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El aire en la casa de Yongbok estaba lleno de una anticipación extraña. Hyunjin y Yongbok sabían que, aunque algunos ya lo sospechaban o incluso sabían sobre sus sentimientos, hoy era el momento de confirmarlo todo. Ambos estaban sentados en el sofá, preparados para contarles a los demás lo que realmente pasaba entre ellos.

—¿Estás listo? —preguntó Yongbok, entrelazando sus dedos con los de Hyunjin, su tono suave pero firme.

Hyunjin asintió, aunque sintió una ligera tensión en el estómago. —Sí. Creo que sí. —Una sonrisa nerviosa se formó en sus labios, pero al mismo tiempo, estaba tranquilo. Había pasado por tantas emociones a lo largo de este tiempo que ahora sabía lo que quería, y sobre todo, sabía que no estaba solo en esto.

Pronto llegaron Miyeon, Minho, Hanni y Sullyoon. Cada uno con expresiones distintas, pero todos claramente interesados en la razón de la reunión. Miyeon, como siempre, entró con calma, pero con un brillo curioso en los ojos. Hanni, con su energía de siempre, sonreía, ya sospechando lo que estaba a punto de suceder. Sullyoon corrió directamente hacia Hyunjin, abrazándolo con fuerza, como si fuera una parte fundamental de su día.

—¡Hyunie-Oppa! —dijo Sullyoon, con esa voz dulce que siempre conseguía sacarle una sonrisa a Hyunjin—. ¡Estaba esperando verte!

Hyunjin la abrazó con cariño, dejando que su risa escapara por lo bajo. —Yo también te extrañé, Bonita —le respondió, mientras lanzaba una mirada a Yongbok. Ambos compartieron una sonrisa que no necesitaba explicación.

Los demás se sentaron alrededor, y fue Hanni la que rompió el hielo, como siempre lo hacía. —Bueno, ¿qué es lo que nos quieren decir? —preguntó, ya anticipando la noticia con una sonrisa cómplice. Sabía lo que venía, porque Hyunjin ya se lo había contado tiempo atrás.

Hyunjin respiró hondo y, sin soltar la mano de Yongbok, dijo con voz firme: —Yongbok y yo estamos juntos.

El silencio que siguió duró apenas unos segundos, pero para Hyunjin pareció una eternidad. No estaba seguro de cómo reaccionarían los demás, aunque ya sabía que tanto Hanni como Sullyoon ya conocían sus sentimientos. Aun así, había algo distinto en decirlo en voz alta, en hacerlo real.

Hanni soltó una carcajada llena de emoción, golpeando ligeramente a Hyunjin en el hombro. —¡Sabía que esto pasaría! ¡Te lo dije desde el principio! —exclamó con entusiasmo, claramente emocionada de que finalmente todo se hubiera revelado.

Miyeon, por su parte, sonrió, cruzándose de brazos. —Y yo también lo sabía —dijo con tranquilidad, mirando a su hermano y a Yongbok—. Ya me lo veía venir, sobre todo con lo que Yongbok me había dicho. Me alegra mucho por ustedes.

Yongbok le devolvió la sonrisa, agradecido por el apoyo silencioso que Miyeon le había dado todo este tiempo.

Minho, parpadeó un par de veces antes de dejar escapar una risa corta. —¡Felicidades hermanito!, me alegro por ustedes. —Le lanzó una mirada a Yongbok, quien asintió con una sonrisa tranquila.

Finalmente, Sullyoon rompió el silencio restante con una risita alegre. —¡Lo sabía! ¡Flor y Mariposa siempre están juntos! —exclamó, riéndose y señalándolos, provocando que todos en la sala comenzaran a reír también.

—Eso es cierto —admitió Hyunjin, mirando a Yongbok con ternura—. Siempre lo supe, Sully, y ahora ya no tenemos que esconderlo.

La atmósfera en la habitación cambió, llenándose de risas y alivio. Hanni abrazó a Hyunjin con fuerza, emocionada por su amigo, mientras Miyeon los miraba con orgullo silencioso.

—Supongo que ya no soy el único que lo veía venir —dijo Minho, mirando a Yongbok con una sonrisa de hermano mayor.

Yongbok soltó una risa suave. —Parece que no.

Finalmente, Miyeon se acercó y abrazó a su hermano y a Yongbok al mismo tiempo. —Los dos hacen una buena pareja —dijo con sinceridad—. Siempre lo supe, y me alegra que hayan tenido el valor de decirlo.

Todo el mundo parecía aceptarlo con más facilidad de lo que Hyunjin había imaginado. Sabía que contárselo a Hanni y Sullyoon había sido fácil porque ellas ya lo sabían, pero compartirlo con el resto y ver que todo estaba bien le dio una nueva sensación de paz. Flor y Mariposa ya no eran solo apodos, sino un reflejo de lo que realmente eran juntos.

Y lo mejor de todo, estaban rodeados de personas que los querían, que los aceptaban, y que estaban felices por ellos.

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𝓨𝓸𝓾𝓻 𝓕𝓸𝓻𝓶𝓾𝓵𝓪 𝓞𝓯 𝓛𝓸𝓿𝓮  •𝓛𝓲𝔁𝓳𝓲𝓷 •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora