterizaba.

Law se permitió relajarse por completo.

—Sí. Para siempre.

Y así, en medio de la tranquilidad del mar, bajo el cielo teñido de naranja, dos corazones que ya estaban destinados a encontrarse sellaron un compromiso que iba más allá de cualquier rol o expectativa. Porque al final, lo que importaba era que, sin importar quién diera el primer paso, siempre caminarían juntos.

One shots luffy x law Donde viven las historias. Descúbrelo ahora