Capítulo 40

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El sonido de pasos apresurados resonaba en el gran salón de la mansión mientras todos se preparaban para lo que claramente sería una noche larga y tensa. La situación no había mejorado desde que el ataque había comenzado, y aunque la primera ola había sido repelida, Christopher sabía que esto solo era el principio. Seungmin permanecía cerca de él, la mirada fija en la ventana, expectante ante cualquier movimiento.

Félix, siempre el optimista, decidió que era momento de intentar aligerar el ambiente. Apareció desde la cocina con un tazón de palomitas, sacudiendo el aire con un aroma familiar.

—¿Alguna vez pensaron que las palomitas de maíz podrían ser un buen plan B para una batalla? —bromeó mientras echaba un puñado en su boca, con una sonrisa en el rostro.

Sin embargo, su sonrisa se desvaneció casi de inmediato al toparse con las miradas serias de sus amigos. El ambiente en la habitación era denso, la tensión palpable.

Changbin, cruzando los brazos, fue el primero en hablar. —No es el momento para chistes, Félix. —Su tono era firme— Estamos en peligro.

Félix se encogió de hombros y dejó el tazón en una mesa cercana, su expresión volviendo a ser seria. Sabía que la situación era grave, pero a veces, intentar encontrar un pequeño momento de alivio en medio del caos era lo único que podía hacer.

Minho, que hasta ese momento había estado revisando sus armas, se giró hacia el resto. —No podemos relajarnos. Sabemos que vendrán de nuevo, y esta vez estarán mejor preparados.

Christopher asintió, su mente ya trabajando a toda velocidad para intentar anticiparse a los movimientos del enemigo. Aunque su cuerpo seguía adolorido por las heridas anteriores, no podía darse el lujo de detenerse.

—Hay algo que no me cuadra —comentó Seungmin, rompiendo el silencio—. ¿Cómo sabían exactamente cuándo atacar? ¿Cómo sabían que estábamos preparados para defendernos?

La pregunta flotó en el aire, provocando una ola de incomodidad en el grupo. Christopher apretó los puños, consciente de lo que esa pregunta implicaba: alguien había filtrado información.

—No podemos empezar a desconfiar entre nosotros —dijo Jeongin, intentando calmar las aguas—. Eso solo nos debilitaría.

Changbin hizo una pausa antes de hablar. —Tienes razón. Pero debemos estar alertas a cualquier cosa fuera de lo común. No podemos tomar nada a la ligera.

Justo cuando parecía que la conversación llegaba a un callejón sin salida, un disparo resonó en la distancia, un eco que atravesó los gruesos muros de la mansión. Todos se tensaron, buscando el origen del sonido.

Jeongin se acercó a una de las ventanas para observar. —Voy a echar un vistazo —dijo, con la voz baja. Su precaución era evidente mientras miraba hacia el exterior, buscando algún signo de movimiento.

Pero antes de que pudiera reaccionar, un segundo disparo rompió el silencio, y esta vez, el impacto fue mucho más cercano. Un gemido de dolor salió de los labios de Jeongin mientras se llevaba una mano al costado, tambaleándose hacia atrás.

—¡Jeongin! —gritó Seungmin, corriendo hacia él para sostenerlo antes de que cayera al suelo. La sangre comenzaba a manchar su camisa, empapando el tejido en cuestión de segundos.

Christopher sintió cómo el pánico comenzaba a asomarse en su pecho, pero lo reprimió con fuerza. No podía permitirse el lujo de perder el control. —¿Qué viste? —preguntó, intentando mantener la calma mientras Minho corría a ayudar a Jeongin.

—No vi a nadie... —murmuró Jeongin, respirando con dificultad—. Solo fue un destello... desde el bosque.

Félix corrió hacia la ventana, su mirada barría los árboles cercanos, pero no pudo distinguir nada en la oscuridad. —Parece que se están escondiendo —dijo, frustrado—. No podemos salir sin exponernos.

Hyunjin estaba junto a ellos en un instante, revisando el área con rapidez. —Sabían dónde disparar. Esto fue planeado. —Su mandíbula se apretó—. Y si fue un solo disparo, es porque querían herirnos, no matarnos. Nos están provocando.

—Lo que significa que vendrán pronto —añadió Minho, su mirada fría.

Seungmin estaba arrodillado junto a Jeongin, revisando la herida lo mejor que podía. —Necesitamos a Kai, y lo necesitamos ya. —La voz de Seungmin era urgente, pero controlada. Sabía que cada segundo contaba.

—Lo llamé hace unos minutos —respondió Félix, alejándose de la ventana—. Está en camino, pero no sé cuánto tardará en llegar.

Christopher tomó aire, buscando la claridad en medio del caos. —No podemos esperar aquí sin hacer nada. Changbin, Hyunjin, ustedes quédense vigilando las ventanas. Seungmin, Minho, necesito que revisen el resto de la mansión. Algo no me cuadra con este ataque.

Sin embargo, mientras organizaban sus posiciones, otro disparo resonó, esta vez más cerca. El vidrio de una de las ventanas se rompió en mil pedazos, haciendo que todos se agacharan de inmediato. El ataque había comenzado de nuevo, pero esta vez no era solo una provocación. Eran disparos precisos, dirigidos a cada uno de ellos.

Christopher sintió el calor de la adrenalina inundando su cuerpo. Esto no era solo un ataque improvisado. El enemigo sabía exactamente dónde estaban, como si los estuvieran observando desde el interior.

—¡Al suelo! —gritó Changbin, lanzándose detrás de un mueble mientras los disparos continuaban. Félix hizo lo mismo, empujando a Seungmin hacia una cobertura más segura.

Las balas seguían volando, rompiendo cualquier cosa a su paso. Era evidente que el grupo enemigo estaba decidido a romper sus defensas de una vez por todas.

—¿Alguien tiene contacto visual? —gritó Minho desde su posición, pero la respuesta fue negativa. Nadie podía ver a los atacantes.

De repente, un sonido de motor fuerte, acompañado de luces, rompió la oscuridad del exterior. Todos se miraron, preguntándose si se trataba de refuerzos enemigos o de la ayuda que tanto esperaban.

Christopher fue el primero en ponerse de pie, con la vista fija en la entrada. Y para su alivio, distinguió el rostro familiar que había estado esperando.

—¡Es Kai! —gritó Seungmin, con evidente alivio.

Los refuerzos habían llegado, justo a tiempo.

Pero mientras la batalla continuaba afuera, Christopher no pudo sacudirse la sensación de que algo más estaba ocurriendo dentro de las paredes de su propia mansión. Algo que todavía no había descubierto.

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Beneath of Shadows   |ChanminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora