LII

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¿Cuando tenía permitido morir?

Sus ojos parpadearon tan lento que el pitido constante en su cabeza se calmó, se llevó una mano al rostro sintiendo la sangre correr de su nariz, esto ya era habitual, tan habitual que ni siquiera le sorprendía, y a veces ni siquiera le importaba. Dino podría morirse por dentro y aun así su cuerpo seguiría cumpliendo órdenes. Miró hacia la mesa llena, todos los lobos hablando y quejándose, argumentando porque Jisoo, el niño que se encogía en un rincon, no debía ser el lider, y porque Vernon, el niño que sostenía con fuerza una planta, si debería serlo.

Por un momento dejó de prestarle atención a los adultos y se concentró en los niños. Todos ellos asustados o cansados, enojados, abrumados ¿porque Dino se sentía así? De pronto se sentía otra vez un cachorro viendo como la familia Kwon se gritaba entre sí, como debatían entre ellos sin llegar a nada. Siempre había sido así.

La sangre se había secado en el suelo, Dino escuchó como se llevaron a Jeonghan y después como el cuerpo había sido arrastrado fuera de la habitación dejando solo una enorme mancha roja. No se movió en todo eso, no se movió cuando Jeonghan gritó, o cuando le ordenaron apartarlo del cadáver. Dino no reaccionó a tiempo. Después del disparo solo observó la sangre que tendría que limpiar más tarde.

Miro a JeongHan. Sintió pena por él, porque había perdido a quien tanto amaba.

Pobre Jeonghan.

"¿quieres decir algo más?"

La pregunta de Hoshi le heló la sangre. Claro que quería decir algo mas, su corazón estaba latiendo tan fuerte que su cuerpo temblaba, quería pedir, por favor, que se detuviera, que volviera a ser aquel niño con el que siempre jugaba a pesar de ser un lobo de la familia principal. Que por favor, por un momento, volvieran a ser cachorros que se querían, que eran amigos. Dino quería pedirle a Hoshi que volviera a ser él. Pero...

"Si." Respondió con el corazón en un hueco. "Por favor..." Por favor. Hoshi. "Deja ir a Minghao."

Porque Minghao podía ser libre. Solo él.

Miró a Minghao. Minghao era un omega, y estaba aferrándose tanto a Mingyu y Jun que por un momento parecía asustado.

Pobre Minghao.

Hoshi comenzó a discutir en voz alta, gritando a su padre que él también era importante y su opinión no pasaría por alto. Hoshi ya no parecía aquella persona que hizo tanto daño. Pero ahora él estaba solo.

Pobre Hoshi.

Pobre Jun.

Pobre Mingyu.

Pobre Jihoon.

Todos ellos... Dino los había visto caer al fondo, los vio lastimarse y estar a punto de morir, los vio asustados e inseguros, destrozados por sus propios errores o los errores de otros. Pero tambien los vio...

"Dino. No estás despedido, yo no puedo hacer eso, lo sabes. Eres demasiado preciado para los Kwon..."

La voz a de Joshua era tranquila, casi amable, aun así Dino no se atrevió a alzar la cabeza. Solo escuchó como si fueran ordenes.

"Pero ese mono..."

Su corazón se detuvo recordando a Seungkwan, la sonrisa amable y llena de honestidad que lo había reconfortado antes de irse. Quería volver con él y quedarse, esconderse entre las sabanas y nunca salir de su cama que olía tanto a él.

Dino jamás pensó que podría enamorarse. Porque si lo hacia, él terminaría como su hermano mayor. Y no podía.

Su vida le pertenecía a los Kwon. Y su alma, la parte que ellos no podían tocar, le pertenecía a Jeonghan gracias a su hermano. No había nada de Dino que pudiera entregarle a Seungkwan. No podía estar con él.

"No es necesario hacer amenazas." Murmuró en respuesta. "Para deshacerte de mí solo necesitas dispararme en la cabeza."

Joshua colocó una mano en su hombro.

"No, estás condenado a vivir para los kwon."

La sangre cayó sobre el dorso de su mano, una gota que escurrió por su piel hasta el suelo, después otra. Y otra. Y otra.

Alzó el rostro prestando atención a los adultos que discutían, ninguno lo miraba, todos estaban concentrados en gritarse entre sí. Entonces solo podía limpiarse y actuar como si nada hubiera pasado, si hacia eso entonces podría terminar su trabajo pronto...

Solo que si habían personas mirándolo.

Los ojos de Vernon estaban tan abiertos que parecían salirse de él. Jiwoo temblaba y se apretaba los labios como si quisiera llorar. Jisoo tenía una expresión sorprendida. Y Jihan...

Dino se movió más rápido de lo que pensó. Tomó a Jihan y lo alzó de la silla para llevárselo, lo cargó y corrió por los pasillos sin escuchar lo que otros decían.

Tenía que llevarlo rápido.

Jihan sangraba. Su plato repleto de comida estaba inundado en la sangre de su boca.

Y nadie se había dado cuenta. Porque nadie estaba mirando a Jihan. Porque este niño no le importaba a nadie más que a su hermano y a su padre...

Y a Dino. Le importaba a Dino. 

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⏰ Última actualización: Sep 13 ⏰

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