Mientras Nikolai y yo regresábamos al salón, el peso de la conversación con Ethan aún resonaba en mi mente. Aunque sus palabras me tranquilizaron, no podía evitar sentir una inquietud creciente en el fondo de mi corazón. Algo no estaba bien, una sombra invisible parecía cernirse sobre todo el ambiente, y mi intuición me decía que aún no había visto todo lo que la noche tenía para ofrecer.
—Parece que su alteza tiene mucho en qué pensar —comentó Nikolai suavemente mientras comenzábamos a bailar al compás de la música—. Espero que no sea yo la causa de esa preocupación.
Sonreí con cortesía, aunque mis pensamientos estaban dispersos.
—No, no es usted, príncipe Nikolai —respondí con suavidad—. Es solo que... estas reuniones siempre traen consigo sus propios retos.
Él me miró con una chispa de curiosidad en sus ojos azules, pero no presionó más. En cambio, me guió elegantemente por la pista de baile mientras las demás parejas nos observaban. Las conversaciones a nuestro alrededor continuaban, pero mi atención se desvió rápidamente hacia un rincón del salón, donde algo, o más bien alguien, llamó mi atención.
Allí, al otro lado de la sala, vi a Ethan conversando con una mujer alta, de cabello castaño oscuro recogido en un elaborado moño, su vestido color esmeralda resplandecía bajo las luces de los candelabros. No la había visto antes, pero no podía negar que irradiaba una belleza y elegancia que exigía ser notada. Y lo más inquietante era la forma en que miraba a Ethan, sus ojos brillaban con una mezcla de familiaridad y ambición.
—¿Quién es ella? —pregunté en voz baja, más para mí misma que para Nikolai, pero él, siempre atento, respondió de inmediato.
—Ah, veo que ha notado a lady Cressida. Es la hija del duque de Wiltshire —explicó con una ligera sonrisa—. Muy conocida en la corte por su encanto... y sus aspiraciones.
—¿Aspiraciones? —pregunté, aunque en el fondo ya intuía la respuesta.
—Bueno, se dice que durante mucho tiempo ha tenido sus ojos puestos en el príncipe Ethan —dijo Nikolai con un tono desenfadado, aunque sus palabras me cayeron como un balde de agua fría—. Hay quienes incluso pensaban que un matrimonio entre ellos sería inevitable.
Mi corazón dio un vuelco, pero me forcé a mantener la compostura mientras bailábamos. Los ojos de Ethan y Cressida se encontraron fugazmente, y vi cómo ella posaba una mano sobre su brazo con una confianza inquietante, inclinándose hacia él como si estuviera susurrándole algo.
—Curioso que ahora esté aquí, justo antes de tu boda —continuó Nikolai, con una mirada astuta—. Parece que no es el tipo de mujer que renuncia fácilmente.
Mi mente comenzó a llenarse de dudas y una ola de inquietud me envolvió. ¿Había algo entre Ethan y lady Cressida que desconocía? ¿Era solo coincidencia que ella apareciera justo cuando nuestro matrimonio se acercaba? Y más importante aún, ¿cómo se sentía Ethan respecto a todo esto?
El baile llegó a su fin y Nikolai me hizo una elegante reverencia, pero mi atención ya no estaba en él.
—Gracias por el baile, príncipe Nikolai —dije apresuradamente, inclinando levemente la cabeza—. Disculpe, pero debo retirarme.
Él asintió con una sonrisa comprensiva, aunque sus ojos mostraban un destello de interés por el drama que claramente intuía.
Me dirigí hacia Ethan, que aún estaba hablando con Cressida. Sentí cómo mi corazón latía con fuerza en mi pecho, y aunque intentaba mantener una postura serena, no pude evitar que el nerviosismo me invadiera. Cuando llegué lo suficientemente cerca, Cressida se volvió hacia mí, con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.
—Ah, usted debe ser la princesa Lía —dijo con una voz melosa, aunque teñida de una sutileza que no me pasó desapercibida—. He oído mucho sobre usted. Qué fortuna tener la oportunidad de conocer a la prometida del príncipe Ethan.
—El placer es mío, lady Cressida —respondí, manteniendo mi tono cortés—. Es un honor conocer a la hija del duque de Wiltshire.
Ethan, por su parte, parecía incómodo, como si no supiera qué decir. Miraba de un lado a otro, y aunque intentaba mantener una sonrisa, había algo en su mirada que delataba una tensión que no podía ignorar.
—Ethan y yo tenemos una larga historia —continuó Cressida, sin esperar mi respuesta—. Hemos sido... buenos amigos durante años, aunque las circunstancias nos hayan llevado por diferentes caminos. Es una lástima que no hayamos tenido más tiempo juntos últimamente.
Su insinuación fue clara, y sentí cómo una punzada de celos recorrió mi interior. Sin embargo, me negué a mostrar cualquier signo de debilidad frente a ella.
—Estoy segura de que los caminos de todos están exactamente donde deben estar —respondí con una sonrisa medida—. El príncipe Ethan tiene muchas responsabilidades ahora, y como su futura esposa, estaré a su lado en cada una de ellas.
Ethan me miró, y por un breve momento, vi algo en sus ojos que parecía arrepentimiento. Pero antes de que pudiera decir algo más, Cressida soltó una risa suave.
—Por supuesto, su alteza —dijo, inclinando ligeramente la cabeza—. Estoy segura de que será una unión muy... ventajosa para ambos reinos.
Y con esa última palabra cargada de veneno disfrazado de cortesía, hizo una elegante reverencia y se alejó, dejándonos a Ethan y a mí en un incómodo silencio.
Me volví hacia él, buscando respuestas en su rostro.
—¿Por qué no me habías hablado de ella? —pregunté en un susurro, intentando mantener la calma.
Ethan pasó una mano por su cabello, evidentemente frustrado.
—No es lo que piensas, Lía —dijo finalmente—. Cressida y yo tuvimos una... amistad, pero eso fue hace mucho. No tiene importancia ahora.
—¿De verdad no la tiene? —pregunté, sintiendo cómo las dudas volvían a inundar mi mente—. Porque ella parece pensar lo contrario.
Ethan suspiró profundamente.
—Te lo prometo, Lía. No hay nada entre nosotros. Cressida... es solo alguien del pasado. Tú eres mi futuro.
Sus palabras deberían haberme tranquilizado, pero en el fondo, la sombra de duda que Cressida había sembrado permanecía firme. La noche, que había comenzado con esperanza, ahora estaba teñida de una incertidumbre que no podía ignorar.
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una desastrosa alianza matrimonial
Любовные романыesta novela ambientada en la época victoriana, nos presenta a lía, la hija de un rey, la cuál debe casarse con el principe de otro reino para formalizar una alianza a través del matrimonio. Aunque no todo será felicidad, porque detrás de esta maravi...