La Caza del Gato y el Ratón

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POV TAYLOR:

La luz tenue de las lámparas bañaba la habitación en un resplandor dorado mientras observaba a Casey, su expresión una mezcla de desafío y confusión. Había esperado temor, tal vez ira, pero lo que veía en sus ojos era otra cosa, algo más intrigante.

"Bueno, podría ser el futuro amor de tu vida, y lo que quiero de ti es que seas mi esposa." Mi voz salió más fría y calculada de lo que había planeado, pero no me importaba. Me acerqué lentamente, disfrutando del juego que estaba comenzando. Sabía que estas palabras, aunque dichas en un tono burlón, plantaban una semilla en la mente de Casey, una semilla de duda y curiosidad.

Casey se enderezó en la silla, su mandíbula apretada, los ojos clavados en mí como dagas. Estaba claro que no era una mujer fácil de quebrar. Me gustaba eso. La debilidad es un defecto que detesto, y Casey, con su fuerza interna, era todo lo contrario.

"¿Qué diablos estás insinuando?" replicó, con una voz firme, aunque noté el leve temblor en sus manos, como si intentara mantener el control en medio del caos.

Me tomé un momento antes de responder, estudiándola con interés. Esta mujer, esta oficial tan decidida, no era como los demás que había encontrado. Tenía una fuerza que me llamaba, una resistencia que despertaba algo en mí, algo que no había sentido en mucho tiempo. Me acerqué aún más, inclinándome hacia ella, disfrutando del sutil aroma que emanaba de su piel.

"Solo estoy diciendo que las cosas pueden ser más... interesantes entre nosotras si decides jugar bien tus cartas," murmuré, bajando la voz en un tono casi seductor. "Estás en mi mundo ahora, Casey. Aquí, las reglas las pongo yo."

La tensión en el aire era palpable mientras ella me miraba fijamente, sin ceder ni un milímetro. Estaba claro que no iba a caer fácilmente en ningún truco, pero eso solo hacía que la caza fuera más emocionante. Sabía que para dominarla, tendría que jugar un juego más sutil, más calculado.

Retrocedí un paso, dándole espacio, observando cómo procesaba mis palabras. Casey mantenía la guardia en alto, pero podía ver las ruedas girando en su mente. Sabía que estaba buscando una salida, una manera de tomar el control de la situación. Pero también sabía que cada minuto que pasaba aquí, en mi terreno, la acercaba un poco más a mi dominio.

"Si crees que voy a caer en tus juegos, estás muy equivocada," dijo finalmente, con una dureza en su voz que casi logró ocultar la incertidumbre en sus ojos.

Sonreí, disfrutando de su resistencia. Este juego de gato y ratón estaba apenas comenzando, y tenía la intención de saborear cada momento.

"Oh, Casey," susurré, casi como un suspiro, "esto no es un juego para ti. Esto es supervivencia."

Me di la vuelta y caminé hacia la ventana, dándole la espalda a propósito, sabiendo que la dejaría aún más insegura. Desde aquí, podía ver la ciudad de NeoCity extendiéndose bajo el manto de la noche, las luces brillando como estrellas artificiales en el horizonte. Esta ciudad me pertenecía, y ahora, en cierto modo, también Casey. Solo que ella aún no lo sabía.

"¿Qué es lo que realmente quieres?" Su voz rompió el silencio, llena de la misma mezcla de desafío y desesperación que había sentido antes.

Giré sobre mis talones, volviendo a enfrentarla. "Quiero que entiendas, Casey, que puedes ser algo más en este mundo, algo más que una simple oficial siguiendo las reglas. Puedes ser poderosa, puedes tenerlo todo, si estás dispuesta a aceptarlo."

Sus ojos se entrecerraron, sospechosos. Sabía que estaba tentada, aunque no lo admitiría. Después de todo, había una fina línea entre la justicia y el poder, y todos en algún momento enfrentan la tentación de cruzarla.

"Y si no lo acepto?" desafió, aunque su tono carecía del mismo convencimiento de antes.

Me acerqué de nuevo, deteniéndome justo frente a ella, inclinándome lo suficiente para que nuestras caras casi se tocaran. "Entonces haré que lo aceptes," le susurré, mi voz goteando promesa.

Vi cómo sus labios temblaban ligeramente, no de miedo, sino de algo más, algo que aún no había identificado. Me encantaba ver a alguien tan fuerte empezar a dudar, empezar a preguntarse si realmente tenía el control.

Me enderecé y llamé a la puerta. Gato entró de inmediato, mirando a Casey con su habitual expresión inescrutable. Me volví hacia él, mi voz volviendo a ser fría y profesional.

"Llévala a su habitación," ordené. "Trátenla bien, pero asegúrate de que no se le ocurra intentar nada estúpido."

Gato asintió y, con un gesto, hizo que Casey se levantara. Ella me lanzó una última mirada desafiante antes de seguir a Gato fuera de la habitación. Observé cómo se iba, mi mente ya planeando los próximos movimientos en este juego que apenas había comenzado.

La puerta se cerró detrás de ellos, dejándome sola con mis pensamientos. Caminé de nuevo hacia la ventana, mirando las luces de la ciudad y pensando en cómo había comenzado todo esto como una simple misión de control, pero ahora, con Casey en mi vida, las cosas estaban tomando un giro inesperado.

Este era un juego que pensaba ganar, y en el proceso, tal vez algo más podría nacer de este conflicto. Algo que aún no comprendía del todo, pero que ya empezaba a ansiar.


AUTORA: 

¡Jeje, holi! Resucité, la universidad me consume, pero tengo tiempito, así que les dejaré varios capítulos para compensar la ausencia. ¡Muak, besitos!

DANGEROUS LOVE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora