El Juego Comienza

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POV Taylor

La noche se sentía más fría de lo normal. No sabía si era el clima o el peso de la amenaza que pendía sobre nosotros. Desde que supe que Novak estaba investigando a Casey y Alex, mis noches se habían vuelto inquietas, llenas de pensamientos oscuros y estrategias para mantenerlos a salvo.

El problema con Novak era que no atacaba de frente. Le gustaba jugar, estudiar a su presa antes de lanzar un golpe letal. Sabía que esto era solo el principio, que estaba midiendo nuestras fuerzas, buscando puntos débiles.

Decidí no subestimarlo. No podía permitirme el lujo de perder.

Aun así, no había dicho todo a Casey. Sabía que ella estaba preocupada, pero tenía que protegerla de los detalles más oscuros. No necesitaba que su vida se viera completamente envuelta en este caos, no después de todo lo que ya había vivido.

Salí de mi despacho después de hacer algunas llamadas. Afuera, la mansión estaba tranquila. *Demasiado tranquila*.

Me dirigí hacia el jardín, donde Casey estaba observando a Alex jugar con su nuevo avión a control remoto. Aunque parecía estar absorta en los movimientos del juguete, sabía que su mente estaba lejos, preocupada por lo que estaba ocurriendo.

Me acerqué a ella, sabiendo que tenía que compartirle lo que estaba por suceder. No podía ocultarle todo para siempre.

—Taylor —dijo ella, sin apartar la vista de Alex—. Sabes que me doy cuenta de que algo más está ocurriendo, ¿verdad?

Me quedé en silencio por un momento, eligiendo con cuidado mis palabras.

—Novak se está moviendo. Está más cerca de lo que pensaba. Y no solo eso… está observando —dije finalmente.

Casey se giró para mirarme, su expresión llena de preocupación.

—¿Nos está vigilando? —preguntó, su tono firme pero con una nota de miedo que intentaba ocultar.

—Sí. Está buscando un punto débil. Está probando nuestras defensas. Por eso he intensificado la seguridad aquí, y te he asignado a algunos de mis mejores hombres —respondí, tratando de sonar tranquila, aunque por dentro estaba hirviendo.

Los ojos de Casey se endurecieron, pero su reacción no fue la de alguien que se acobardaría.

—Taylor, no voy a permitir que él me controle a mí ni a Alex con miedo. No voy a quedarme encerrada en esta mansión como una prisionera.

Asentí, aunque sabía que la realidad era más complicada de lo que ella estaba dispuesta a aceptar. Pero admiraba su fuerza, esa necesidad de proteger a su hijo y de no dejar que el miedo dictara sus decisiones.

—Lo sé, Casey —dije suavemente—. No te pido que te encierres, pero necesito que entiendas que este hombre no juega limpio. No puedo arriesgarme a perderlos a ti o a Alex.

Ella me miró fijamente, y en ese momento, sentí que entendía la gravedad de la situación, aunque seguía luchando por mantenerse fuerte.

—Haremos esto juntas —dijo finalmente, su voz firme—. Pero necesito saber todo lo que está en juego.

Quise discutir, protegerla del peligro, pero sabía que no podía. Casey no era del tipo que se quedaba en la sombra.

—Está bien —respondí—. Pero prométeme que si las cosas se salen de control, harás lo que te diga.

El silencio se asentó entre nosotras por un momento antes de que ella asintiera lentamente.

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POV Casey

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