Una Rutina Que Comienza a Fluir

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POV Casey

Habían pasado algunos días desde nuestra última conversación seria, y aunque todavía no estaba completamente segura de lo que sentía, algo dentro de mí se había calmado. Habíamos llegado a un punto de entendimiento, donde ninguna de las dos forzaba a la otra. No había prisas, solo una aceptación tácita de que algo estaba ocurriendo, y tendríamos que enfrentarlo eventualmente.

Era temprano en la mañana, el sol apenas comenzaba a filtrarse por las ventanas de la cocina. Alex dormía profundamente, exhausto después de un día completo de juegos en el jardín, y la casa estaba envuelta en una paz silenciosa que solo se rompía por el suave murmullo de mis pasos sobre el suelo de madera. Decidí preparar el desayuno. Siempre había algo reconfortante en la rutina de la cocina; me ayudaba a aclarar mis pensamientos y mantenerme centrada.

Hacía mucho que no cocinaba para alguien más que para Alex y ese imbécil que hizo que perdiera mi valioso tiempo con el, pero quería intentarlo. No podía negar que la presencia de Taylor en mi vida, por más caótica que fuera al principio, estaba comenzando a ser algo a lo que me estaba acostumbrando.

Mientras los huevos chisporroteaban en la sartén y el olor del café fresco llenaba el aire, escuché pasos suaves detrás de mí. No tuve que girarme para saber que era ella.

—¿Buenos días? —su voz aún sonaba ligeramente ronca por el sueño, y no pude evitar sonreír ante lo despreocupada que parecía.

—Buenos días —le respondí mientras terminaba de preparar el desayuno.

Taylor se acercó, apoyándose en la encimera, observando cómo preparaba el café. Se veía relajada, algo que no solía notar en ella. Esta mujer, que normalmente estaba siempre alerta, parecía disfrutar de estos momentos tranquilos.

—¿Estás cocinando para mí? —preguntó, sus labios curvándose en una sonrisa traviesa.

—Solo pensé que sería agradable desayunar juntas —dije, un poco nerviosa. A pesar de todo, no estaba completamente cómoda con los cambios en nuestra relación, pero los pequeños momentos como estos comenzaban a suavizar la tensión entre nosotras.

—Es un buen cambio —dijo, aceptando una taza de café que le ofrecí—. No recuerdo la última vez que alguien me cocinó el desayuno.

Nos sentamos en la mesa del comedor, y por un momento, todo se sintió sorprendentemente... normal. Como si el caos que habíamos vivido hasta ahora no fuera más que un mal sueño.

Taylor comenzó a comer en silencio, pero no pasaron muchos minutos antes de que Alex bajara las escaleras, frotándose los ojos con las pequeñas manos.

—¡Mamá! —gritó emocionado al verme, y corrió hacia mí. Me agaché para recibir su abrazo cálido.

—Buenos días, campeón. Ven, siéntate. Hay desayuno —le dije mientras lo ayudaba a subirse a una silla.

Alex miró a Taylor, y aunque al principio se mostró tímido en su presencia, poco a poco comenzaba a sentirse más cómodo con ella.

—¿Cómo dormiste, Alex? —preguntó Taylor con una sonrisa suave.

—Bien —respondió, un poco tímido pero con una sonrisa que me derretía.

**El desayuno fue sencillo pero agradable**, la conversación giraba en torno a los planes del día, y cómo Alex quería ir al parque después de la escuela. Mientras Taylor y yo hablábamos, no pude evitar sentir que había llegado el momento de preguntarle algo que llevaba días dando vueltas en mi cabeza.

—Taylor... —comencé, intentando medir mis palabras—. Quería hablarte de algo.

Ella levantó la vista de su taza de café, sus ojos siempre atentos, como si ya supiera lo que iba a preguntar.

—Adelante.

—Quería saber si hay alguna forma de que vuelva a mi trabajo —dije, tratando de no sonar demasiado ansiosa—. No me malinterpretes, estar aquí es... diferente, pero extraño mi ambiente laboral. Mi vida normal.

Taylor se quedó en silencio por un momento, asimilando lo que había dicho. Sus ojos recorrieron mi rostro, como si estuviera evaluando algo.

—Sabía que lo ibas a pedir en algún momento —dijo finalmente—. Puedo arreglarlo para que vuelvas a trabajar, pero... —hizo una pausa—. No puedo prometer que será como antes. Hay muchas cosas en juego, Casey.

—Lo sé —respondí—. Pero siento que si no recupero parte de mi vida normal, no podré seguir adelante con este... arreglo.

Taylor asintió lentamente, pensativa. Sabía que ella estaba preocupada por la seguridad, por mantener el control, pero también sabía que respetaba mis deseos.

—Te prometo que haré todo lo posible para que vuelvas a tu trabajo, de una forma segura. Pero necesitaré que sigas ciertas reglas. —Su voz era seria, pero también había un tono de comprensión.

—Lo haré —respondí, aliviada de que ella estuviera dispuesta a considerarlo.

Alex, ajeno a la conversación más seria, seguía comiendo su desayuno con una gran sonrisa, emocionado por los planes para después de la escuela.

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POV Taylor

El día transcurrió de forma más ligera de lo que esperaba. El desayuno que Casey había preparado me sorprendió; no solo por el gesto, sino por la calidez que sentí en ese pequeño momento familiar. Algo en cómo se desenvolvía con Alex, en su naturalidad para cuidar de él, me conmovió más de lo que estaba dispuesta a admitir.

Cuando me pidió volver a trabajar, lo vi venir. Sabía que no era una mujer que pudiera quedarse en casa sin hacer nada, y lo entendía. Parte de lo que la hacía ser tan atractiva era esa independencia, esa necesidad de tener su propio control.

Sin embargo, no podía ignorar los riesgos que eso implicaba. El mundo en el que vivimos no es seguro, y por más que quisiera darle esa libertad, tendría que ser cautelosa.

Después del desayuno, me quedé pensando en la mejor forma de abordar esto. Sabía que Casey no aceptaría quedarse atrapada en la mansión por mucho más tiempo. Habría que encontrar un equilibrio, algo que nos diera la seguridad que ambos necesitamos.

Llamé a Oliver para hablarle del asunto. Él siempre tenía una forma pragmática de ver las cosas.

—¿Qué tal si asignamos a alguien para que la vigile, discretamente? —sugirió Oliver mientras discutíamos los detalles.

No era una mala idea. Después de todo, no podía dejarla completamente sola, pero tampoco quería que sintiera que la estaba controlando demasiado.

—gato—le dije—.será alguien de confianza.

El resto del día pasó tranquilo, aunque mi mente seguía llena de pensamientos sobre cómo manejar todo esto. Por primera vez en mucho tiempo, sentía que las cosas se estaban moviendo hacia un lugar que no podía prever. Pero no lo odiaba.

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POV Casey

Más tarde, después de dejar a Alex en la escuela y pasar un rato sola, me di cuenta de que las pequeñas rutinas con Taylor y Alex estaban comenzando a asentarse. Había algo sorprendentemente agradable en eso, pero también sabía que pronto vendrían más desafíos.

Regresar al trabajo me hacía sentir como si pudiera recuperar parte de mi identidad, pero no podía negar que el cambio en mi vida ya era inevitable. Este nuevo mundo, la relación con Taylor, la conexión que empezaba a formarse entre nosotras... todo estaba ahí, esperando a que tomara una decisión sobre cómo manejarlo.

Por ahora, la única certeza que tenía era que, de alguna manera, esta situación se sentía menos forzada y más... natural.

DANGEROUS LOVE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora