Ecos del Pasado

102 6 0
                                    

POV Taylor

La madrugada se sentía interminable. Después de la conversación con Casey, el silencio en la mansión era casi insoportable, pero algo en esa quietud me daba la oportunidad de procesar lo que acababa de ocurrir.

Había una vulnerabilidad entre nosotras, algo que había sentido por primera vez de una forma tangible. Y eso me asustaba. No era alguien que se permitiera bajar la guardia con facilidad, y mucho menos con alguien como Casey, una mujer que, desde el principio, había sido parte de un acuerdo. Pero ahora… ahora las líneas comenzaban a desdibujarse.

Me levanté del sillón, todavía sintiendo el leve toque de su mano en mi brazo, algo tan pequeño pero que había hecho eco dentro de mí. Me acerqué al ventanal y observé la oscuridad de la noche, con la mansión en completo silencio. Por un momento, la sombra de lo que habíamos pasado con Novak volvió a mi mente. La imagen de Alex atado en esa bodega, el peligro latente... Novak no había terminado con nosotros, eso lo sabía muy bien.

Sabía que lo que estaba en juego era mucho más grande que un simple enfrentamiento territorial. Era personal. Y mientras intentaba mantener el control de todo, Casey y Alex se habían convertido en una parte esencial de mi vida. Novak lo sabía, y no se detendría hasta hacerme caer.

Suspiré, intentando despejar mi mente. No podía dejar que la situación con Novak me dominara. Era más fuerte que eso, lo sabía. Pero ahora, el peso de lo que estaba comenzando a sentir por Casey añadía una capa de complejidad que no estaba preparada para manejar. Y eso me inquietaba más de lo que me atrevía a admitir.

El amanecer estaba a solo unas horas, y aunque el cansancio se apoderaba de mi cuerpo, sabía que no iba a poder dormir. Mi mente seguía activa, dando vueltas en torno a lo que vendría después.

---

POV Casey

El leve toque de mi mano en su brazo aún persistía en mi mente cuando me desperté por la mañana. Me había tomado más tiempo del que esperaba conciliar el sueño, y aunque finalmente lo logré, mis sueños estuvieron llenos de imágenes confusas: las de Taylor, las de Alex, y las de la peligrosa sombra de Novak que aún pendía sobre nosotras.

Me levanté temprano, como solía hacerlo, y me dirigí a la cocina para preparar café. El aroma del café recién hecho llenó la cocina, trayendo consigo una sensación de normalidad que se sentía casi inalcanzable después de todo lo ocurrido.

Mientras la cafetera burbujeaba, mi mente seguía volviendo a la noche anterior. El acercamiento con Taylor, el momento en el que bajó la guardia. Era extraño, pero me di cuenta de que no había sido solo un gesto físico. Algo había cambiado. Había sentido su vulnerabilidad, algo que jamás había pensado que vería en ella.

Me senté en la mesa con mi taza de café, intentando organizar mis pensamientos. Estaba claro que algo estaba empezando a suceder entre nosotras, aunque ninguna lo había dicho en voz alta. Un vínculo. Y mientras trataba de descifrarlo, algo dentro de mí me decía que no debía ignorarlo.

Justo en ese momento, escuché pasos acercándose. Era Taylor. Entró en la cocina con su habitual aire de confianza, aunque había algo en sus ojos que revelaba que tampoco había dormido mucho.

—Buenos días —dije, levantando la taza en señal de saludo.

—Buenos días —respondió ella con una ligera sonrisa, aunque algo en su tono me dijo que estaba lidiando con más de lo que estaba dispuesta a admitir.

Le ofrecí una taza de café, y aceptó con un asentimiento antes de sentarse frente a mí en la mesa. Por un momento, ninguna de las dos habló. El silencio entre nosotras ya no era incómodo, pero había una tensión sutil, casi imperceptible.

Finalmente, decidí romper el hielo.

—¿Alguna noticia sobre Novak? —pregunté, sintiendo que el nombre de aquel hombre rompía la fragilidad del momento.

Taylor tomó un sorbo de café antes de responder, sus ojos fijos en la mesa.

—Nada todavía, pero mis hombres están en eso. Novak no ha terminado, lo sé. Y cuando haga su siguiente movimiento, estaremos listos.

Su respuesta fue firme, pero había un matiz de preocupación en su voz. Sabía que Novak la estaba empujando a sus límites, y aunque Taylor intentaba mostrar su fachada impenetrable, algo en ella comenzaba a ceder.

—Quiero ayudarte —dije de repente, sin pensarlo dos veces.

Taylor levantó la mirada, claramente sorprendida.

—Casey, no es tu batalla. Ya has estado lo suficientemente involucrada. No puedo arriesgarte a ti o a Alex de nuevo.

Sabía que eso era cierto. Sabía que Taylor quería mantenernos a salvo. Pero también sabía que no podía quedarme al margen, no después de todo lo que había pasado.

—No se trata solo de nosotros, Taylor. Novak está atacando todo lo que te importa. Y si puedo hacer algo para evitarlo, lo haré.

Hubo un breve momento de silencio, y pude ver la lucha interna en sus ojos. Taylor no estaba acostumbrada a pedir ayuda. Ella estaba acostumbrada a llevar el peso sola, a ser la única que enfrentaba las tormentas. Pero esto era diferente. Ambas lo sabíamos.

Finalmente, soltó un suspiro, como si la tensión en su cuerpo se desvaneciera lentamente.

—Está bien —murmuró, aunque su tono aún era reticente—. Pero no quiero que te pongas en peligro, Casey. Ya has pasado por suficiente.

Asentí, sabiendo que ese pequeño paso hacia aceptar mi ayuda significaba más de lo que cualquiera de las dos estaba dispuesta a admitir.

Nos quedamos en silencio un rato más, el café sirviendo como un pequeño refugio para nuestras mentes inquietas. Pero había algo más en el aire, una conexión que comenzaba a formarse entre nosotras, algo sutil, pero innegable. No era algo que podíamos ignorar, aunque aún no estuviéramos listas para enfrentarlo de lleno.

—Gracias por el café —dijo Taylor finalmente, levantándose con la taza en la mano.

—Cuando quieras —respondí, ofreciéndole una sonrisa.

Ella me devolvió la sonrisa, una de esas raras sonrisas que hacía que el aire entre nosotras se sintiera más ligero, y luego salió de la cocina, dejando tras de sí un silencio cargado de algo más.

Había un acercamiento entre nosotras, pero era demasiado pronto para definirlo. Y aunque sabía que lo que estaba creciendo no era parte del plan, no podía evitar sentir una pequeña chispa de emoción ante lo que podría venir.

---

AUTORA:
tengo hambre, en f.....

Taylor:hambrienta.

AUTORA:pero bueno tu no me sueltas, sabés que puedo matarte verdad?

Taylor:inténtalo, sabes q sin mi no hay novela.

AUTORA:*la mira mal*

Mejor hasta aquí el Cap, disfruten 🤗

DANGEROUS LOVE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora