37. ESPECIAL

148 11 0
                                    

Ilán

Cuando sale Heidi del armario, los restos de excitación ya se fueron a la mierda. ¿Cómo ha podido decir que sí a esa maldita invitación sin consultarme? ¿Acaso no le impongo respeto alguno?

—No llevo tanto conociéndote, pero sé lo que tu cara dice.— Me señala.— Y vamos a ir a la boda de mi hermana.

—¿Sí? Cuéntame más— digo con sarcasmo mientras me cruzo de brazos.

—Ilán, es la boda religiosa de mi hermana. Ella y mi cuñado realmente tuvieron que pasar por mucho para estar juntos y no me quiero perder como Andrick va a babear por ella, porque sé que Scarlett va a lucir como toda una diosa ese día.

Me quedo en silencio, disfrutando de aquel brillo en sus ojos, aunque también absorbiendo cada una de sus palabras. Andrick Carson, su cuñado, tal vez me debe otra conversación.

¿Cómo diablos logró domar a una Butler? Porque su hermana, aunque parezca más dócil, creo que también tiene un carácter del demonio.

—Bien, iremos a esa boda —contesto.— Que vayas sola no es una opción.

—Al menos sabes español. Eres útil —resopla. —Quiero ver a Raven. Ella... quería verte.

—¿A mí? —inquiero extrañado.

—Sí, ¿podrías ir a verla, por favor?

—De acuerdo, vamos.

Heidi intenta avanzar, pero la detengo por el brazo para no soltarla. Ella me mira enfurruñada e intenta librarse, pero a los pocos segundos solo se rinde.

—¿Cómo quieres tener derechos de esposo si no cumples? —masculla.

—Tú no deseas que los cumpla —me burlo. — Para ti sería mejor que no te busque, ¿no es así?

—Mucho mejor si no nos hubiéramos conocido —me suelta. —Pero ya pasó, así que no queda más que resignarme.

Ignoro el dolor que me produce lo que me ha dicho y sigo caminando hacia la habitación de su amiga. Realmente debo acostumbrarme a que no me amará y guardarme esas malditas dos palabras que cada vez me dejan más en ridículo.

—Señor Kingston — dice Raven cuando entramos en la habitación.

—Hola, Raven — saludo con seriedad mientras me acerco. — Te ves mejor.

—Estoy mejor— me responde con una leve sonrisa. — Yo... quería agradecerle por ayudarme, por...

—No tienes que agradecer— la interrumpo, sintiéndome incómodo por esta situación. —Menos mal llegamos a tiempo.

—Tuvo una corazonada cuando no me contestaste —confiesa Heidi.— Menos mal que obligué a Chucky a llevarme.

Miro a mi esposa con ojos entornados hasta que ella se ríe de una forma que me desarma. Me está sonriendo de forma honesta, como lo hace con los demás. Esto no es especial, pero lo siento especial.

—Gracias a los dos, de verdad — contesta su amiga con una ligera sonrisa.— Solo quería decirle eso, señor Kingston, pero eso no quiere decir que apruebe si le hace daño a mi amiga.

—Ella es la que me hace daño a mí —respondo.

—Bien, lo estoy logrando — celebra Heidi.— Dentro de poco nos vamos a divorciar.

<<Ni en tus mejores sueños>>, pienso furioso.

—No es posible que se divorcien ahora, vas a tener un bebé —dice Raven. —Tranquila, tal vez y hasta se enamoran.

Obsesión Legal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora