-S2 Tatakae-

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Poco ayudo que ya comenzaba a atardecer, lo que hizo que la luz de la cámara fuera visto por todos a mi alrededor.

—Se que parece extraño, pero les juro que todo tiene una buena explicación. —Dije ante el acercamiento de un par de guardias de la Geoarmada.

—¡El mato a Rex Lapis! —Grito una señora al fondo.

—Es increíble, ¿cómo se atreve?

—No lo queremos aquí. ¡Hay que juzgarlo!

—¡Crucifíquenlo!

—¡Si, crucifíquenlo!

Ahora no solo la Geoarmada se estaba acercando hacia mí, si no que, una enojada muchedumbre se acercaba hacia mi amenazantemente.

—¡Miren, Rex Lapis!

Todos giraron la mirada hacia el lugar que señale, cuando voltearon de vuelta hacia donde me encontraba solo se encontraron con una silueta hecha del polvo que deje al salir corriendo.

—¡Agárrenlo!

¡Corre TN, corre!

Me dije a mi mismo mientras ponía en práctica aquellos días de pierna.

¿Pero a donde debería de ir?

...

...

..!

¡El TP que hay en la ciudad! No vi que Lumine lo activara, pero podría apostar que lo hizo.

Sin darle una segunda revisada al plan, comencé a correr hacia esa dirección.

—¡Esta es una orden de la Geoarmada, detente ahora mismo!

Pero un escuadrón de guardias se encontraba apostado en el paso que lleva a mi objetivo.

¿Ahora qué?

No puedo luchar contra los soldados de la Geoarmada de la misma forma de la que combatiría con una banda de bandidos.

Si mato o hiero de gravedad a alguno de ellos y se descubre mi identidad, por más que testifique que vengo como turista, quien sabe que consecuencias le pueda traer a las relaciones diplomáticas entre Liyue y Mondstadt.

Me detuve un momento y giré la cabeza en busca de aquella respuesta.

Detrás de mi están mis persecutores, a mi costado derecho se acercaban más guardias.

!!!

Pero mi flanco izquierdo estaba prácticamente descubierto, era un camino que me llevaría hacia la cordillera Tianheng, seguramente porque del lado contrario fue que salieron corriendo Lumine, Paimon y el Tortas.

Me terminaría adentrando aún más en Liyue, pero no parece que tenga otra opción.

¡Si, hagamos eso! Solo tengo que esconderme en una cueva hasta que me dejen de buscar.

Y así lo hice, seguí corriendo por aquel camino por un buen rato.

Si tan solo pudiera usar mi habilidad anemo, hace rato que ya los habría dejado atrás, pero no puedo cambiar de elementos como lo hace la tabibita y tengo que resignarme a tener una habilidad que no hace nada.

—¡Viaje de vuelta a Sumeru! ¡Descuento del 10% por tiempo limitado!

Al final del puente que te lleva a las afueras de la ciudad, se encontraba una caravana de viajes muy similar a la que ocasionalmente hay en Mondstadt.

Seguramente alguien pensó que sería buena idea hacer dinero llevando y trayendo gente en carretas que quisiera ver el Rito del Descenso de primera mano.

Una aventura en Genshin ImpactDonde viven las historias. Descúbrelo ahora