34. Fuego

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La puerta del nuevo penthouse se cerró suavemente, y Katherine sintió que el aire vibraba con una energía renovada. Este lugar era diferente. Las paredes estaban adornadas con una mezcla de extravagancia y locura, reflejando la esencia del Joker. Los muebles eran lujosos y exóticos, con toques de rojo y negro que recordaban la pasión y el caos que definían su relación. Desde la impresionante vista de Gotham hasta el arte audaz que decoraba las paredes, cada rincón del penthouse gritaba que este era un nuevo comienzo.

El Joker la observó con una sonrisa torcida, sus ojos destellando de satisfacción.

—¿Qué piensas, muñeca? —preguntó, acercándose a ella, su voz un suave murmullo lleno de promesas.

Katherine se volvió hacia él, una chispa de deseo encendiéndose en su interior.

—Es perfecto, J. Todo es perfecto —respondió, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza.

Con un movimiento rápido, el Joker la atrapó por la cintura, acercándola a su cuerpo, su aliento cálido rozando su piel.

—Perfecto como tú —susurró, antes de capturar sus labios en un beso ardiente, un acto que rápidamente se convirtió en una danza de deseos. Sus lenguas se entrelazaron, el sabor a peligro y a pasión mezclándose entre ellos. Cada roce de sus labios desataba una tormenta de sensaciones en Katherine, un deseo que crecía con cada segundo.

Mientras se entregaban al momento, el ambiente del penthouse se transformó en un refugio de pasión y locura.

La cama, enorme y cubierta de sábanas de seda negra, les esperaba.

—Vamos a celebrarlo —dijo el Joker, su tono cargado de picardía mientras que con ambas manos la levantaba de sus caderas para llevarla a su nueva habitación.

Katherine sintió un escalofrío de anticipación. Sabía que esta noche sería especial, una exploración de sus deseos más profundos.

El Joker la empujó suavemente sobre la cama, mirándola con devoción, sus ojos brillando con un deseo insaciable.

—Te he extrañado, muñeca. No puedo esperar a complacerte —declaró, sus manos acariciando suavemente su piel expuesta. Katherine sintió un escalofrío recorrer su columna, el deseo inundándola.

—Y yo no puedo esperar a complacerte a ti. —Se inclinó hacia él, atrayéndolo hacia ella con un gesto seductor, deslizándose en la cama como una serpiente, cada movimiento evocando la anticipación.

El Joker se dejó llevar, sus manos explorando el cuerpo de Katherine, cada roce eléctrico. A medida que sus labios se encontraban una y otra vez, la temperatura en la habitación subía.

—Eres un fuego —dijo él, su voz un susurro en su oído, mientras sus manos descendían por su espalda, sintiendo la suavidad de su piel.

Katherine se arqueó, sintiendo la presión de su cuerpo contra el de él, el deseo brotando como un manantial desbordado.

—Hazme sentirlo, J. —su voz era un gemido bajo, lleno de necesidad.

Sin perder un segundo, el Joker se movió, su cuerpo presionando al de ella en la cama, como si quisiera marcarla, mostrarle quién estaba al mando. Sus labios descendieron por su cuello, dejando una estela de besos ardientes que hacían que su piel ardiera, mientras sus manos se deslizaban hacia sus muslos, abriendo su vestido con un movimiento calculado.

—Eres perfecta, muñeca. —La mirada de él se oscureció con deseo, y Katherine sintió su corazón latir aceleradamente mientras él la desnudaba. La tela suave se deslizaba por su piel, dejándola expuesta, vulnerable, pero a la vez ansiosa.

Crowned in Madness | Joker +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora